Fernando Alonso tenía una misión imposible este domingo. Salía 11º después de marcar la diferencia con sus manos en clasificación en una pista muy delicada en la que muchos cometieron errores. Pero en carrera, con un coche cuya principal debilidad es su velocidad en recta, sabía que no tenía ritmo para lograr los puntos. Mantenía vivas sus esperanzas por lo movidas que son siempre las carreras en Bakú. Lo avisaba el sábado: «Habrá acción y coches de seguridad». Esperaba que ello le diera una oportunidad. «Cuantas más cosas pasen, mejor», dijo de camino a la parrilla en ‘DAZN’. Pero como recordó Fernando, cuando necesita que haya lío delante para sacar tajada, este año, la suerte no suele acompañarle.
En cambio, recordó que en citas en las que sí aspira a unos buenos puntos, como en Zandvoort, dos coches de seguridad le cayeron en el peor momento, justo tras su parada, para arrebatarle lo que podía ser un Top-5. Por no hablar de Monza, cuando tras una exhibición, yendo hacia unos puntos que el equipo pensaba que no eran posibles horas antes, la suspensión dijo basta por una piedra que había golpeado en dicho elemento en la salida.
Por ello, cuando a Fernando Alonso le recordaron en ‘DAZN’ que finalmente no se produjo el caos que necesitaba, el ovetense tiró de ironía.
«Eso estaba asegurado. Hoy no le pasó nada a la suspensión», decía. «Hoy todo fue perfecto, no hubo coches de seguridad (solo hubo uno en la primera vuelta), no hubo nada… es algo a lo que estoy acostumbrado. Cuando salgo delante y pasa de todo, suelo acabar detrás, y cuando salgo detrás y es un fin de semana que el coche no va muy bien como este, hacemos las 51 vueltas en la parte trasera e intentamos pensar ya en la siguiente. Pero bueno, es lo que toca», decía, resignado.
No obstante, le quitaba importancia al asunto, igual que a la penalización de 5 segundos que tuvo que cumplir en su parada por adelantarse en la salida al reaccionar a un movimiento de Piastri. Lo principal era que el coche, en este tipo de pistas, no tiene ritmo.
El Aston Martin ha mejorado mucho desde Imola con las evoluciones y es competitivo en pistas de alta carga, como pasó en Hungría o Zandvoort. Pero ocurre todo lo contrario en pistas de largas rectas, a excepción de lo que se vio en Monza. Todo ello, debido a que el problema de base del coche, con muy mala eficiencia aerodinámica que hace que tenga mayor resistencia al avance en recta, no se ha podido corregir. Así, Alonso avisa de los altibajos que podrían verse en las 7 carreras que faltan. En Singapur, la próxima, podría ir bien. También en Brasil. Pero no en dos trazados de los que ya avisa: «en Las Vegas y México vamos a ser el último coche».
«No pasa nada. Sabíamos que aquí íbamos a ser último coche. En Las Vegas vamos a ser último coche, en México vamos a ser último coche… así que ya sabemos que de las 8 carreras que faltaban, en tres vamos a ser los últimos. Intentamos pasarlas rápido y no dañar el coche o no poner el equipo en dificultades y tratar de pasarlas de puntillas«, comentó, antes de que en ‘ESPN’ le preguntaran por si Singapur puede ser una buena opción de lograr unos buenos puntos y liderar la zona media.
«¿Singapur? Hay pequeñas oportunidades. Hungría fue una. Zandvoort, fue otra, y por eso te fastidia tanto cuando en Zandvoort perdimos la oportunidad, o que en Monza, un circuito que en teoría iba mal (para el coche) y estábamos haciendo un pequeño milagro, (pasó lo de) la suspensión… y ayer el 11º (en clasificación) no era la posición que nos tocaba y hoy se ha visto. Disfrutamos cuando podemos hacer la diferencia y cuando tienes que acabar donde el coche manda, pues tienes que aguantarlo también», finalizó el ovetense, ya con la mirada puesta en la próxima carrera de Singapur.