José María Almoguera es feliz y su felicidad tienen nombre propio: María Sánchez. La relación con su madre está en su mejor momento y él se siente un hombre renovado. Sin embargo, su felicidad no es completa, la empaña el distanciamiento de su prima, Alejandra Rubio que ha provocado que ni siguiera conozca a su hijo.
La última vez que hiciste una entrevista para Lecturas tu vida era completamente diferente, ¿recuerdas?
Sí, fue por mi entrada en ‘GH DÚO’, desde entonces ha cambiado todo mucho y podría decir que a muchísimo mejor, ahora estoy más tranquilo y podemos decir que más feliz.
¿En qué ha cambiado tu vida?
El punto de inflexión fue el divorcio, fue cuando dije: “Yo no quiero esta vida. No quiero estar enfadado con todo el mundo, que los problemas me sobrepasen ”. Y empecé a gestionar la vida de otra manera.
¿Divorcio o separación?
Divorcio no existe, por lo tanto separación.
GTRES
¿Y antes de tu separación también estabas enfadado?
Sí, con mi madre.
¿Te arrepientes de eso?
Viéndolo ahora no, porque me ha llevado a algo mucho mejor.
¿Con ella?
Sí. A veces hay que dar un golpe en la mesa para que las cosas cambien. Y creo que el mantenerme en la postura correcta y defender la verdad me ha ayudado mucho, porque a día de hoy saben cómo soy y puedo tener una relación mucho más real con mi familia, con mi madre, con mi tía.
¿En que punto está tu relación con tu madre ahora?
Maravillosa.
¿Cuando entraste en ‘GH DÚO’ estabas cerrado al amor?
Completamente. Fue María la que me abrió al amor. Si no llega a ser por ella no me lo habría planteado. Ambos estábamos cerrados al amor.
¿Y qué te hizo abrirte al amor, que hizo o tenía María?
Lo primero que es única su forma de ser, es tan natural que te hace sentir cómodo en cualquier situación. Es una persona con la que puedes hablar de cualquier tema, yo antes no había tenido una persona que me escuchara.
¿Cómo es la relación de María con tu familia?
Con toda mi familia se lleva muy, muy bien. Mi madre la adora, y ella adora a mi madre. Mi hijo la adora, mi padre le tiene mucho cariño, con mi tía se lleva bien, no tienen tanta relación porque se han visto pocas veces. Con mi hermana se lleva genial. A mi prima
no la conoce.
¿Podemos decir que es la pareja con la que más ha congeniado tu madre?
Eso habría que preguntárselo a ella, yo creo que sí.
Garófano
¿Te dijo algo que te llamara la atención cuando la conoció?
Sí, me dijo una cosa que sorprendió bastante: “A tu abuela le encantaría”. Por cómo es, a adoptaría como hija.
Eso es lo más bonito que te pueden decir.
Sí. Es importantísimo y necesario que la persona con la que estés encaje en tu círculo. Si todo encaja bien es muy fácil seguir adelante. Y tanto es así que nos vamos a ir a vivir juntos.
¿Estáis abiertos a dar más pasos en la relación, os casaríais?
Yo primero me tengo que divorciar, vamos a ser claros. Y cuando me divorcie, sanar las heridas que generó ese divorcio, tanto emocionales como económicas, para yo poder afrontar un nuevo matrimonio desde cero. Un divorcio tiene unos costes, tanto económicos como mentales, porque tú pasas de un amor al odio, y del odio a la indiferencia. Yo estoy en ese momento de indiferencia pero cuando remueves ciertas cosas vuelve el odio, que no es odio como tal, pero vuelve ese sentimiento de in-
comodidad con esa persona. Tú no te puedes casar con una persona si tienes algún
tipo de sentimiento bueno o malo por otra.
¿Qué frena ese divorcio?
Pregúntaselo a ella.
¿Es ella la que frena, no pone fecha, o es que no quiere?
Que yo sepa, quiere.
¿Entonces?
No lo sé, pero no hay nada firmado.
¿Por su parte?
Por su parte.
¿Y tú no tienes confianza con ella para preguntar por qué no firma?
No.
¿No os lleváis bien?
No tenemos relación. Y cuando le he preguntado siempre ha habido cambio de tema.
¿Y por qué crees que es?
No lo sé. Me gustaría saberlo: qué le impide firmar todo esto y dejarlo ya a un lado.
Garófano
¿En qué te ha cambiado la vida tener un hijo?
Es casi imposible borrarme la sonrisa de la cara desde que soy padre. Es algo que es maravilloso, me la ha cambiado a mejor.
¿Te imaginabas que te iba a provocar eso ser padre?
Sí. Yo quería ser padre y sabía que no iba a ser mal padre. Es más, sabía que iba a ser un buen padre.
¿Y cómo es tu madre de abuela?
La hostia. La adora y ella está que se le cae la baba, mi hijo es muy bueno y es fácil cogerle cariño.
¿Con tu tía Terelu tienes buena relación?
Yo tengo una relación normal, buena, de familia. De repente ha cambiado mucho.
¿Qué ha pasado?
A ver, hablando mal y pronto, quizá yo he dejado de ser un niño para ser hombre y cuando eres niño obvias ciertas cosas que ni te llaman la atención, pero cuando eres más mayor y aprendes no te gustan, y entonces comentas y eso genera una diferencia de opiniones, y al haber diferencia de opiniones, la gente se aleja.
Hablamos de tu prima. ¿Podemos decir que cuando tú le has plantado cara o le has contestado, ella se ha echado para atrás?
No lo sé. Hay veces que de bueno te tratan de tonto, y no es tan así. Yo, por no generar ciertas situaciones, me he callado.
¿Ante qué, por ejemplo?
Ante ciertos comentarios que se hicieron sobre mí que me parecieron injustos.
¿De cosas que se han dicho en televisión o fuera?
Yo fuera no tengo ningún tipo de relación. Nos hemos mandado cuatro mensajes en dos años. No hay tanta relación como teníamos antes, a ella se la ha olvidado toda la relación que teníamos antes.
¿Qué relación había ahí?
Un primo mayor con una prima pequeña. Nosotros veraneábamos juntos en Marbella, íbamos juntos a todos lados.
GTRES
¿Qué es lo que más te ha dolido, a lo mejor que no se preocupe de conocer a tu niño?
El distanciamiento sin saber por qué. Que a lo mejor opines de ciertas situaciones que no conoces, que tengas siempre esta connotación tan negativa sobre mí.
¿Te da pena no conocer a su bebé?
Sí, mucha. Más que yo no conocer a su bebé, es que a mi hijo no lo conozca, ¿mi hijo qué ha hecho?
¿Lo has intentado?
He hecho lo que he podido. Siempre me dice: “Sí, sí, más adelante”. Pero nunca llega. Eso es como un no.
¿Hay solución?
No depende de mí. Yo he hecho todo lo posible, tengo aquí mi teléfono esperando a ver si algún día suena.