Este año, la reina Máxima de Holanda acudirá a la Asamblea General de Naciones Unidas con una acompañante muy especial: la princesa de Orange. Amalia de Holanda, la hija mayor de Máxima, ha viajado con su madre a Estados Unidos, con el 80º aniversario de la Asamblea en Nueva York como la cita más importante. Y con un pequeño papel institucional que ha comenzado hoy en Washington, según la Casa Real de los Países Bajos: “supervisar la labor de la reina Máxima”. Es decir, aprender de su madre, que lleva colaborando con Naciones Unidas desde 2009, cuando aún era princesa, y a la que justo hace un año ascendió el secretario general Antonio Guterres a Asesora General de la institución para la inclusión financiera.

La princesa Amalia de Holanda acompañando a su madre, la reina Máxima, a su visita al Banco Interamericano de Desarrollo en Washington.

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La princesa Amalia aún no tiene un rol definido dentro de la Familia Real de Holanda, ni lo tendrá, avisan en el la Casa Real holandesa, hasta terminar sus estudios. Que en este curso la mantendrán muy atareada, porque Amalia tiene pendiente un grado de Derecho en la Universidad de Ámsterdam, más su participación en un programa de dos años del Defensity College. Este último es un programa del Ministerio de Defensa holandés donde se combinan instrucción militar básica [en la monarquía holandesa los reyes no ejercen de comandantes en jefe], el trabajo a tiempo parcial y estudios superiores relativos al ámbito de defensa. Programa que ocupará en la heredera holandesa un rol similar –aunque mucho más reducido– a la formación que actualmente recibe nuestra princesa de Asturias, Leonor.

“Si sus estudios se lo permiten”, señalaban hace meses desde la Familia Real Holandesa, Amalia “participará en su papel como princesa de Orange (…) en visitas y recepciones que contribuyan a su futuro papel como jefa del Estado». En esas visitas puede enmarcarse la semana intensiva que madre e hija inician hoy en Washington, donde Máxima, en su papel como asesora especial del secretario general de las Naciones Unidas para la Seguridad Financiera ha dado comienzo a una semana intensiva. La reina se ha reunido en la capital estadounidense con el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, la alianza global contra la pobreza CGAP, y representantes del G20 (con el que Máxima también tiene un rol honorífico de ayuda al desarrollo).