El Barça de basket fue un equipo casi indestructible. Al menos, en España. En los años 80, el expresidente Núñez y Aíto García Reneses construyeron un proyecto ambicioso y ganador, que destrozó la hegemonía del Real Madrid. También tuvo sus momentos de gloria el Barça con Svetislav Pesic y Xavi Pascual como técnicos. Y, recientemente, con Sarunas Jasikevicius y Nikola Mirotic. En 2023, sin embargo, el actual dirigente, Joan Laporta, cortó por lo sano y se cargó un plan ganador.

Condicionado por la delicada situación económica y el maldito Fair Play de la Liga, el Barça de basket pagó las consecuencias de la mala gestión del club. Laporta, además, delegó el nuevo ciclo en Juan Carlos Navarro, durante muchos años el gran símbolo del Palau. Como jugador, Navarro las metía casi todas. Como gestor, acumula más errores que aciertos.

Navarro es señalado como el gran culpable de la caída del Barça de basket. Algunos errores han sido de bulto, como pagar 12,5 millones de euros en tres años a Willy Hernangómez, un pívot con mucho nombre y poco sacrificio. 

La Bomba, sin embargo, no puede fichar los jugadores más deseados. En algunas ocasiones, la pieza contratada era la séptima u octava opción. Este verano también ha sido complicado, tras recortar el Barça la masa salarial de su plantilla en tres millones de euros

El Barça no pudo retener a Justin Anderson ni Jabari Parker. Y la mayoría de fichajes han sido de medio pelo, con la excepción de Tornike Shengelia. El técnico, Joan Peñarroya, sigue por necesidad, no por convicción, porque el club no quiso indemnizarle. Ante tanto despropósito, el equipo azulgrana ya ha perdido el primer título de la temporada: la Lliga Catalana.

Laporta desliza que el Barça prepara la gran revolución para verano de 2026. Quiere fichar a un técnico de prestigio –preferentemente, Xavi Pascual–,  y jugadores de primer nivel para relevar a Satoransky, Laprovittola, Vesely y Willy. Sin embargo, los actuales problemas con el límite salarial son otro freno para los buenos deseos del máximo dirigente. Unos deseos que chocan con la realidad. El Barça de basket, hoy, es una ruina, un equipo vulgar.