En algún momento entre el premio Herralde de 2019 por ‘Nuestra parte de noche’ y la aparición de ‘Un lugar soleado para gente sombría’, colección de relatos publicada el año pasado, Mariana Enríquez (Buenos Aires, 1973) cambió de división y casi también de deporte. De dama oscura y princesa gótica de la literatura argentina a superestrella de la calles, que diría Lawrence, y fenómeno (fan) de alcance global. Ella, visitadora de cementerios, adoradora fatal de los Manic Street Preachers y entusiasta seguidora de Suede, banda a la que dedicó el libro ‘Porque demasiado no es suficiente’, cruzó de pronto al otro lado del espejo para convertirse en objeto de culto y adoración

No solo se la rifan en ceremonias y galardones (el Grand Prix de l’Imaginaire o el Iberoamericano de Letras José Donoso, por citar solo un par), sino que sus fans la cubren de regalos, la siguen con fervorosa entrega y le dedican ingeniosas obras de arte inspiradas en sus cuentos y novelas. A Lord Byron se le tiraba la gente encima; a Enríquez le construyen cajitas con párpados y altares de huesos. “Ser fan no es un acto pasivo donde uno solo recibe y es un tarado. Uno interviene con el artista, toma algo del artista, está en completa entrega con el artista, casi como un tarado, pero al mismo tiempo hace algo, se afirma en algo”, diría la propia escritora si le preguntásemos al respecto.  

Barcelona 22/09/2025 Icult. La escritora Mariana Enríquez conversa con la librera Júlia Freitas en el marco del ciclo «Los libros que me han influido» de la Acadèmia La Central. El encuentro tendrá lugar en la nueva librería La Central de Consell de Cent. AUTOR: MANU MITRU

Exterior de La Central minutos antes de la presentación de Mariana Enríquez / MANU MITRU

De gira por España desde hace diez días para presentar el ensayo lector ‘Archipiélago’ (Ampersand) y el reestreno de ‘Cómo desaparecer completamente’ (Anagrama), novela de desquite generacional que publicó en Argentina en 2004 y que debuta ahora por aquí, Enríquez causó sensación el sábado en la librería Finestres (dos horas de firmas con entrada reservada previamente y una cola que serpenteaba hasta la calle) y ha colapsado este lunes La Central de Consell de Cent con una presentación-coloquio en la que solo le ha faltado separar los mares. «¿Vienes a Woodstock?», saluda Rodrigo Fresán en la entrada. «Es como el sermón de la montaña… de ‘La vida de Brian'», chistea, ya dentro del local, Kiko Amat. Tampoco en La Central cabe ni un alfiler, pero el sonido es bastante mejor. 

Stephen King y Chanquete

Así que aquí estamos, ahondando en el creciente culto de la argentina mientras la autora de ‘Bajar es lo peor’ dirige la liturgia y ocupa el reclinatorio, todo al mismo tiempo, y despliega ante una legión de lectores felizmente asardinados el mapa de libros y lecturas que la han traído hasta aquí. ¿Un primer devocionario? Veamos: Cormac McCarthy «entero»; ‘Sobre héroes y tumbas’, de Ernesto Sábato; ‘Moby Dick (“me da miedo esa noción como de vértigo y abismo”, confiesa), ‘Chaperos’ de Dennis Cooper… «La mayoría de los libros me dan miedo, por eso me gustan», concluye Enríquez. Entrados en la arena del terror y el fantástico, pocas dudas: «Stephen King es quien mejor lo hace«, proclama con afán evangelico. «Si empiezas por ‘It’, tienes todo lo que hace. Se compendió a sí mismo -explica-. El más importante es ‘El resplandor’ y el que más me gusta es ‘Cementerio de animales'». De cría, por lo que sea, también le daba auténtico pavor el Chanquete de ‘Verano azul’. No hay más que unir los puntos. 

Barcelona 22/09/2025 Icult. La escritora Mariana Enríquez conversa con la librera Júlia Freitas en el marco del ciclo «Los libros que me han influido» de la Acadèmia La Central. El encuentro tendrá lugar en la nueva librería La Central de Consell de Cent. AUTOR: MANU MITRU

La escritora Mariana Enríquez conversa con la librera Júlia Freitas en La Central / MANU MITRU

Fan antes que escritora, antes incluso que cualquier cosa, Enríquez ha venido de Tasmania a hablar de su libro, sí, pero sobre todo de los de todos los demás. De Carson McCullers, Shirley Jackson, Silvina Ocampo (“me parece una sádica”, remarca), Amparo Dávila, Flannery O’Connor y Julio Cortázar. De Borges, “obviamente”, y también de Ray Bradbury, uno de los pocos que, dice, la han hecho llorar. Más reciente es el flechazo con Joy Williams, la gran dama del gótico sureño. «Es fantástico desquiciado», dice. «La acusan de gótico de Florida, parece que ahora todas las mujeres hacemos gótico, pero ella tiene su mundo, su locura, su alcoholismo y sus fantasmas». 

Instalada en Australia con su marido y una cantidad bárbara de libros que han cruzado prácticamente todo el mundo, asegura Enriquez que, de tener que empezar a construir de cero con su biblioteca, todo sería cómics y libros de arte. «La literatura la leería en el ‘kindle’ hasta que me diesen ganas de comprar otra vez papel», desmitifica. Tampoco ahí habría sitio para Kafka ni, vade retro, Jane Austen, dos de los clásicos con los que con mayor recurrencia ha tropezado. “Me irrito porque Kafka es de los que más me recomiendan y más imposible me resultó de leer. No va conmigo. Es mi talón de Aquiles -reconoce-. A Jane Austen no la aguanto. Hay algo de los rituales amorosos de los británicos de la época que no puedo…”. Cosas del punk. «No tengo fantasías de pureza. Los Sex Pistols y The Clash son mucho más mainstream que yo», concluye.

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