Pablo Rioja

Los dos inicios de cada tiempo condenaron al Abanca Ademar a una derrota (36-39) que evidencia lo lejos que están aún de su mejor versión y de su rival, el Granollers, que liderado por Pablo Urdangarin pasó como un ciclón por el Palacio, sobre todo en los primeros treinta minutos. Ahí, los de Antonio Rama se mostraron implacables en ambas facetas -ofensiva y defensiva- castigando la debilidad leonesa. No es excusa -o quizá sí- pero sin Lindqvist ni Lodos se va a hacer larga la reconstrucción de una defensa poco fiable. Tampoco aportaron los guardametas a la causa, mal día de Saeid y Álvaro, así que de nada sirvió la reacción tardía de los minutos finales donde Gonzalo Pérez, el mejor de Ademar, pudo poner a los suyos solo dos abajo.

Pablo Urdangarin acaparó todas las miradas, sobre todo la de su padre, Iñaki Urdangarin, que regresó al Palacio de Deportes de León para seguir un encuentro intenso entre dos gallitos que quieren estar arriba un año más. El extremo, con el 77 a la espalda, provocó un siete metros inicial y justo después, jugando por dentro ayudaba a colocar el 1-3. Gonzalo Pérez, por su parte, arrancó desde el banquillo, aunque hizo el 3-4 desde la línea de penalti. Renqueante inicio de los de Gordo, muy superados por la fluidez del juego catalán (4-6, minuto 9).

Granollers movía bien el balón en ataque y atrás planteó un sistema defensivo férreo que ahogaba las intentonas ademaristas de penetrar por el centro. Y los extremos, sin contragolpes apenas hacían daño.

Gordo tuvo que frenar el encuentro y cambiar prácticamente a todo su equipo titular. No salía nada y el plan b entró en escena con 5-10 en el marcador y la sensación de que los catalanes estaban dos marchas por encima.

Los hermanos Pérez Arce se echaron el equipo a la espalda más por pundonor que otra cosa. El Ademar tenía un serio problema en los extremos a la hora de defender. Granollers encontró un filón por ahí (8-13, minuto 19).

El Ademar estaba superado. Ningún remedio surtía efecto desde el banquillo. Ni tiro exterior, ni conexión con el pivote, ni penetraciones claras… Sólo alguna jugada aislada permitía anotar a los leoneses que, para colmo, tampoco aprovechaban sus ocasiones más propicias (10-16, minuto 23).

Cuando el Ademar lograba imprimirle velocidad a su juego las fuerzas se equilibraban y Miñambres, Edu y Sergio recortaron un preocupante +7 hasta dejarlo en un 16-20 al descanso que permitía a los de Gordo seguir vivos.

Otra vez los fallos en el último pase y la floja defensa colectiva del Ademar castigaron el inicio del segundo acto y no, tampoco la portería funcionaba. Mala salida a pista de los leoneses y Granollers, sin grandes alardes, de nuevo se fue con una máxima de +8 difícil ya de alcanzar. El equipo de Gordo bajó los brazos excesivamente pronto (19-27, minuto 36).

La anarquía tomó el control de un Ademar desbordado, falto de físico e ideas. Solo la veteranía de Gonzalo, empeñado en que sus compañeros se pusieran a correr, rompía la firmeza defensiva de Granollers, pero claro, esos eran acciones aisladas.

Wasiak y Miñambres se contagiaron de ese ímpetu marista de Gonzalo y sus chispazos ayudaron a mejorar la imagen del equipo. Sin embargo, atrás ni hubo defensa ni se la esperó y Granollers estaba muy cómodo con la renta de +5.

Pero ojo que en el 48 de encuentro el Ademar despertaba. Se puso a tres y al menos la actitud parecía otra. Poco más, porque Granollers volvió a subir el nivel y dejando una vez en evidencia la falta de poderío del sistema defensivo local (29-34). Insuficiente reacción ademarista y primera derrota en Liga.