El caso de un atropello ferroviario mortal a una vaca que propicia un nacimiento de un ternero es ya de por sí noticioso, pero la curiosidad se dispara cuando este suceso deriva en el hallazgo de un cadáver humano.

Es lo que ha ocurrido esta semana en Gijón, donde una vaca fue arrollada por un convoy a las seis de la mañana del pasado miércoles. El animal, que murió en el choque, estaba en avanzado estado de gestación, y en el impacto, salió disparado la ternera que esperaba.

Tal y como recoge el diario local El Comercio, al lugar del suceso acudió la Guardia Civil y el dispositivo desplegado encontró junto al sitio del atropello el cadáver, en avanzado estado de descomposición, de un hombre.

Según El Comercio, se cree que el cuerpo llevaba unos cuatro meses abandonado en ese lugar, en la aldea gijonesa de Fontaciera y se cree que el hombre murió por causas naturales. 

Las primeras hipótesis apuntan a que se trataba de un sintecho que se bajó del tren en un apeadero cercano y buscó refugio en una nave abandonada de las inmediaciones de donde se produjo el atropello de la vaca.

La parte amable de la noticia es la supervivencia de la ternera nacida tras el atropello. Su propietario, aludiendo a las extrañas circunstancias de su nacimiento, ha decidido llamarla ‘Milagros’.