El actor José Ramón Soroiz se ha mostrado «orgulloso» de su interpretación en el filme ‘Maspalomas’, de Aitor Arregi, José María Goenaga y Producciones Moriarti que se presenta en Sección Oficial del 73 Festival Internacional de Cine de San Sebastián, donde hace de un hombre homosexual de la tercera edad que tras vivir plenamente en Canarias su orientación sexual vuelve al armario cuando su hija lo mete en una residencia de mayores en la capital guipuzcoana tras sufrir un ictus, un papel que ha reconocido le costó aceptar por las escenas de sexo explícito pero que estaba «convencido» tenía que hacer. La música del filme es obra del compositor granadino Pedro Osuna quien cree que haber captado la esencia de los personajes: un hombre septuagenario que debe volver al «armario» y una mujer que, aún de edad, expresa su libertad en cada momento.
En rueda de prensa en el Zinemaldia, Arregi, Goenaga, Soroiz, los actores Nagore Aranburu y Kandido Uranga y el productor Xabier Berzosa han dado cuenta de este filme en el que Vicente (José Ramón Soroiz), a los 76 años, tras romper con su pareja lleva la vida que le gusta en Maspalomas, pero un ictus le obliga a regresar a San Sebastián y reencontrarse con su hija (Nagore Aranburu), con la que no tiene relación desde hace 25 años, y se ve obligado a vivir en una residencia de mayores y ocultar su homosexualidad.
Soroiz ha reconocido que le costó «mes y medio, dos meses» decidirse si hacer esta película. «Cuando José Mari me dijo que contaba conmigo le pregunté si no había más actores o qué», ha señalado.
«Yo soy disléxico, me cuesta mucho memorizar, no me gustan las ruedas de prensa, televisiones, ni nada«, ha señalado, para añadir que encima él le pasó el guion con una nota advirtiéndole de que aunque no lo habían hablado, el papel tenía secuencias de sexo homosexual explícito, pero que «no había problema» con ello, porque llegarían hasta donde él quisiera.
«Leí el guion y me encantó, me emocioné, dije yo lo puedo hacer pero estaba lo otro», ha señalado, respecto a esas escenas. «Necesitaba tiempo para asimilarlo y lo comenté en casa y me dijeron, tú verás, estás jubilado, no tienes necesidad de hacer eso», ha explicado.
«La historia era esa, yo quería hacerlo, porque me gustaba, pero el cuerpo no me pedía que fuera así», ha relatado, para añadir que incluso preguntó a los directores si no podían «acortar» esas secuencias en las que las coordinadoras de intimidad le «ayudaron mucho». «Me dijeron que era una coreografía y con eso me animé», ha señalado.
Así ha indicado que se preparó durante seis meses para rodar, porque él quería «hacer la película, pero como ponía en el guion, si no, no tenía sentido», ya que, la primera parte, rodada en Maspalomas y en la que se desarrollan esas escenas de sexo explícito «es importante» para que se entienda todo la parte que se desarrolla cuando Vicente está coartado de esa libertad en la residencia de mayores.
Soroiz ha confesado que le «costó» hacer esa parte, pero está «orgulloso de la actitud que tuve con la película y haber decidido que lo tenía que hacer, que lo iba a hacer y que era capaz de hacerlo». «Me he vaciado», ha asegurado, para subrayar que «fueron los dos meses más duros y maravillosos» que ha vivido en 50 años de profesión.
«Es un regalo que me ha hecho Moriarti», ha incidido, al tiempo que ha asegurado que en este papel ha trabajado «todo el rato con el querer», también a sus compañeros de reparto, Aranburu y Uranga. «No sé si se ve, pero he trabajado con los sentimientos, no soy nada técnico», ha indicado.