Para cualquier jugador que sueña con llegar lejos en el tenis, participar en un Grand Slam es el mayor privilegio que pueden tener. Este tipo de torneos sólo se juegan cuatro veces al año y los premios que reciben por participar en ellos son, lógicamente, mucho más suculentos que los que se reparten, por ejemplo, en uno de categoría 500 o un Challenger.

Todos quieren tener la oportunidad de jugar el Open de Australia, Roland Garros, Wimbledon y el US Open, pero desde 2017 esa dinámica ha cambiado. Ese año, se disputó por vez primera la Laver Cup, un torneo creado por Roger Federer junto a Tennis Australia y el exjugador brasileño Jorge Paulo Lemann, y, desde entonces, los tenistas que han tenido la oportunidad de disputarla al menos una vez en su vida han acabado encantados y ensimismados con la idea.


Rafa Nadal y Roger Federer en la final de Roland Garros 2011

La Laver Cup surgió en 2017 y la idea fundamental era que el torneo se convirtiese en la Ryder Cup del tenis por el hecho de que se enfrentaban jugadores europeos contra otros del resto del mundo. Y con el paso de los años y el modelo ya consolidado, se puede decir que esta idea ha sido un éxito.

Los jugadores siempre quieren disputar esta competición y ya ha habido más de uno que ha dicho que disfruta más jugando la Laver que un Grand Slam. Razón no les falta. Este torneo no es uno cualquiera y los tenistas que tienen la oportunidad de jugarlo se lo pasan en grande. Es un torneo familiar en el que el buen ambiente prima por encima de cualquier otra cosa.

«He hablado con muchos jugadores y dicen que es uno de los torneos más divertidos, un gran evento. Para muchos, es su evento favorito, incluso más que los Grand Slams», confesó el danés Holger Rune en una entrevista concedida a los medios oficiales de la Laver Cup.


Carlos Alcaraz, en la Copa Davis 2024 con España

Para poner en contexto lo diferente que es este torneo y la importancia que tiene dentro del calendario a pesar de que no reparte puntos ATP, sólo hay que recordar lo que sucedió en 2017. Ese año se disputó la primera edición de esta competición en el O2 Arena de Praga y, entre otras cosas, permitió ver jugar juntos a Rafa Nadal y Roger Federer, dos grandes rivales que nunca habían formado pareja de dobles.

Desde entonces, se han disputado ocho ediciones (salvo la de 2020, que fue suspendida por el COVID-19) y, hasta la fecha, el balance global se lo lleva el equipo de Europa, que cuenta con un tanteo de 5-2 respecto al Resto del Mundo.

La de 2025 se disputa en el Chase Arena de San Francisco. Y esto es algo calcado a la Ryder Cup de golf. Cada edición se disputa en una sede diferente, ya sea Europa o Estados Unidos y, en esta ocasión, el privilegio se lo ha llevado la casa de los Golden State Warriors de la NBA.


Carlos Alcaraz ha completado siete meses magníficos

Este pabellón será testigo de un nuevo enfrentamiento entre Europa y el Resto del Mundo. Por parte del equipo europeo, el líder es el español Carlos Alcaraz y su capitán es el francés Yannick Noah. Y la principal referencia del equipo rival es el estadounidense Taylor Fritz, número cinco del mundo.

Por lo tanto, el espectáculo está servido. Durante tres días, el mejor tenis del mundo se jugará en San Francisco, la ciudad del Golden Gate y de la cárcel de Alcatraz, y lo que está claro es que todos los jugadores van a pasar un gran fin de semana compartiendo equipo, que es lo que se busca en esta competición. El tenis es importante, como es normal, pero el entretenimiento adquiere un papel fundamental.

El domingo se sabrá quién gana la novena edición de la Laver Cup, un torneo que tendrá que seguir esperando para ver en el equipo europeo a Jannik Sinner, que todavía no se ha animado a jugar una competición diferente y, sobre todo, divertida.