En pleno Eixample de Barcelona, Amina y Antonio —al frente del proyecto inmobiliario y estudio de reformas Vive con Gracia— han dado nueva vida a un piso modernista de 110 m². Su proyecto ha conservado los suelos hidráulicos, las molduras de techo y la carpintería original, como guiños al pasado modernista, haciendo que convivan con una distribución abierta que respira luz y amplitud. 

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Salón© Germán Sáiz

Mucha personalidad para un piso familiar

En este piso se combina historia y modernidad. Aquí, la cocina es el corazón social de la casa y cada rincón tiene un propósito. Antonio y Amina y sus hijos Dante y Giulietta Aurora son los que disfrutan de este espacio. Amina Camiller es diseñadora de interiores e impulsora —junto a Antonio— del estudio Vive con Gracia (@vivecongracia_), especializado en reformas que combinan la conservación de elementos originales con una distribución moderna e inteligente. 

Este es el salón, una de las dos zonas de estar de la vivienda, que ocupan parte de la zona social de la casa, donde también se encuentran el comedor y la cocina. Detrás del sofá se asoma una estantería abierta que remata el frente de la cocina. El estilo de la casa «es una fusión entre el diseño clásico modernista y elementos contemporáneos, con referencias a la elegancia inglesa, pero adaptado con materiales más neutros para aportar calidez y serenidad. El enfoque está lleno de color, personalidad y funcionalidad, cuidando que cada rincón tenga un propósito tanto estético como práctico», explican. Sofá azul de Westwing.

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Salón con rincón de lectura© Germán Sáiz

Un interiorismo original, cargado de historia, personalidad, diseño y toques en color

Este es su propio hogar, un piso ubicado en un edificio modernista ubicado en el barrio del Eixample de Barcelona. 110 m² renovados para la familia. “Hemos diseñado nuestro hogar pensando en cada detalle, creando un espacio acogedor, amplio y luminoso que nos permita disfrutar plenamente de esta nueva etapa. Queríamos un lugar donde el diseño y la funcionalidad fueran de la mano, y donde cada rincón tuviera un propósito, reflejando nuestra manera de vivir y compartir el día a día en familia», indican los fundadores de Vive con Gracia.

Este es otro rincón de la zona de estar donde no faltan los toques de color. En sí, la construcción tiene el encanto de los techos elevados, las ventanas verticales con contraventanas, molduras y suelo hidráulico. Una base perfecta, repleta de matices, sobre la que crear el hogar de sus sueños. Mesa de centro de The Masie. Butaca del atelier de Miki Beumala. Las lámparas son de tiendas vintage.

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Doble zona de estar comunicada© Germán Sáiz

Dos espacios de estar comunicados

«La vivienda fue cuidadosamente restaurada con la intención de preservar sus elementos originales. Se conservaron los suelos hidráulicos de mosaico que son diferentes en cada habitación, las molduras decorativas del techo, y la carpintería de madera original», explican los propietarios y fundadores del estudio Vive con Gracia. Además, la distribución se modificó para conseguir más amplitud y luz natural.

Esta imagen muestra el paso de una zona de estar a otra. Y es que la vivienda cuenta con una primera zona de estar muy amplia y abierta donde se ubica la cocina y el comedor. Y al lado una sala de estar o salón de juegos, separada de la zona común, «para poder tener un espacio cerrado que facilite la convivencia con niños», indican. 

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Comedor© Germán Sáiz

Comedor bien enmarcado

Especialmente en la zona de día se priorizó la funcionalidad y fluidez de los espacios, eliminando barreras físicas. Este es un detalle del comedor, que queda delante de la isla de la cocina y junto al salón. Los grandes ventanales enmarcan el espacio con clasicismo. Con una mesa en azul intenso, la modernidad convive claramente en el espacio. Es de Antique Boutique y las sillas de Kave Home.

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Cocina abierta al comedor© Germán Sáiz

Cocina con isla, abierta al salón-comedor

Aquí se aprecia el detalle de los suelos hidráulicos originales, que fueron conservados como parte clave del encanto del piso y protagonistas del diseño. También los techos altos son característicos de construcciones antiguas y modernistas, y se han conservado en este proyecto junto con sus molduras ornamentadas originales, reforzando la identidad clásica del espacio.

«Desde el principio, quisimos que la cocina tuviera un rol protagonista en nuestra zona de día, pero sin que diera la sensación de ser una cocina convencional. La idea era que se fusionara con el salón y el comedor, creando un espacio fluido y acogedor. Optamos por una distribución que permite delimitar las áreas sin necesidad de paredes ni separaciones físicas, haciendo que todo el espacio se sienta conectado y permitiendo que cada uno esté a su aire, pero siempre juntos», detallan los artífices del proyecto.

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Cocina© Germán Sáiz

Cocina abierta de madera de cerezo

La cocina es de CUBRO, en acabado en madera natural de cerezo, de la gama Wood. Se buscaba un mueble que no se percibiese como una cocina al uso si no que fuera un mueble más del amplio espacio. La madera es perfecta para dar calidez y hacer que una cocina pueda percibirse también en un mueble de almacenamiento. 

Adosado a la pared, un frente lineal con un nicho donde se ubica el horno y el fregadero y acaba con una estantería abierta que queda detrás del sofá. Los tiradores son el modelo Square. La encimera es de piedra natural y el frente de encimera se reviste en acabado espejo. «Desde el diseño, imaginamos la cocina como un espacio social, tanto para el día a día como para cuando recibimos amigos, y la realidad ha superado nuestras expectativas. Se haconvertido en un punto de encuentro donde convivimos, cocinamos y disfrutamos juntos, justo como lo soñábamos», indican Amina y Antonio. 

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Recibidor© Germán Sáiz

La entrada a la vivienda

El armario es una pieza de carpintería lacada en el mismo color que el mueble del baño. Se encuentra en una zona de recibidor y actúa como mueble de servicio para esta área y como estructura que contiene el baño de los niños. En este espacio distribuidor se aprecian también unos espejos verticales, que en realidad son puertas de armario integradas en el tabique. 

«Es lo que ves nada más entrar a la casa y poner unas puertas de espejo daba luminosidad al pasillo principal y alargaba el espacio», señalan Amina y Antonio. Banco tapizado, de The Masie; y aplique de la pared, de Kave Home. 

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Pasillo© Germán Sáiz

Espacio distribuidor

Con la presencia de esos suelos especiales, las molduras del techo y la altura excepcional que prolonga vanos y y puertas de paso (lacadas en un suave tono con matices azulados), el distribuidor da paso a los dormitorios en esta vivienda. 

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Baño y dormitorio© Germán Sáiz

El dormitorio principal coordinado en color con el baño

El dormitorio principal resulta muy elegante por la combinación de colores elegida: por un lado, los neutros que aportan calma y luminosidad y, por otro, un color caldera sereno e intenso, extracálido; que pone la nota personal más elegante en el espacio. Las lámparas aportan aquí un toque de hotel boutique, y provienen de un mercadillo vintage de Milán. 

Destaca el zócalo de la pared con molduras integradas, que actúa como cabecero; realizado a medida. En la imagen de la derecha se aprecia el mueble del lavabo en el baño. Se apuesta por las mismas tonalidades para crear sensación de continuidad. Los interruptores son de la firma Fontina. Silla de The Masie y mesita de noche de Zara Home.

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Baño decorado en color verde© Germán Sáiz

Baño infantil en verde pino

El baño de los niños se reviste en cerámica en color verde pino —de 41zero42— en la zona de la bañera, delimitada por la forma en arco del acceso. Aquí es el color verde el que define el espacio, desde la puerta de acceso a los revestimientos y mobiliario, como el mueble del lavabo —de la firma CUBRO— en laca a juego y tiradores de madera. El resultado es un baño fresco, divertido y muy coherente con el resto de la casa