Indra, la empresa de moda del sector español de la defensa, está acometiendo un ambicioso plan de expansión y compra de otras compañías y una de las más inminentes es la de la compañía pública catalana Comforsa. La firma que preside Ángel Escribano, está negociando su adquisición con la administración catalana, propietaria de su capital, según las fuentes consultadas. Los contactos están pilotados, al más alto nivel, por el president de la Generalitat, Salvador Illa y el presidente de Indra.
Comforsa es una histórica empresa del sector de la forja metálica que fabrica productos para vehículos industriales y materia pesada. El plan de Indra es que se centre en la fabricación de balas. La Generalitat la controla a través de la sociedad Avançsa, dedicada a la promoción industrial y que preside el conseller d’empresa i treball, Miquel Sàmper.
Indra tiene al Estado como accionista y cuenta con el apoyo del gobierno para encabezar la concentración del sector. Illa quiere que parte de los recursos se inviertan en Catalunya. Además, esa inyección de dinero sería muy relevante para el Ripollés. Comforsa factura poco más de 70 millones pero es muy relevante en el mercado laboral de esa comarca, donde ocupa a más de 370 personas, un elevado porcentaje de la población ocupada de la comarca. En ella, se ubican sus cuatro factorías de Campdevànol y Ripoll.
A principios de esta década, Comforsa volvió a padecer una nueva crisis de gravedad a consecuencia de supuestas anomalías en su gestión, que terminaron con el despido de la mayor parte de su cúpula directiva y el cruce de demandas en los juzgados. Antes, la empresa había recibido ayudas públicas de unos 45 millones de euros. Tras ese episodio, la administración catalana, en aquel momento encabezada por el president Pere Aragonès, se planteó elaborar un nuevo plan estratégico que no implicó ninguna mejora significativa de las principales cifras de la empresa.
Previamente, el último proceso de transformación de Comforsa culminó a finales de los años 90, cuando la antigua La Farga Casanova , entonces en manos del antiguo Instituto Nacional de Industria (INI) pasó a manos de la Generalitat. Las raíces de la empresa se remontan a 1875.
Ángel Escribano, presidente de Indra
LV
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Semana trascendental en la larga oferta pública de adquisición de acciones (opa) del BBVA sobre el Sabadell. Esta mañana, el presidente del primero, Carlos Torres, ha acabado con el debate sobre si habrá o no subida del precio de su oferta, que valora el que preside Josep Oliu en unos 15.000 millones de euros. La subida aprobada por el consejo de administración y anunciada hoy es del 10%.
Una parte del mercado parecía haberle creído y el precio de la acción del Sabadell Josep Oliu se deslizó la semana pasada por la pendiente y perdió parte de la ventaja que había adquirido en la relación de canje que había ofrecido el BBVA (la prima negativa). Pero esta aún se mantenía en el 7,64%, a cierre del viernes. Es decir, hay quien creía que al final habría mejora, especialmente en los mercados internacionales, como finalmente se ha dado.
El pasado viernes, Oliu aseveró que “es urgente que Torres clarifique” si habrá o no subida del precio de la oferta. El banquero catalán y su consejero delegado, César González-Bueno, escenificaron un dueto el mismo día en Madrid en el que ambos se contradijeron sobre si habría o no subida de precio.
Josep Oliu
Xavier Cervera
Algunos accionistas minoritarios del Sabadell opuestos a la opa creían que si al final había subida, la firme y reiterada negativa previa de Torres podría haber manipulado el mercado y en consecuencia devaluado artificialmente el precio del Sabadell para reducir el coste para el banco vasco de esa posible mejora. Los más decididos tenían la intención de ir a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) para conocer su visión del asunto. Las opas abren procesos complejos y mueven múltiples intereses.