El incendio forestal que continúa activo en el municipio lucense de Pantón ha devastado ya más de 2.000 hectáreas, dejando tras de sí un panorama desolador en zonas como Budián. Los habitantes describen el desastre vivido este fin de semana como «el fin del mundo«, debido a la magnitud de los daños ocasionados por las llamas.
Mari Fe, vecina de la localidad, ha declarado a EFE que nunca imaginó ver su pueblo en semejante estado, calificando la situación de «imposible». Según su testimonio, el fuego arrasó «varias casas en la parte de abajo» del núcleo donde reside.
La residente ha recordado que en las últimas décadas ya se habían producido incendios provocados por chispas del tren que cruza la zona. Sin embargo, asegura que si le hubieran contado lo sucedido, no lo habría creído. «Ha quedado la capilla, que ni sé cómo quedó allí en el medio», ha añadido.
De acuerdo con la información facilitada por la Consellería de Medio Rural en la tarde de este domingo, permanecen activos tanto este incendio en Pantón como el de Lobios (Ourense), que afecta al parque natural de Baixa Limia-Serra do Xurés.
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EFE
En Pantón, el fuego se originó el pasado jueves, poco después de las dos de la tarde, en la zona de Pombeiro. Las llamas también han alcanzado el municipio vecino de Sober, manteniéndose la situación de alerta debido a la cercanía del incendio a áreas habitadas.
En las tareas de extinción participan ya 20 técnicos, 110 agentes, 142 brigadas, 92 motobombas, 9 palas, 6 unidades técnicas de apoyo, 14 helicópteros y 12 aviones, además de efectivos de la Unidad Militar de Emergencias.
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Europa Press
La Unidad de Investigación de Incendios Forestales considera como principal hipótesis que el origen del fuego podría estar en una chispa provocada por un tren de mercancías.
El incendio forestal que continúa activo en el municipio lucense de Pantón ha devastado ya más de 2.000 hectáreas, dejando tras de sí un panorama desolador en zonas como Budián. Los habitantes describen el desastre vivido este fin de semana como «el fin del mundo«, debido a la magnitud de los daños ocasionados por las llamas.