¡Cumplimos 25 años! Y en el número de octubre te lo contamos. Allí encontrarás el artículo «Cómo hemos cambiado». En él nos preguntamos por la evolución de grandes temas como la ecología o e minimalismo en estos años. Y todo ello con voces autorizadas.
Uno de los aspectos que merece nuestra atención es la casa prefabricada, de la que también hacemos mención en el artículo y que aquí te adelantamos. ¿Cómo eran entonces y cómo son ahora? ¿Han cambiado mucho? Nos lo cuentan dos expertos en la materia, el arquitecto Fran SIlvestre y el estudio De la Vega Cano Lasso.
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Todo lo que debes saber sobre las casas prefabricadas
«En los últimos veinticinco años, la arquitectura industrializada ha cambiado radicalmente tanto en sus procesos como en la percepción social que la rodea», cuenta Fran Silvestre. «Lo que antes se entendía como una solución provisional o de menor calidad, hoy se reconoce como un sistema constructivo innovador que busca aumentar la precisión en la materialización de la arquitectura», dice el autor de N290, una vivienda industrializada que se organiza en torno a un patio central.
La casa N290, fruto de la colaboración entre Fran Silvestre y Niu Houses.
Jesús Orrico
El arquitecto valenciano cree que «la industrialización y la construcción en seco permiten reducir tiempos a una tercera parte respecto a la obra tradicional, con precios cerrados desde el inicio y sin desperdicios, plazos y costes ciertos que mejoran la calidad de los entornos humanos, haciéndolos más sostenibles y saludables».
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Más precisión y menos impacto
«Hace años, lo prefabricado se asociaba a algo rápido, provisional, sin mucho cuidado. Hoy, sin grandes aspavientos, ha ido encontrando su sitio», comenta Ignacio De la Vega, del estudio De la Vega Cano Lasso. «No por prometer algo nuevo, sino por permitir hacer mejor lo de siempre. Desde nuestra experiencia, su valor está precisamente ahí: en poder llevar a cabo los principios más esenciales de la arquitectura —proporción, luz, materiales, integración con el entorno— con más precisión y menos impacto», detalla.
Casa cerca de Madrid del proyecto de casas modulares Tini Living del estudio De la Vega Cano Lasso.
Paco Marín
«Tener un sistema constructivo bien definido te obliga a pensar desde el principio en cómo se va a ejecutar cada encuentro, cada hueco, cada decisión. Eso hace que el diseño sea más claro, y también más honesto», asegura. «Se proyecta con los pies en la tierra, no con promesas vagas. Además, construir en taller, bajo control, permite intervenir mucho menos en el terreno. Se reduce el ruido, el plazo, los residuos. Y eso es importante: porque cada lugar tiene una historia, una topografía, una luz«, describe este arquitecto que, junto a Pilar Cano Lasso, forma el estudio De la Vega Cano Lasso, con sede en Madrid.
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«Por suerte, esa idea empieza a calar», reflexiona. A lo que Fran Silvestre añade: «La mirada del usuario también ha evolucionado: ahora se percibe la arquitectura industrializada no solo como rapidez o economía, sino como una alternativa que ofrece confort, diseño y respeto por el medio ambiente«. Dos miradas sobre el tema de la casa industrializada que se unen a todas las que encontrarás en el artículo «Cómo hemos cambiado» del número de octubre de Arquitectura y Diseño, donde reflexionamos sobre la evolución de otros temas como la sostenibilidad o la artesanía, ya en tu quiosco.