Mientras una nueva edición de la Laver Cup se disputa este fin de semana, la memoria del aficionado del tenis regresa a aquel instante que quedó grabado en la memoria colectiva del deporte. Un momento que trascendió raquetas, rankings y títulos. Se trata de la noche en Londres en la que Roger Federer jugó el último partido de su carrera, y lo hizo al lado de Rafael Nadal, en la Laver Cup de aquella edición.
Esa imagen fue más que una despedida. Fue una declaración de principios, una lección de respeto y una celebración del deporte en su forma más pura. Federer se despedía y, en lugar de hacerlo en solitario, eligió a su mayor rival para que lo acompañara en la pista. Pero no como adversario, sino como aliado, como amigo.
“Llamé a Nadal después del US Open”, recordó Federer en una entrevista. “Esperé a que terminara su participación en el torneo para comentarle mi retirada. Quería decírselo antes de que hiciera planes sin la Laver Cup”, añadió. Así comenzó el capítulo final de una historia que, durante casi dos décadas, definió una era dorada del tenis.
El suizo le pidió que jugara un último partido de dobles con él en el O2 Arena de Londres con motivo de la Laver Cup y Rafa dio un paso al frente
Según contó el suizo, la posibilidad de jugar ese último dobles no estaba del todo clara:“Le dije por teléfono que posiblemente estuviera al 50% o en un 60-40 de jugar en dobles. Le dije: ‘Mira, te mantendré informado. Tú me dices cómo te van las cosas por casa y volvemos a hablar’”. Pero no hizo falta esperar mucho. Nadal, fiel a su carácter generoso y comprometido, no lo dudó. “‘Haré todo lo posible para estar allí contigo’, me dijo. Y eso fue algo increíble para mí”, confesó Federer.
Una despedida emotiva
Aquel 23 de septiembre de 2022, en el O2 Arena de Londres, Europa se enfrentaba a Resto del Mundo en la tradicional Laver Cup. Pero para el mundo del tenis, el verdadero espectáculo estaba en el partido que cerraba la jornada: Roger Federer y Rafael Nadal, como pareja en el circuito profesional, enfrentándose a Jack Sock y Frances Tiafoe.
Más allá del resultado (victoria para el equipo rival en un apretado super tie-break), la noche fue un homenaje. Las cámaras enfocaban los rostros emocionados de Novak Djokovic, Andy Murray, Björn Borg y todos los compañeros del equipo europeo. Pero nada fue tan elocuente como ver a Nadal llorando junto a Federer, tomados de la mano, mientras el estadio se ponía en pie.
La rivalidad entre Federer y Nadal, que comenzó en 2004, fue una de las más intensas y a la vez más respetuosas en la historia del deporte. En total, se enfrentaron 40 veces (con 24 triunfos para Nadal), y disputaron algunas de las finales más épicas que se recuerdan: Wimbledon 2008, Australia 2017, Roland Garros 2006, por mencionar solo algunas.
Rafa Nadal y Roger Federer en Pula Golf (Mallorca)
Pero lo que ocurrió en Londres fue distinto. Fue el cierre perfecto de una historia que, contra todo pronóstico, terminó en amistad. “Todo terminó mejor de lo que jamás habría imaginado. Fue un esfuerzo increíble de Rafa y nunca olvidaré lo que hizo por mí en Londres”, concluyó Federer.