La Xunta que preside Alfonso Rueda ha criticado insistentemente las decisiones del Gobierno central sobre el reparto de menores migrantes -llegó a calificarlo de aluvión– y ha llevado el asunto al Tribunal Constitucional. Su Gobierno ha recibido críticas por parte de ONG por sus posturas y la decisión de presentar públicamente las instalaciones destinadas a acoger a 80 de estos menores en Monforte de Lemos (Lugo), las mismas que fueron atacadas el pasado fin de semana con cócteles molotov. Tras lo ocurrido, el BNG asegura que la Xunta tiene “responsabilidades” por lo que califica de “discurso racista” y el PSdeG la acusa de crear “campos de concentración”. Para el presidente gallego estas declaraciones son las que sí constituyen discurso de odio contra él.
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En su comparecencia tras la reunión semanal de su gabinete, Rueda ha puesto el foco sobre todo en las palabras de la líder del BNG, Ana Pontón, que lo acusó de estar “trasladando a Galicia el discurso de la crispación, racista y de odio que practican la señora Ayuso y la extrema derecha”. “Y eso, evidentemente, tiene consecuencias”, añadió Pontón. La reacción de Rueda fue tratar de darle la vuelta a la situación: “No voy a entrar en estas afirmaciones. Son indignantes. Prefiero no tomármelas demasiado en serio viniendo de quien vienen, pero ojo con estos discursos de odio, que esto sí que lo constituyen este tipo de manifestaciones”.
Rueda exime de responsabilidades a su equipo y a su partido en general por posturas como la de pedir la intervención de la Armada para evitar la llegada de migrantes por mar o hablar de que la criminalidad se incrementa con la inmigración. “Cualquiera que piense que cualquier tipo de declaración justifica que se tire un cóctel molotov y se provoque un incendio en un centro que va a acoger a menores no acompañados creo que está errando totalmente la perspectiva y, desde luego, está muy lejos de lo que nosotros planteamos”, dijo. El ataque de Monforte, insistió, es “absolutamente condenable y xenófobo”.
Las acusaciones de la oposición, dijo, son un intento de utilizar lo ocurrido como hacen “otros extremismos que afortunadamente no existen en Galicia”. “Al final, los extremismos usan argumentos muy parecidos. Esta es una acusación muy grave que debía ser objeto de disculpa inmediata que no espero. Este tipo de manifestaciones sí que son de sembrar odio”, agregó.
Pero los grupos de la oposición no fueron los únicos que atribuyeron responsabilidades a la Xunta en lo ocurrido. El Foro Galego da Inmigración señala al Gobierno gallego por los “obstáculos” que ha ido poniendo a la acogida, pese al “número muy reducido” de menores migrantes que se envían a Galicia. “Después amenazó con la creación de guetos, advirtiendo de que no se podrían incorporar al sistema ordinario de protección de menores. Después anunció centros específicos y, finalmente, la pasada semana presentó de forma pública las instalaciones”, relata el Foro, que considera que estos anuncios, en los que se identificó el edificio, “pretendían poner en la diana a estos menores migrantes”. Pide que el proceso se haga “de forma discreta”.
Según Rueda, lo que ha hecho la Xunta es “poner los medios”, aunque avisando de que no hay capacidad para integrar a los menores en el sistema de protección que se estaba aplicando en Galicia. Quienes tratan a estos menores como “un problema del que se quiere desembarazar, como números” es el Gobierno central, aseguró.
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Rueda dijo también que espera que el ataque en Monforte no “estimule actuaciones extremistas”. “Extremismo, para mí y muchos gallegos, son las declaraciones de la portavoz del BNG”, repitió.