Parece que no hay lanzamiento de un nuevo iPhone sin su dosis de polémica. Es casi una tradición. Y este año, con el iPhone 17 Pro y su nuevo cuerpo unibody de aluminio, el «gate» de turno no ha tardado en aparecer: la facilidad con la que se araña. El cambio al aluminio ha sido aplaudido por sus mejoras térmicas y de robustez, pero ha abierto un debate sobre su durabilidad cosmética.
Las redes sociales se han llenado de imágenes de unidades de exposición con aparentes arañazos, y yo mismo pude verlo el viernes en la Apple Store de Zaragoza: un modelo en azul que mostraba marcas evidentes. Sin embargo, mi experiencia personal con mi propio iPhone 17 Pro (en color plata) tras este primer fin de semana es que sigue absolutamente impecable. Entonces, ¿qué está pasando realmente? Vamos a intentar arrojar un poco de luz sobre esta controversia.
iPhone 17 Pro en la Apple Store de Zaragoza
¿Arañazos reales en el iPhone 17 Pro o un malentendido?
Aquí es donde reside el núcleo de la confusión. La mayoría de las imágenes virales no muestran arañazos en el aluminio, sino unas marcas circulares en la parte trasera de cristal mate. Y no, no son arañazos. La explicación, que por mi experiencia en distribuidores Apple tiene todo el sentido, es mucho más simple: son restos de la propia goma de las bases de carga MagSafe que Apple usa en sus tiendas.
El problema es que los soportes MagSafe de las Apple Store tienen un anillo metálico en la parte superior, que es fácil de rayar al levantar el teléfono. Y con el tiempo, este metal se desgasta empeorando el problema.
De hecho, recomiendo a todo el mundo que eche un vistazo a los ya clásicos tests de durabilidad que circulan por YouTube. En ellos se puede ver perfectamente este efecto: tras pasarle una moneda o una llave por la trasera de cristal, queda una marca que parece un arañazo profundo. Sin embargo, basta con pasar el dedo para que el supuesto daño desaparezca por completo. El cristal no se está rayando, está «descomponiendo» el material con el que roza.
Lo que parece un arañazo de una llave, es metal descompuesto sobre la superficie. Se quita pasando el dedo por encima.
Incluso arañando con una llave el aluminio, se quita el polvo generado con el dedo.
La prueba definitiva que refuerza esta teoría la encontramos en su propio compañero de gama: el iPhone Air. Este modelo mantiene una construcción similar a la de la generación anterior (banda de titanio y trasera de cristal) y, curiosamente, también se han visto imágenes de unidades de exposición con las mismas marcas.
El iPhone Air es de titanio y cristal y también tiene rayones o arañazos que son restos de la base MagSafe
Si el problema fuera el nuevo diseño de aluminio del Pro, el Air no debería verse afectado. Esto, junto a que también existen fotos de iPhone 16e con marcas similares, demuestra que el «culpable» no es el teléfono, sino el desgaste de los cargadores MagSafe a los que están constantemente anclados.
Incluso el iPhone 16e tendría estos problemas de rayones
La eterna paradoja: robustez vs dureza
Ahora bien, aclarado que las marcas del cristal no son arañazos, hablemos del aluminio. Aquí entramos en la paradoja de los materiales que Apple debe equilibrar cada año:
- El cristal es muy duro (difícil de rayar), pero poco robusto (frágil ante caídas).
- El aluminio es muy robusto (absorbe impactos, se abolla pero no se parte), pero menos duro (más propenso a rayarse).
No hay una decisión perfecta. El nuevo diseño unibody hace que el iPhone 17 Pro sea mucho más resistente a una caída catastrófica. A cambio, tenemos una mayor superficie de aluminio que, sí, puede rayarse. En un uso diario normal no debería haber problema, pero un arañazo en un modelo de color oscuro siempre revelará el tono plateado del aluminio base.
Un eco del pasado: una historia que se repite
Esta polémica no es nueva. Los más veteranos recordarán el iPhone 5 en color negro pizarra, cuyo anodizado saltaba en las esquinas con relativa facilidad. Aquel «Scuffgate» provocó que Apple evitara los colores oscuros puros durante varias generaciones. Y por esto seguramente no hayamos tenido un iPhone 17 Pro en negro.
El iPhone 5 y sus problemas de pérdida de color en los biseles
Más recientemente, con el iPhone 15 Pro y su debut en titanio, vivimos una situación similar. Las primeras semanas estuvieron marcadas por quejas sobre la facilidad con la que el modelo azul se marcaba o decoloraba. Hoy, casi nadie se acuerda de aquella polémica. Parece que cada vez que Apple introduce un nuevo material o acabado, el ciclo se repite: pánico inicial, análisis y, finalmente, la normalización.
El iPhone 15 Pro también tuvo su polémica con los arañazos en los laterales
Veredicto: un poco de verdad, mucho de confusión
¿Entonces se puede rayar más que antes el nuevo iPhone 17 Pro? La respuesta es sí, y es una consecuencia directa de un cambio de diseño necesario. El iPhone 16 Pro, con su construcción tipo sándwich, tenía muy poca superficie de metal expuesta. Era un diseño muy resistente a los arañazos, pero había llegado a sus limitaciones térmicas y técnicas. Apple necesitaba evolucionar a un cuerpo unibody para seguir mejorando el rendimiento, y eso implicaba elegir un material.
¿Por qué no titanio o acero para todo el cuerpo? La realidad es que el material perfecto no existe.
- Un cuerpo completo de titanio dispararía los costes y agravaría los problemas de disipación de calor que ya vimos en la generación anterior.
- El acero, aunque duro, tenía sus propios problemas estéticos. Recuerdo perfectamente cómo los laterales brillantes de mis iPhone 12 Pro y 13 Pro perdían su lustre en cuestión de semanas, volviéndose mates.
Apple ha elegido el aluminio para el cuerpo unibody del iPhone 17 Pro. Con ello, tenemos un teléfono mucho más robusto, que aguantará una caída de forma más íntegra, y con mejor gestión térmica. La contrapartida es que hay más superficie de un metal que, aunque resistente, es más blando que el cristal.
Aluminio | Acero y cristal | Titanio y cristal | Aluminio y cristal
No se trata de llevar el nuevo iPhone con miedo, sino de entender la elección de ingeniería que hay detrás. Apple ha priorizado la integridad estructural y el rendimiento a largo plazo sobre la máxima resistencia cosmética. Para quien busque la máxima tranquilidad, las soluciones son las de siempre: contratar AppleCare+, usar una funda o elegir un acabado claro como el plata o el natural. Al final, todo tiene sus pros y sus contras, y este año, la balanza se ha inclinado hacia un iPhone que aguanta mejor los golpes, aunque su piel sea un poco más delicada.
Veremos cómo evoluciona la percepción con el paso de los días. Además, es útil recordar que Apple ofrece 14 días para devoluciones y cambios. Si bien esto no cubre roturas accidentales, si en los primeros días observas que el acabado de tu unidad no te convence, siempre puedes ejercer este derecho. Sin embargo, la experiencia nos dice que estas polémicas son fugaces. Aunque sí, el aluminio se raya y el cristal se rompe. En un par de semanas, lo más probable es que nadie se acuerde de este «gate» y todos estemos disfrutando de nuestros nuevos iPhone sin mayor preocupación.
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