San Sebastián
La prensa bautizó como «Efecto Jolie», el aumento de mujeres que pidieron someterse a pruebas y cirugías preventivas del cáncer de mama. La actriz hizo público en 2013 que, tras detectar una mutación genética que posibilitaba ese tipo de cáncer que había matado a su madre, se sometía a ese tipo de intervenciones. Su anuncio incrementó significativamente las visitas médicas y los estudios genéticos, inspirando a muchas mujeres a tomar esas medidas. Ahora, Angelina Jolie protagoniza una película en la que todo aquello cobra sentido en la ficción. Es Couture, de la directora francesa Alice Winocour, película que compite por la Concha de Oro y que ha traído a San Sebastián a la actriz americana.
«Perdí a mi abuela y a mi madre muy pronto y tengo ese mismo gen, así que decidí hacerme la mastectomía doble hace aproximadamente una década. Y también me extirparon los ovarios, porque eso también fue lo que le pasó a mi madre. Fue mi decisión, no digo que todas deban hacerlo, pero sí tener la posibilidad de elegir. No me arrepiento. Para nada. Es una conversación más amplia y creo que esto debe unir a las mujer», decía la actriz en la rueda de prensa.
«Cualquiera que haya pasado por algo así se siente vulnerable y sola. El cáncer femenino tiene algo muy particular porque, obviamente, nos afecta a nosotras y a cómo nos sentimos como mujeres. Por eso, creo que es muy interesante e importante, y tal vez sirva para enviar un mensaje a cualquiera que esté con una mujer que ama para que comprenda la forma en que esta película describe el el viaje que vive».
Jolie interpreta a una directora de cine, algo que conoce bien, pues la estrella americana ha dirigido varios filmes. Se encuentra en París rodando una película de vampiras feministas en plena Semana de la Moda parisina. En medio de todo eso, le detectan un cáncer de mama. «Quería a alguien como Angelina Jolie por su conexión con la enfermedad, ella no tiene cáncer, pero escapó del destino de su familia, de su abuela y su madre, con una doble masectomía. Es una mujer que también tiene momentos bonitos, que no está definida por el cáncer, y posiblemente sea la última vez que tenga sexo con sus dos pechos», explicaba Winocour sobre el personaje.
El miedo, la parálisis, el replanteamiento de la vida y la espera hasta tener un resultado firme centran la trama que se entreteje también con historias de otras mujeres que pasan por momentos convulsos en sus vidas. «Tengo relación con el cáncer y quería ambientar esta historia en la Semana de la Moda para confrontar la mortalidad con el brillo de ese universo», explicaba la directora del film.
La actriz siempre ha sido una mujer comprometida, con distintas causas y se ha vinculado a organizaciones como ACNUR, la UNESCO. Ha pedido el alto al fuego en Gaza y se mostraba preocupada por la deriva que está viviendo Estados Unidos. «Amo a mi país, pero en este momento no lo reconozco. Siempre he vivido con una mirada internacional: mi familia es internacional, mis amigos, mi vida, mi visión del mundo es igualitaria, unida, global. Cualquier cosa que limite las expresiones personales y las libertades de cualquier persona. Creo que es muy peligroso y vivimos momentos muy graves, debemos tener cuidado de no decir las cosas a la ligera. Así que, prefiero tener cuidado durante esta rueda de prensa. Como todos saben, estamos pasando por momentos difíciles».
Entre los personajes, está la joven africana que ha huido de su país, de la guerra, y que ahora ha conseguido un trabajo como modelo, aunque no tiene mucha idea de cómo hacerlo. Hay una joven modelo ucrania, cuyo padre vive bajo las bombas del ejército ruso. También una maquilladora que ve el error que la industria del cine y de la moda ejercen sobre el cuerpo de la mujer. «Es una película sobre mujeres, mujeres que aprenden y avanzan, no son solo mujeres que tienen cáncer o entran en el mundo loco de la moda. Son múltiples voces femeninas y eso es lo que me interesa», decía la directora esta mañana en una entrevista en la SER.
Couture, que significa costura, habla de cómo tejemos las relaciones, en el mejor o el peor momento de nuestras vidas. Una película quizá irregular, sobre todo en cómo cuenta las diferentes historias, pero que enlaza temas y sensaciones comunes a muchas mujeres, cuyas vidas pasan por el abismo. A veces recuerda a esa espera de la protagonista de Cléo de 5 a 6, la película de Agnès Varda.
Esta ha sido una película muy cercana y emotiva para Jolie, que reconocía haber hecho grandes amigos en el rodaje y haber mantenido una relación muy estrecha con la directora, pero además estaba el recuerdo de su madre. «Es muy difícil hablar de mi madre. Llevaba el collar de mi madre en la película. Me hubiera gustado que mi madre tuviera esa comunidad, que hubiera hablado de que sentía y que no se hubiera sentido sola. Hablo con ella todo el día, en cada momento de mi vida en el que me focalizo», decía emocionada.
Angelina Jolie, actriz a la que hemos visto en todo tipo de papeles, y que llevaba tiempo sin prodigarse mucho, salvo ese papel de María Callas que firmó con Pablo Larraín el pasado año, construye un personaje lleno de matices, donde le dolor, el miedo y el temor a la muerte aparecen en la justa medida y un perfecto francés del que casi no percibimos ni el acento. Pero también la esperanza de conectar con alguien. Al final, el filme es también una historia de amor, la de personaje protagonista con su ayudante de dirección, Louis Garrel. «Cuando hablas de cáncer y sobretodo del cáncer de pecho, se habla desde algo patético y no lo es. Es emotivo y eso puede conectar con el deseo», decía el actor en la rueda de prensa de una película que más que hablar sobre la enfermedad hace una defensa de cómo vivir ante la fragilidad de la vida. «Es muy importante entender que se puede seguir viviendo, deseando y sintiendo como mujer, y que quienes aman a esas mujeres se lo deben recordar», decía la actriz.