El Ayuntamiento de Zaragoza ha seleccionado tres zonas para poner en marcha un nuevo servicio de limpieza preventiva para proteger las fachadas de varios edificios de «pintadas y grafitis«. A través de un contrato valorado en cerca de 50.000 euros (48.380,64, IVA incluido), el consistorio busca «adecuar» estas paredes con un recubrimiento que «repele» la suciedad. En concreto, se actuará en la fachada de acceso al parque Castillo Palomar en la avenida Navarra; en las fachadas del pabellón Siglo XXI; y en las fachadas y muros de tres centros deportivos municipales: La Jota, Ciudad Jardín y La Granja.

La empresa que se adjudique el contrato tendrá un mes (30 días) para llevar a cabo estas actuaciones, pudiendo ofertar una baja en el precio de hasta un 25%. Es decir, mínimo deberá proponer unos 36.000 euros. Aunque, eso sí, antes de dicho tratamiento las zonas a tratar serán limpiadas previamente por la contrata municipal de limpieza ya existente, adjudicada a FCC Medio Ambiente. Y será después cuando se actúe sobre las fachadas y los muros seleccionados con una técnica que será «100% ecológica».

Hay varios objetivos principales. El primero, reducir los tiempos que suelen ser necesarios para la limpieza y la eliminación de grafitis, que podrá realizarse desde ahora solo con agua a baja presión. De esta forma, no habrá que emplear productos químicos, equipos de alta presión o maquinaria especializada. Además, se ganará en eficiencia, ya que no habrá que formar a equipos especializados.

Por otra parte, se disminuirá el uso de productos contaminantes y peligrosos (al descender el empleo de químicos, disolventes, etc.) y, con ello, también se previene el deterioro de las superficies, alargando así la vida útil del equipamiento y de las infraestructuras urbanas. Todas estas actuaciones van en consonancia con el compromiso de Zaragoza con la Agenda 2030 y de ser una de las 100 primeras ciudades climáticamente neutras en ese entonces.

Yendo a lo concreto, el tipo de recubrimiento deberá ser 100% ecológico y estar diseñado «para proteger todo tipo de superficies minerales porosas». Su fin es el de crear una capa protectora, transparente y transpirable de entre 100 y 350 milímetros de espesor. La duración funcional deberá ser de 10 años o, en su defecto, de 10 lavados, siendo «resistente a la intmperia, a la abrasión y a los agentes químicos».