Vox y el PSOE pidieron ayer explicaciones por la falta de protección de los cuadros de la antesala del salón de plenos, después de ver, al entrar en una comisión, a operarios sacudiendo el polvo con un plumero doméstico. Entre esos cuadros está el Martirio de San Sebastián del pintor flamenco Anton Van Dyck, una obra de gran valor declarada como Bien de Interés Cultural.
La portavoz de Vox, Gari Durán, señaló como responsable al cronista de la ciudad, Bartomeu Bestard: «Si cualquiera de nosotros tuviéramos un Van Dyck de 1×1 en casa lo tendríamos en una caja fuerte durante una obra. Utilizar un plumero de colorines para quitar el polvo de una obra de arte de estas características no es correcto y creo que alguien debería responder por ello», sentenció.
Durán (doctora en Historia Antigua) insistió en que la limpieza se tendría que haber realizado con supervisión de un especialista, pero recordó que el Ajuntament se ha quedado sin restauradora tras la jubilación de la anterior hace dos años.
Tapices
Durán también sacó a colación que en la escalera de Cort, que se ha llenado de andamios para una limpieza, existen dos tapices muy antiguos que tampoco se han protegido adecuadamente. Representan a Jaume I y constan en el inventario de bienes muebles de valor histórico y artístico del Ajuntament. Hace pocos años pasaron una restauración.
«A uno se le ha puesto un plástico y al otro se le ha caído», advirtió Durán, que reiteró que lo ocurrido es «de gravedad» y pidió «que la persona responsable asuma las consecuencias».
Por su parte, el socialista Pepe Martínez consideró que hay «responsabilidades políticas». Interpeló al regidor de Urbanisme, Óscar Fidalgo, del que no dependen estos trabajos (que competen a Infraestructures) pero que preside la Comisión de Catálogo y Centro Histórico, que precisamente supervisa proyectos de obra en la ciudad que puedan afectar a elementos patrimoniales. «¿Cómo es que después de tantos debates sobre patrimonio hemos llegado a esta dejadez?», lanzó el socialista.
El aludido, por su parte, recalcó que en la Comisión de Centro Histórico el cronista certificó «que no había ningún problema con ningún cuadro» ni con otras circunstancias de la obra. «Dijo que personalmente lo había comprobado», apostilló Fidalgo.