Ha vuelto a pasar. Un avión de reconocimiento militar ruso Il-20M fue interceptado sobre el Mar Báltico por dos cazas alemanes Eurofighter, que despegaron desde su base en Rostock-Laage, durante el pasado fin de semana. En el Cuartel General Marítimo de la … OTAN, ubicado en Rostock, nadie duda que seguirá sucediendo, lo que aboca a la Organización a definir una respuesta a estas provocaciones rusas en cadena.

En Alemania, el debate está servido y hay voces que piden una respuesta militar. El diputado cristianodemócrata Jürgen Hardt, miembro de la delegación alemana en la Asamblea Parlamentaria de la OTAN y que pertenece a la CDU del canciller Friedrich Merz, está convencido de que los aviones de combate rusos deberían ser combatidos militarmente en caso de nuevas violaciones deliberadas del espacio aéreo en territorio de la Alianza. El régimen de Rusia necesita «una señal de alto clara», opina, y cree que «sólo tendrá efecto un mensaje claro a Rusia de que cada violación militar de la frontera será respondida por medios militares, incluido el derribo de aviones de combate rusos sobre territorio de la OTAN». «La alternativa sería que la lógica rusa de la guerra siguiera acelerando. Ahora se trata de violaciones del espacio aéreo, pronto el bombardeo de objetivos individuales, luego vendrán los soldados rusos», advirte Hardt sobre las siguientes jugadas de Putin.

El inspector general de las fuerzas Armadas Alemanas, Carsten Breuer, también ha declarado que «una cosa está clara para mí: al final, probablemente el asunto tendrá que reducirse a que usemos drones contra drones». En vista de cómo Rusia está usando drones contra Ucrania y en su opinión, la defensa efectiva «solo es posible en una combinación de diferentes capacidades», de manera que la Bundeswehr, que hasta ahora ha estado en gran medida indefensa a este respecto, está adquiriendo un gran número de diferentes tipos de drones que puedan dirigirse a objetivos en grandes cantidades o buscar objetivos precisos con el apoyo de la IA.

El ministro del Interior, Alexander Dobrindt, tratará esta cuestión de la defensa con aviones no tripulados en la Conferencia de Ministros del Interior convocada en octubre en Múnich. «Colocaremos el tema en un lugar destacado de la agenda con un objetivo claro, agrupar competencias entre los gobiernos federal y estatal, desarrollar nuevas capacidades de defensa, encajar la defensa policial y militar con drones«.

Varios gobiernos de países de Europa del Este piden también una respuesta decisiva a las crecientes provocaciones rusas. «La frontera de la OTAN en el noreste no se está poniendo a prueba y testando sin ningún motivo», alerta el ministro de Defensa de Lituania, Dovilė Šakalienė, partidario de una respuesta en la línea de Turquía, que en 2015 derribó sin contemplaciones un avión de combate ruso que había violado el espacio aéreo durante 17 segundos. Desde entonces, Rusia nunca más ha violado el espacio aéreo turco. «Tenemos que ser serios», concluye Šakalienė. También el presidente checo, Petr Pavel, califica de «irresponsables» las provocaciones rusas y subraya que las concesiones al agresor «no son posibles». «Tenemos que reaccionar, incluido el posible derribo de aviones rusos», ha dicho.

Nico Lange, desde la organización la Conferencia de Seguridad de Múnich, advierte que «o derribamos aviones y drones rusos que violan nuestro espacio aéreo, o asumimos otras consecuencias, como cancelar visas diplomáticas rusas o detener barcos de la flota en la sombra«. Y desde Inglaterra, el exministro de Defensa Ben Wallace pide una línea mucho más dura contra Rusia y presentar a Putin un «dilema estratégico», una reacción que demuestre que las provocaciones tienen su precio.

Estonia, sin embargo, pide prudencia y deja traslucir preocupación por el peligro de gatillo flojo. En primer lugar, el ministro de Defensa, Hanno Pevkur, ruega a los aliados no discutir públicamente los métodos para disuadir a Rusia desde la OTAN. «Les pido que comprendan que tales cosas no se discuten públicamente, lo que haremos juntos y con nuestros aliados», ha solicitado, asegurando además que »puedo confirmar a todos que Estonia es capaz de responder a posibles amenazas«.

Su colega en la cartera de Exteriores, Margus Tsahkna, recuerda que «la OTAN tiene sus propias reglas y análisis de amenazas para el uso de la fuerza». Dice además que «derribar los aviones de combate rusos invasores significaría llevar un conflicto militar real a un nuevo nivel. No hay base para esto, porque nosotros, la OTAN y tenemos la situación bajo control». Tsahkna asegura que entiende muy bien a las personas que piensan que si alguien viola el espacio aéreo ilegalmente, hay que derribar a los intrusos, pero añade que «tal respuesta conduciría a un verdadero conflicto militar». «El objetivo de la OTAN es, ante todo, prevenir ataques reales, frustrarlos y demostrar que la situación está bajo control. Y eso es exactamente lo que ha hecho».

Rusia niega haber invadidado el espacio aéreo de Estonia

El Gobierno ruso, por su parte, ha negado este lunes cualquier responsabilidad en la incursión la semana pasada de varios aviones en el espacio aéreo de Estonia y ha enmarcado dichas acusaciones en el interés de algunos actores occidentales por aumentar las tensiones y «provocar una atmósfera de confrontación».

El portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, ha considerado como «vacías» e «infundadas» las declaraciones del Gobierno estonio sobre la presencia de tres aviones de combate rusos Mig-31 el pasado viernes en su espacio aéreo. «Es grave, aunque nada nuevo en la política exterior de Estonia», ha afeado.