Francisco Gutiérrez, juez que lleva desde 2008 ejerciendo en el ámbito de la Violencia sobre la Mujer, advierte de que ante los continuos fallos del sistema «no nos lo podemos jugar» en la protección de las víctimas
19/09/2025
Actualizado a las 18:32h.
Durante ocho meses el sistema de control telemático de los investigados y condenados por violencia de género no recogió los movimientos de estos individuos, lo que impidió su geolocalización poniendo en riesgo la protección de las víctimas. No es el único que error que se detectó en su momento y que desde distintos órganos judiciales de Sevilla, Málaga o Granada pusieron en conocimiento del Observatorio de Violencia sobre la Mujer. Ahora ha salido a la luz por la memoria de la Fiscalía General del Estado, aunque desde el Ministerio de Igualdad se intente minimizar las consecuencias de este agujero informático en el sistema que debe garantizar la seguridad de las mujeres ante sus agresores. En Sevilla, según ha revelado este viernes Francisco Gutiérrez, juez de Violencia sobre la Mujer, un maltratador se quitó la pulsera para marcharse a la playa, estando en paradero desconocido hasta hace escasos días, cuando fue detenido tras dictarse una orden de búsqueda y arresto. La víctima ha estado tres meses sin conocer dónde estaba su agresor.
En el año 2008 este magistrado empezó a ejercer como juez en el ámbito de la violencia de género y «desafortunadamente« desde entonces ha caído la calidad de los dispositivos. «Teníamos herramientas útiles para la protección, con dispositivos telemáticos que funcionaba adecuadamente, con Telefónica como proveedor, y con pulseras de calidad. Daban menos fallos que las actuales y el propio agresor no podía quitársela por sí mismo, no podía manipularlo, salvo que usara un cortafrío. A partir de 2023 se cambia el proveedor de Telefónica a Vodafone y se adquieren los nuevos dispositivos, cuya procedencia no se ha informado (el sindicato Jupol ha denunciado que los dispositivos que se usan se venden en Aliexpress). La calidad ha bajado muchísimo, hasta el punto que habitualmente hay fallos», ha relatado este juez en una entrevista en Cope.
Estos fallos son tan «evidentes» que en algunos casos la Policía ha detenido al agresor en la puerta de la víctima sin que salte la alerta del dispositivo a pesar de llevar la pulsera. En este caso, el centro Cometa, el equipo del Ministerio de Igualdad que tiene como misión identificar en todo momento la ubicación de los maltratadores, registraba el dispositivo a dos kilómetros de la víctima.
Pero también se dan situaciones al revés. A las víctimas le saltan las alarmas del dispositivo indicando que el agresor está cerca cuando esté tiene su domicilio fuera de la provincia, incluso. «No sabemos qué está fallando: la geolocalización, la cobertura, el proveedor, las pulseras…», admite el magistrado, que alerta de que hasta el propio agresor, en muchos casos, de forma voluntariamente se quita el dispositivo.
El juez pone el foco en que la migración de datos entre proveedores con el cambio de contrato del Ministerio ha provocado la pérdida de datos y, como consecuencia, éstos no se hayan podido usar en los juicios para acreditar quebrantamientos de condenas o de órdenes de alejamientos, dando lugar a absoluciones.
Esta situación, según Francisco Gutiérrez, está llevando a muchos jueces a adoptar medidas más restrictiva contra los investigados, como la prisión provisional, para garantizar la seguridad de las víctimas. «No nos la podemos jugar con unas pulseras que dan errores continuos».
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