Debía ser la gran noche del PSG, que se llevó el premio gordo con el Balón de Oro de Dembélé, pero a Nasser Al-Khelaifi se le aguó la fiesta, nunca mejor dicho, porque su equipo tuvo que jugar (y perder por 1-0) contra el Olympique de Marsella durante la gala tras el aplazamiento del choque por la lluvia. Al menos estuvieron Ousmane Dembélé, Joao Neves y Désiré Doué, lesionados, que acompañaron a su presidente en una delegación minúscula. Tenía que ser una imagen de demostración de poder que quedó en nada. El Barça, de nuevo, eclipsó al PSG y se adueñó una vez más del Théâtre du Châtelet y se quedó con esa imagen si bien tras el éxito de Dembélé los ultras del PSG tomaron la puerta de entrada con cánticos de euforia.
Sin el Real Madrid, que volvió a dar plantón a France Football y a la UEFA (sólo acudió la escocesa Caroline Weir) en los premios más importantes del fútbol mundial, la expedición más numerosa fue sin duda la del Barça. El club, con 17 nominaciones, aprovechó para presumir una edición más. Antes de ver cómo ganaba Aitana Bonmatí el tercer Balón de Oro, Lamine Yamal y Vicky López el Kopa, así como Ewa Pajor el Gerd Müller, sus candidaturas en prácticamente cada premio ya le sirvieron a Laporta para sacar pecho ante el fútbol mundial. Quizás sufren para llegar al famoso 1-1 del fiar play, está costando más de la cuenta reestrenar el Spotify Camp Nou, pero deportivamente los resultados están ahí, no solo a nivel colectivo, también a nivel individual.
Y en una noche de etiqueta, el Barça expuso la clase y una expedición centenaria a pesar de los abucheos cuando llegaron a la alfombra roja. Se volvieron a repetir como la temporada pasada, con gritos de “puta Barça”, incluidos. Aunque poco le preocupaba a Lamine Yamal, que se hizo fotos en la alfombra roja con todos sus familiares en diferentes tandas. Solo el joven crack azulgrana se llevó a veinte personas, la mayoría familiares, todos elegantemente vestidos de D&G, la misma marca que también vistió al delantero catalán. Incluso vino su abuela paterna, una persona muy especial para él. Entonces aún no sabía lo que vendría después. Pero sonreía Lamine junto la expedición culé, como pronosticando que el que ríe último ríe mejor.
Abrazado por Hristo Stoichkov, a quien la organización sentó al lado de su ‘enemigo’ Luis Figo, Hansi Flick asistió por respeto, como dijo los últimos días, sonriente y orgulloso, Raphinha, con su esposa y su hijo, vivió su primera alfombra roja y su primera gala en París, mientras que Pau Cubarsí repitió como el año pasado, acompañado de sus padres, su hermana y su agente. Andrés Iniesta y Ronaldinho, que entregaron los Balones de Oro a Aitana y Dembélé, fueron otros mitos culés. También acudió Jordi Cruyff. En la delegación masculina solo faltaron Pedri y Lewandowski, que tras varias participaciones y sin opción a premios, priorizaron el descanso ante un calendario con tanto viaje. En clave femenina, el Barça volvió a lucir sus Balones de Oro, los tres ya de Aitana y los dos de Alexia, ambas presentes Y hay futuro con Vicky, Cata y Pina emocionadas en su primera gala. Habrá más.