Francia ha reconocido oficialmente el Estado Palestino este lunes en la ONU como respuesta rotunda a la masacre de Israel en Gaza. “Ha llegado el momento” ha asegurado el presidente de la República, porque “estamos muy cerca de no poder conseguirla. No podemos esperar más”. Tras sus palabras, un aplauso se ha oído en la Asamblea General de la ONU.
“Este reconocimiento es una forma de afirmar que el pueblo palestino no es un pueblo de más. Al contrario, es un pueblo que nunca dice adiós a nada”, ha justificado su decisión. “El reconocimiento de los derechos legítimos del pueblo palestino no resta nada a los derechos del pueblo israelí, que Francia ha apoyado desde el primer día”, ha continuado. El reconocimiento francés, como punta de lanza de los 142 países que en julio firmaron la llamada declaración de Nueva York por la solución de dos Estados, es también “una derrota para Hamás”, ha subrayado el mandatario francés, en contraposición a lo que sostienen las autoridades israelíes, para las que la medida “es un gran recompensa” para el grupo armado palestino.
En un discurso equilibrado al milímetro, con continuos guiños a Israel pero también agudas interpelaciones -en especial, a poner fin a sus operaciones militares en la Franja-, Macron ha citado con nombres y apellidos a rehenes francoisraelíes pero también a víctimas palestinas, en un ejercicio de pretendida neutralidad que los asientos vacíos de la delegación israelí en la sala de la Asamblea General se han encargado de subrayar. “Es hora de liberar a los 48 rehenes que siguen en poder de Hamás y a poner fin a la guerra, las masacres y la población [palestina] que huye”, ha dicho Macron, haciendo responsable a la comunidad internacional, Francia incluida, del fracaso que supone no haber sido capaz de lograr la paz en Oriente Próximo en décadas, algo puesto en evidencia “por los ataques terroristas de Hamás el 7 de octubre de 2023″. “El derecho debe imperar sobre la fuerza (…) Nunca hemos fallado a Israel en nuestro compromiso, pero nada justifica que continúe la guerra en Gaza”, pues Hamás “ha sido debilitado de manera considerable”.
La decisión, largamente debatida y amasada políticamente durante meses, ha sido una batalla de Macron, que ha arrastrado a una decena de países más —con el Reino Unido como el más destacado— a emprender el mismo camino, y a los que este lunes ha citado uno por uno, con especial referencia al camino emprendido en 2024 “por España, Irlanda, Noruega y Eslovenia”. En total, “142 países [los firmantes de la llamada declaración de Nueva York, emitida en julio por la conferencia de dos Estados] optan por la paz” y no la guerra, aunque, dijo el presidente francés para terminar su alocución, tras recordar el asesinato de Isaac Rabin, uno de los artífices de los Acuerdos de Oslo de 1993, “la paz es mucho más exigente y difícil que todas las guerras, pero ha llegado el momento”.
. Con esta oleada de reconocimientos, son ya cuatro de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad los que están a favor de crear un Estado palestino. Los otros dos son China y Rusia, con Estados Unidos como único miembro en contra de ese paso simbólico. Más allá del Consejo de Seguridad, casi 160 de los 193 países que integran de la ONU consideran a Palestina un Estado.
La decisión se ha materializado en la Conferencia de Alto Nivel para la Solución Pacífica de la Cuestión de Palestina y la Aplicación de la Solución de Dos Estados, una iniciativa de la ONU copatrocinada por Francia y Arabia Saudí que se lanzó en julio y en la que, por primera vez, el bloque árabe pidió a la milicia islamista Hamás que deje las armas y abandone el poder en Gaza.
Macron ha sido el encargado de formalizar ese reconocimiento en una declaración que ha estado preparando en los últimos meses y que desde que la anunció a mediados de julio ha conseguido sumar a otros países. Tras el anuncio del presidente francés, el secretario de Estado de EE UU, Marco Rubio, manifestó que su país “rechaza enérgicamente” esta decisión, que califica de “irresponsable”.
Tres importantes socios y aliados de EE UU (Canadá, el Reino Unido y Australia) reconocieron el domingo a Palestina como Estado, una declaración a la que se sumó Portugal. La iniciativa anglosajona incomoda más a Washington que la francesa, por los estrechos lazos —desde los intercambios comerciales a la cooperación en seguridad— que tradicionalmente mantiene con los tres socios. España ya había tomado esa decisión en mayo de 2024.
Junto con Francia, a la que está previsto que se sumen este lunes otros cinco países (Bélgica, Malta, Andorra, Luxemburgo y San Marino) en la llamada conferencia de dos Estados para una solución negociada al conflicto palestino, el paso al frente dado por Canadá y el Reino Unido es especialmente significativo, al ser en el seno del G-7, el grupo de las economías más desarrolladas del mundo.
En Francia, el rechazo a la iniciativa se ha hecho notar entre las filas de la derecha y la ultraderecha. Pero también en algunos sectores de la izquierda socialista cercanos a la comunidad judía, muy influyente en Francia.
La paradoja es que entre los mayores defensores de Israel y de las políticas de su primer ministro, Benjamín Netanyahu se encuentra el Reagrupamiento Nacional (RN). El partido de Marine Le Pen fue fundado por exmiembros de la SS y su primer líder (Jean-Marie Le Pen, padre de su actual jefa) fue condenado varias veces por antisemitismo. Sin embargo, la ultraderecha ha creído encontrar en la matanza de Gaza un relato común al de Israel, aunque en su caso el apoyo al Estado judío se explica más por cuestiones próximas al rechazo de los inmigrantes musulmanes en Francia que por cercanía a Netanyahu.
El ministro de Asuntos Exteriores dimisionario, Jean-Noël Barrot, consideró, horas antes de la formalización de la decisión, que este lunes es “un gran día para la paz” y que el reconocimiento de Palestina supone “una victoria diplomática mayor para Francia”. “La decisión es simbólica, inmediata, política, y demuestra el apego de Francia a la solución de dos Estados. Su aplicación será progresiva y estará condicionada a elementos sobre el terreno, entre ellos la liberación de los rehenes”, detalló Barrot.
Uno de los dos principales cambios en estos dos años que justifican el reconocimiento del Estado palestino, según el Elíseo, es que han variado “los objetivos declarados por Israel” con su ofensiva en Gaza, pero también el salto que ha dado el Gobierno de Netanyahu en la colonización de Cisjordania. En el entorno de Macron creen que “la anexión de Cisjordania es una línea roja clara” porque sería “una de las medidas que más gravemente comprometería la perspectiva de una solución de dos Estados”.
Este gesto simbólico y político también encuentra su origen en la respuesta a la carta que Mahmud Abbas, presidente de la Autoridad Nacional Palestina, envió el 10 de junio a Macron y a Mohamed Bin Salman, príncipe heredero de Arabia Saudí. En dicha misiva, el dirigente palestino denunció la masacre del 7 de octubre de 2023 cometida por Hamás, defendió la desmilitarización de esa milicia islamista y prometió renovar la gobernanza de la Autoridad Palestina.
En Francia, decenas de Ayuntamientos gobernados por los socialistas han izado este lunes la bandera palestina. La iniciativa ha vuelto a levantar ampollas en un país muy dividido por la cuestión, que a menudo se interpreta como un apoyo a Hamás. “Reconocer a un Estado de Palestina no constituye un gesto que favorezca a Hamás”, señaló el secretario general del Partido Socialista, Olivier Faure. “Recuerda que no estamos dispuestos a aceptar la idea de que exista un Gran Israel” desde “el Mediterráneo hasta el río Jordán”, insistió. “Esa bandera no es la bandera de Hamás, es la bandera de mujeres y hombres que también tienen derecho a la libertad y a la autodeterminación”, insistió.