Madrid
Rusia celebra este sábado su festival alternativo a Eurovisión, Intervisión, un formato que volverá a emitirse después de 45 años y que busca promover valores familiares tradicionales universales, según ha señalado Moscú.
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Tras la expulsión de Rusia de Eurovisión, como consecuencia de su ofensiva en Ucrania, y en medio de la polémica por la participación de Israel en Eurovisión, Intervisión contará con la participación de cantantes procedentes de 23 países. En el formato se verán representadas grandes potencias como China, India, Brasil, Cuba o Colombia, y los participantes competirán por un premio en metálico de 30 millones de rublos (360.000 dólares).
El programa será retransmitido a través de la televisión pública rusa, de forma online y en otras televisiones, aunque no se ha especificado el número de cadenas públicas que tienen previsto retransmitir el evento.
En cuanto a las reglas, las canciones pueden interpretarse en cualquier idioma y estas serán juzgadas por un panel profesional compuesto por representantes de cada país, que decidirá el resultado, en lugar del público espectador.
Un festival que recuerda a la época soviética y en el que habrá una representante de Estados Unidos
Intervisión tiene su origen en un concurso musical de la época soviética con los estados satélites de Europa del Este. Sin embargo, en esta nueva versión quienes participan son países que Moscú considera amigos, como Bielorrusia, Qatar, Arabia Saudita, Sudáfrica, los Emiratos Árabes Unidos y Venezuela. De entre los participantes, Serbia es el único que participa tanto en el formato ruso como en Eurovisión.
Estados Unidos también estará representado por una artista nacida en Australia llamada Vassy, después de que el cantante de R&B estadounidense Brandon Howard se retirara en el último momento alegando motivos familiares.
El ministro de Asuntos Exteriores, Sergei Lavrov, declaró en una rueda de prensa previa al concurso que Moscú no había prohibido a los rusos ver Eurovisión, pero consideraba que también había espacio para lo que él denominó «enfoques alternativos para preservar las tradiciones y las culturas nacionales, así como las construcciones religiosas, espirituales y morales que hemos heredado de nuestros antepasados».