Hace ya casi un año que el ciclismo vivió una de sus páginas recientes más tristes. Todo sucedió en los Mundiales del año pasado, los que se celebraron en Zúrich. Allí la joven Muriel Furrer falleció con apenas 18 años en plena disputa de la prueba en línea júnior femenina.
La ciclista se fue al suelo en un tramo de descenso como consecuencia de las condiciones climáticas adversas y la caída tuvo daños irreparables. Sin embargo, lo peor fue que la deportista estuvo ilocalizable durante un gran periodo de tiempo y las ambulancias no pudieron atenderla hasta casi 90 minutos después.
Con este terrible desenlace comenzó un gran debate acerca de la seguridad de los ciclistas. Sin radio en los equipos y sin GPS, esta incidencia se convirtió en una trampa mortal. De ahí que la Unión Ciclista Internacional reconociera la necesidad de tener localizados a todos los ciclistas en cada prueba.
Mañana arrancan los nuevos Mundiales de ciclismo en Ruanda y ya nada volverá a ser igual después de lo sucedido el año pasado. Todos los deportistas llevarán un geolocalizador para evitar episodios similares a los de la pasada edición.
Un sistema que llega para aumentar la seguridad pero con polémica por la forma en la que se ha probado en los últimos meses. Todo ello mientras un año más tarde sigue abierta la investigación por la muerte de Muriel Furrer.
El nuevo sistema de seguimiento
Las reuniones entre la UCI y la plataforma SafeR, que pelea por aumentar la seguridad de los ciclistas en carrera, han desembocado en la implantación de un nuevo sistema de seguimiento en carrera.
En este Mundial de Ruanda que arranca mañana y que se prolonga hasta el 28 de septiembre todos y cada uno de los ciclistas de todas las categorías -élite, sub23 y júnior- llevarán un dispositivo de seguimiento de GPS debajo del sillín de sus bicicletas. Esto será así en todas las pruebas, tanto en la modalidad en ruta, como en la contrarreloj individual y por equipos.
El sistema, que estará operado desde el centro de control del Mundial, «permitirá la monitorización en tiempo real de datos sobre la posición y la velocidad de todo el pelotón, lo que permitirá la identificación inmediata de cualquier situación inusual, como una parada repentina de un ciclista en el recorrido», comentó la propia UCI.
«Gracias a este sistema, cualquier incidente o accidente que pudiera haber pasado desapercibido podrá identificarse rápidamente y será posible asistir a la persona afectada lo antes posible movilizando a las personas que ya se encuentran en el terreno y a los servicios de emergencia», aseveró David Lappartient, el presidente de la UCI.
Con polémica
Lo cierto es que este nuevo sistema que van a probar los corredores en los inminentes Mundiales de Ruanda llega cargado de cierta polémica. De hecho, fue rechazado por varios equipos femeninos hace apenas unas semanas.
La UCI, en su afán de hacer pruebas para tratar de obtener feedback y mejorar el rendimiento de este instrumento, quiso implementarlo en el pasado Tour de Romandía femenino. La idea era colocar uno de estos dispositivos a una de las ciclistas de cada escuadra en la contrarreloj por equipos, pero hasta cinco estructuras se negaron a aceptar esto.
Lidl-Trek, Canyon//SRAM, EF Education-Oatly, Visma Lease a Bike y Picnic no se prestaron a estas pruebas y fueron expulsados de la carrera. Los equipos emitieron un comunicado conjunto en el que hablaban de que la UCI quería imponer la medida «sin un consentimiento claro». También decían que esta decisión «ignora los derechos de los equipos y de los corredores».
La sombra de Muriel Furrer
La muerte de Muriel Furrer conmocionó al mundo del ciclismo en los pasados Mundiales de Zúrich. La investigación para esclarecer qué es lo que sucedió exactamente sigue abierta, por lo que todavía no se han depurado responsabilidades.
Lo que está claro es que la UCI no quiere que se produzca una situación similar y ahora quiere tener a todos los ciclistas bajo su control en todo momento.
Furrer cayó al suelo en una curva de izquierdas durante la celebración de la prueba femenina. Las malas condiciones climatológicas contribuyeron a esta caída en una zona de descenso.
La ciclista suiza Muriel Furrer, junto a una compañera de selección.
Sin embargo, nadie se percató de que la joven de 18 años se había salido de la calzada y se encontraba en una situación crítica. La carrera transcurrió con normalidad ya que nadie adivinó a ver a la corredora en la cuneta.
Se estima que la caída tuvo lugar a las 11:03 horas del pasado 26 de septiembre de 2024. Sin embargo, las investigaciones dicen que no fue hasta las 12:33 horas, una hora y media más tarde, cuando se advirtió que la corredora no había terminado la carrera.
Las ambulancias llegaron al lugar de la caída en torno a las 12:45, mucho tiempo después de la caída inicial. Todo ese tiempo Furrer había estado desatendida y abandonada a su suerte. A las 13:32 aterrizó un helicóptero para llevársela al hospital, donde terminó muriendo al día siguiente.
Un tiempo que resultó ser mortal y que ahora se quiere evitar en el caso de que se produzca cualquier caída.