Hansi Flick tiene una norma que todos sus jugadores conocen: quien llega tarde en día de partido, no juega ni aunque en los planes del técnico entrase que fuese titular. Es el caso de Marcus Rashford, quien hoy llegó un poco tarde al encuentro matinal del equipo previo a la concentración del equipo en su hotel habitual de cara al duelo de esta noche (21 h./DAZN laLiga) ante el Getafe.

Ha sido un retraso de sólo dos minutos sobre la hora a la que estaban todos citados, que es una hora antes de la sesión de activación matinal de los días de partido. Es decir, que no ha llegado tarde a la sesión sino al horario que les citan. Y el retraso ha sido porque estaba rellenando de forma telemática una información que les pide el club cada día al incorporarse a su disciplina.

Esta actitud del entrenador desde que llegó al Barça no es nueva. De hecho, su inflexibilidad ya la han sufrido, que se sepa, Jules Koundé, Iñaki Peña y, últimamente, Raphinha. El defensa francés, que ha llegado tarde al menos un par de veces, incluso pidió a algún miembro de seguridad del club que le avisase un rato antes de la hora en que Flick les citaba en el hotel para la charla previa al partido. 

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Hoy le ha tocado a Rashford por un retraso mínimo pero Flick es así: coherente con la impuntualidad. Es Ferran Torres el elegido para ocupar  el flanco izquierdo del ataque.