Domingo, 21 de septiembre 2025, 00:28
El futuro de la enfermedad de Alzheimer se dibuja con cambios y 2026 se perfila como el año clave para la llegada a España de los primeros fármacos que han demostrado ser capaces de retrasar el desarrollo de esta dolencia en personas a las que se les detecta en una fase inicial. Los medicamentos llamados a revolucionar el abordaje de esta patología se llaman Lecanemab y Donanemab, que en abril y julio de este año respectivamente recibían el visto bueno de la Agencia Europea del medicamento (EMA) para su comercialización y uso en el viejo continente. «Supone un paso importantísimo porque son dos anticuerpos que van dirigidos contra uno de los mecanismos más importantes del alzhéimer, que es el depósito anómalo de amiloide en el cerebro», celebra PabloMartínez-Lage, neurólogo y director de la fundación donostiarra Cita Alzheimer.
Tras el OK de la UE le toca el turno ahora a cada país europeo. El laboratorio correspondiente tiene que presentar al Ministerio de Sanidad un dossier clínico y un estudio presupuestario que muestre el impacto coste-efectividad del medicamento, con el precio que propone.
Se trata de fármacos, agrega Martínez-Lage, que «no se deben entender como un tratamiento para cualquier persona con alzhéimer. Están indicados solo en casos muy leves y en personas que tengan un riesgo bajo de tener efectos secundarios».
Pablo Martínez-Lage | Cita Alzheimer
«Supone un paso muy importante porque actúan en el depósito de amiloide»
En esta línea, Adolfo López de Munain, neurólogo responsable del área de Neurociencias de Biogipuzkoa, apunta que «los estudios pivotales han demostrado que no todos los pacientes responden igual. Responden mejor los hombres que las mujeres, hay algunos condicionantes genéticos que favorecen la respuesta y hay también contraindicaciones. Por ejemplo, los pacientes que tienen signos de hemorragias, lo que se llama microhemorragias en el cerebro, les aumenta el riesgo de sangrado».
Esta es una cuestión a debate encima de la mesa del ministerio, sostiene el experto. «Hace falta saber en qué condiciones se aprueba, no solo la parte económica, sino también la parte la indicación, lo que se llama la ficha de posicionamiento terapéutico. Es decir, si todas estas cosas se van a convertir en criterios de exclusión o simplemente en avisos, en advertencias».
Adolfo López de Munain | Biogipuzkoa
«Va a ser un gran reto logísticos si cada 15 días el paciente va a venir a por su medicamento»
Los ensayos clínicos de Lecanemab han probado que el avance de la enfermedad y el consiguiente proceso de demencia se ralentiza en un 27% en aquellos pacientes con deterioro cognitivo leve a los que se les suministró el fármaco. Donanemab, por su parte, ha demostrado la reducción del declive cognitivo y funcional hasta un 35% en comparación con el placebo a los 18 meses. «Los dos tienen exactamente el mismo mecanismo de acción, que es eliminar los depósitos de amiloide del cerebro, pero uno va dirigido contra un fragmento del amiloide y el otro va dirigido contra otro fragmento», explica el director de Cita Alzheimer.
Por vía intravenosa
El problema de una enfermedad tan complicada de entender como esta, añade Gurutz Linazasoro, neurólogo de Policlínica Gipuzkoa, es que el amiloide «no es la única proteína que acaba provocando el alzhéimer, también están la TAU y otras». Con esto quiere decir que «el efecto protector de estos fármacos no va a ser de un 100%, pero si ganamos cinco, seis, siete años de buena calidad, bienvenidos sean.Es un alivio muy importante».
Gurutz Linazosoro | Policlínica
«La protección no es 100%, pero si ganamos 7 años de buena calidad, bienvenidos sean»
Otra de las características de estos fármacos es que se aplican en el ámbito hospitalario y vía intravenosa, cada quince días en el caso de Lecanemab y mensualmente en el de Donanemab, lo que también precisa de una monitorización de su administración y un control de los posibles efectos secundarios. «De entrada, lo que supone es un reto logístico muy importante, porque los pacientes tienen que venir a una instalación sanitaria a ponerse su tratamiento y eso conlleva también una cierta saturación», avisa López de Munain.
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