Madrid
Eurovisión afronta el próximo 2026 su año decisivo. El plantón de al menos cinco países, entre ellos España, uno de los pertenecientes al Big Five (el grupo de referencia que conforma el país junto a Italia, Francia, Alemania y Reino Unido) y que ha dicho que no enviará representante si Israel está entre los participantes.
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RTVE aprobó el pasado martes en su Consejo de Administración esta histórica decisión que podría dejar a España fuera del festival de la canción después de más de 60 años seguidos participando. Otros cinco países también han anunciado que no acudirán hasta Viena (Austria), ciudad anfitriona de la próxima edición.
El presidente de RTVE, José Pablo López, ha asegurado que como emisora participante no se puede «seguir de perfil con lo que sucede en Israel». «El genocidio no nos permite mirar para otro lado», ha denunciado en sus primeras declaraciones tras aprobarse la amenaza al certamen.
«Su imagen puede quebrarse para siempre»
¿Esta decisión puede provocar un efecto dominó en otros países? Natalia Álvarez, periodista especializada en Eurovisión, asegura que «algún país más caerá», pero seguramente ninguno del Big Five. «Lo veo complicado, el impacto de que se retire uno de ellos no es el mismo que uno más pequeño», asegura, en declaraciones en la SER. «El hecho de que sea Big Five amenaza la edición por la aportación económica y la audiencia», añade por su parte Miguel Heras, experto en Eurovisión.
Lo único que le puede pasar a Israel si se le permite acudir a Viena «es que termine ganando». «Están tan cerca y lo tienen tan estudiado… Puede pasar que alguien salte al escenario, les das igual, se crecen con esto», dice Álvarez. «Y que la gente que haya votado por votar a Israel de forma reaccionaria pierda el interés en el festival y todo vuelva a su status quo», asegura Miguel.
En una conversación con la SER, la representante española de 2023, Blanca Paloma, confiesa sentirse «alineada» con la decisión de RTVE de retirarse si va Israel y la tacha de «valiente». «Es una oportunidad perfecta para hacer un boicot cultural a Israel», asegura. Además, la cantante de Ea Ea dice ser «el año decisivo» del festival antes de que su imagen «se pueda quebrar para siempre» y se deje perder la verdadera esencia que alberga edición tras edición.
El Benidorm Fest, intacto
Si España se queda sin Eurovisión, una decisión tomada por principios, bien es cierto que termina perdiendo. «Es su concurso por excelencia: tiene una audiencia increíble, llevar a alguien a Eurovisión, lo que se cuenta en prensa…», dice Natalia, que ha viajado hasta el festival en varias ediciones.
Aún así, mantendrá intacto su producto estrella de la casa: el Benidorm Fest. El programa, que sirve de preselección española para escoger representante en el festival, se seguirá celebrando y, a partir de 2026, con un premio de 100.000 euros en metálico.
La única certeza que nos queda es la de haber sido el primer gran país en Eurovisión en poner pie en pared frente a una de las mayores crisis humanitarias que ha vivido el mundo en las últimas décadas.