El Informe del gobierno vasco (GV). comienza manifestando su criterio desfavorable a la toma en consideración de la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) del Movimiento de Pensiónistas de Euskal Herria. Es curioso que dedique 8 puntos (del 1º al 8º) a tratar de demostrar que «la Renta de Garantía de Ingresos (RGI) contiene los mecanismos necesarios para garantizar ingresos dignos a las y los pensionistas dentro del marco de la asistencia social», (anda, cómo no íbamos a enterarnos si fuera así) y sólo uno, el 9º, en la que estima que el volumen del gasto (que generaría la ILP), podría poner en riesgo la sostenibilidad de las finanzas públicas. Al final del informe vuelve a expresar su disconformidad con la tramitación, “…porque comporta, como es evidente, un aumento de los créditos presupuestarios”.
El informe se puede reducir a dos argumentos: el Sistema Vasco de Garantía de Ingresos e Inclusión (la RGI) ya resuelve la reclamación de la ILP, y… los Presupuestos no aguantan… “…el evidente aumento de créditos presupuestarioS”. En el primer argumento, se extienden al máximo y en el segundo se contrae a la mínima expresión.
La RGI no responde a la realidad pensionista. En la Seguridad Social hay 56 000 pensiones contributivas de personas vascas que reciben complementos a mínimos mientras en la RGI sólo hay 16 000, en este caso incluyendo las no contributivas. Los números lo dicen todo (el MPEH contestó esa ley en su día).
Pero vayamos al tema presupuestario. El GV no quiere dar muchos detalles; así, sin más, con unos renglones da por demostrado que la ILP pondría en riesgo la sostenibilidad de las finanzas públicas. Tema importante despachado en un instante. Veamos cómo se forman los presupuestos de la Comunidad Autónoma Vasca (CAV). Para empezar, digamos que los presupuestos no consisten en gastos, sino en INGRESOS y GASTOS.
Los presupuestos y la recaudación fiscal se destinan a mantener los servicios públicos, el funcionamiento de las instituciones y la reducción de las desigualdades que produce este sistema económico. Es evidente que lo más importante es el capítulo de ingresos. Veamos la recaudación fiscal de nuestra Comunidad para darnos cuenta de dónde proceden esos ingresos, cómo evolucionan a lo largo del tiempo y qué influencia tienen los momentos de crisis como el de LehmanBrother (2010-2016) o el de la covid19 en 2020.
Para hacer una lectura objetiva cogeremos los últimos 20 años, 2005-2024. En este tiempo el PIB vasco ha crecido entorno a un 65 %. Los presupuestos generales en dicho periodo también han crecido en la misma proporción. En cambio, la recaudación por IRPF en estos 20 años se ha duplicado: ha subido un 108 % (3400 millones. en 2005 y 7096 millones en 2024). La recaudación por el IVA también ha crecido tanto como el PIB, un 64 %. Pero la recaudación por el IS (Impuesto de Sociedades) no ha subido, ha bajado un 14 %; es decir hace 20 años se recaudaban 1440 millones por el IS y en los últimos 15 años esa recaudación se ha reducido entre un 40 % y un 14 %). Este impuestose se fue de vacaciones, de vacaciones fiscales, se fue hace 20 años y aún no ha vuelto. Entre el IRPF e IVA cubren el 76,3 % dela recaudación y el IS cubre un 6,9 %; el 8 % restante se cubre con otros impuestos.
¡Está bien claro, ¿no?! Para qué explicar algo tan evidente: política fiscal a la medida de la cartera de la gran patronal. Esto se refleja en la actitud que muestra el GV cada año en las fechas que se aprueban los presupuestos. Todavía no podemos juzgar al actual GV, pero al que presidía el Sr. Urkullu sí. Antes de aprobarlos se reunía con Confebask y escuchaba atentamente a la Banca, a Iberdrola, Petronor, etc… Sin duda, hablaban de quién tenía que poner los ingresos y en qué emplear los gastos. Luego, una vez aprobados los presupuestos, cualquier reclamación laboral o social “… desequilibra las cuentas”; anda, qué curioso.
Los créditos presupuestarios se sostienen con ingresos que cubren gastos, y aquí se observa que quienes más tienen no ponen casi nada y que los gastos destinados a luchar contra la pobreza son residuales. La política fiscal vasca se ha convertido en un sistema de transferencia de abajo arriba, de rentas de trabajo a las rentas de capital.
No podemos olvidar la mención que se hace en el punto 8: “… debería ser abordada, en su caso, desde el ámbito competencia estatal”. De nuevo balones fuera, pero en los presupuestos del ejercicio de 2017 y 2018 el PNV usó otro criterio en la negociación con Mariano Rajoy para aprobar unos presupuestos estatales que incluían el 0,25 % de aumento para las pensiones: votó a favor a cambio de competencias y partidas económicas para sus proyectos en la CAV. Es decir, las pensiones sí eran un asunto de la CAV y se usaron como moneda de cambio… No es de extrañar que el año 2018, cuando estalló el movimiento pensionista contra el 0,25 %, el PNV saliera corriendo a Madrid para convencer a Rajoy que diera marcha atrás… el PNV se sintió como quien es sorprendido con las manos en la masa.
El informe del GV es muy débil y rezuma un intento de frenar el auge y despertar de los movimientos sociales y laborales en Euskadi. El GV trata de hacer creer a la sociedad vasca que el Movimiento Pensionista de Euskal Herria se ha equivocado de petición y de ventanilla. Pues no, con el desprecio a 145 142 firmas que avalaron la iniciativa sabemos que el discurso del GV sobre participación ciudadana en la elaboración de leyes es pura palabra hueca, sólo es de boquilla y de pacotilla.