Racional estratégico y compromiso con todos los grupos de interés

La operación tiene como objetivo construir un banco más sólido y con mayor escala para afrontar los retos estructurales del sector financiero en mejores condiciones. La lógica estratégica de la operación se ha afianzado en los últimos meses: en un contexto en el que Europa prevé elevar el gasto y la inversión, ha crecido la necesidad de contar con bancos más grandes en la región.

Además, el tamaño tiene una relevancia cada vez mayor en el sector financiero para afrontar los costes fijos asociados a las crecientes inversiones en tecnología (digitalización, ciberseguridad, datos e Inteligencia Artificial, entre otros). Una mayor escala permite diluir estos costes entre una base de clientes más grande, consiguiendo así una mayor eficiencia.

La unión con Banco Sabadell es un proyecto de crecimiento que incrementará la capacidad de financiación a empresas y familias tras la fusión en 5.400 millones de euros adicionales al año. Además, BBVA ha asumido unos compromisos sin precedentes con la CNMC que muestran su firme apoyo a las pequeñas y medianas empresas y autónomos, ya que contarán con garantías sobre el mantenimiento de volumen de crédito a futuro que no tendrían en ausencia de esta operación.

“Los accionistas de Banco Sabadell que acudan participarán en una entidad con mucho mayor potencial de crecimiento y creación de valor, con capacidad de obtener un beneficio por acción un 41% superior al que obtendrían en caso contrario. Les invitamos a que juntos construyamos un proyecto tan beneficioso para los clientes, empleados y accionistas de ambas entidades y para la sociedad en su conjunto”, ha añadido Onur Genç, consejero delegado de BBVA.