El pequeño asteroide 2025 PN7, ignorado desde hace 60 años, comparte la órbita solar de la Tierra y se acerca periódicamente

Astrónomos españoles han detectado una cuasiluna cerca de la Tierra, y este pequeño objeto podría llevar unos 60 años merodeando desapercibido, según una nueva investigación.

Las cuasilunas no son lo mismo que las minilunas temporales que a veces sí orbitan la Tierra, como 2024 PT5, que dio vueltas durante dos meses en 2024 y podría ser un fragmento antiguo arrancado de nuestra Luna. 2025 PN7 se suma a un grupo reducido de cuasi-lunas conocidas con órbitas próximas a la nuestra, como Kamoʻoalewa, que también se cree que es un pedazo lunar. Kamoʻoalewa es uno de los destinos de la misión china Tianwen-2, lanzada en mayo, que pretende recoger y traer a la Tierra muestras en 2027.

El observatorio Pan-STARRS, situado en el volcán Haleakala de Hawái, registró a 2025 PN7 el 29 de agosto. Datos de archivo revelaron que el objeto lleva décadas en una órbita parecida a la terrestre. No es que tengamos otra Luna, pero el vecindario está más concurrido.

El asteroide ha pasado por debajo de los 299.337 kilómetros, durante su acercamiento máximo, explicó Carlos de la Fuente Marcos, investigador de la Facultad de Ciencias Matemáticas de la Universidad Complutense de Madrid y autor reciente de un artículo sobre la roca. Para situarnos, 384.400 kilómetros, es la distancia media a la Luna según la NASA. El trabajo se publicó en Research Notes of the American Astronomical Society, una revista para observaciones astronómicas puntuales que no pasan revisión por pares.

«Solo puede detectarse con los telescopios actuales cuando se acerca a nuestro planeta, como ocurrió este verano», explicó de la Fuente Marcos. «Sus ventanas de visibilidad son muy escasas. Es un objeto difícil».

Encontrar y estudiar cuasilunas puede revelar más sobre nuestro rincón del universo, afirmó el investigador. «El Sistema Solar está lleno de sorpresas, así que seguimos buscándolas. Para el vecindario de la Tierra, la existencia de 2025 PN7 sugiere que quizá no exista un límite inferior para el tamaño de un cuasisatélite».

Aún se intenta precisar el tamaño de 2025 PN7. Un valor razonable son 30 metros de diámetro, según de la Fuente Marcos. También podría situarse en 19 metros, de acuerdo con EarthSky. Con esos números, se trataría de la cuasi-luna más pequeña conocida que haya orbitado cerca de la Tierra.

Con el tiempo, 2025 PN7 alterna entre una órbita más cercana y casi circular, parecida a la terrestre, y una órbita en herradura, similar a la de Kamoʻoalewa. En esa fase de herradura puede alcanzar una distancia de 297 millones de kilómetros de la Tierra. Se espera que permanezca en su actual configuración próxima otros 60 años antes de que el tirón gravitatorio del Sol lo devuelva a la trayectoria en herradura.

Quedan preguntas sobre su composición. Por ahora es desconocida. «Basándonos en lo poco que sabemos hasta ahora, es casi con toda seguridad un objeto rocoso y natural. A veces, viejos satélites y restos de cohetes acaban en este tipo de órbitas muy cercanas a la Tierra, pero a menudo podemos distinguir lo ‘natural’, por ejemplo asteroidal, de lo ‘artificial’, por ejemplo satelital, en función de cómo evolucionan sus órbitas en escalas de tiempo cortas», afirma el Dr. Teddy Kareta, profesor adjunto en el Departamento de Astrofísica y Ciencia Planetaria de la Universidad de Villanova.

Kareta, que ha estudiado minilunas y cuasilunas, no participó en la investigación y explicó que el mal tiempo ha impedido por ahora sus planes de observar el objeto. La meteorología, incluso en astronomía, tiene la última palabra. Mientras 2025 PN7, como Kamoʻoalewa, podría ser también un trozo de la Luna, hacen falta más datos para confirmarlo, señaló de la Fuente Marcos.

El investigador cree que 2025 PN7 procede de la familia Arjuna. A diferencia del cinturón principal de asteroides, que se extiende entre Marte y Júpiter, Arjuna no es un cinturón definido. Es un grupo de pequeñas rocas con órbitas alrededor del Sol muy parecidas a la de la Tierra. Con anterioridad, de la Fuente Marcos propuso que la mini-luna 2024 PT5 era también un asteroide Arjuna que podría haber salido de la Luna antes de integrarse en ese grupo.

«Ahora sabemos que el material eyectado durante impactos lunares puede aportar miembros al cinturón secundario de asteroides Arjuna», afirmó. La idea encaja con un Sistema Solar dinámico, donde la basura de ayer puede ser el laboratorio de mañana.

Aunque las cuasi-lunas y las mini-lunas se acercan mucho a nuestro planeta, por lo general no suponen riesgo de impacto. 2025 PN7 no es una amenaza, añadió. Aquí no hay catástrofe en camino, solo un vecino discreto con una órbita curiosa.

Enviar misiones para investigar cuasi-lunas, como se espera que haga Tianwen-2 con Kamoʻoalewa, podría revelar el origen y la historia reales de estas rocas intrigantes. También abriría otras oportunidades. «Estos asteroides son relativamente fáciles de alcanzar para misiones no tripuladas y pueden usarse para probar tecnologías de exploración planetaria con una inversión relativamente modesta», dijo de la Fuente Marcos.

El cielo guarda secretos, pero a veces se dejan ver cuando pasan por la puerta de casa.

REFERENCIA

Meet Arjuna 2025 PN7, the Newest Quasi-satellite of Earth

Imagen: Una ilustración artística muestra un asteroide típico. La cuasi-luna 2025 PN7 es un asteroide que orbita alrededor del Sol, pero que parece estar cerca de la Tierra. JPL-Caltech/NASA