“Llevo 20 años esperando este día”, ha dicho el presidente de EEUU, Donald Trump, antes de culpar al consumo de paracetamol –Tylenol– durante el embarazo de la supuesta “epidemia de autismo” que vive el país. Y ha firmado este lunes un decreto por el que aprueba un medicamento presuntamente eficaz para tratar esta condición. “El Tylenol puede estar asociado en el embarazo al autismo”, ha dicho Trump: “No es bueno y recomendamos que limiten el Tylenol en el embarazo”.
“Hay un rumor, y no sé si es cierto o no, de que en Cuba no tienen paracetamol porque no tienen dinero para paracetamol, y prácticamente no tienen autismo”, ha señalado el presidente de EEUU: “Si no puedes aguantar, si no puedes hacerlo, tomarás un Tylenol, pero será con moderación… Pero creo que no deberías hacerlo”.
“Ciertos grupos, como los amish, por ejemplo, prácticamente no tienen autismo”, ha asegurado Trump.
Trump ha afirmado que, con efecto inmediato, la FDA –Administración de Alimentos y Medicamentos– emitirá un aviso médico e iniciará un cambio en la etiqueta de seguridad del acetaminofén –el ingrediente activo del paracetamol–, y ha sido muy vehemente al enfatizar que las mujeres embarazadas no deben tomar Tylenol. El Departamento de Salud también lanzará una campaña nacional de servicio público para informar a las familias y proteger la salud pública, según un cartel junto al presidente.
El propio Donald Trump adelantó este domingo sus intenciones, durante el homenaje a Charlie Kirk, al revelar que este lunes haría “uno de los anuncios médicos más importantes” en la historia de su país. “Creo que les parecerá asombroso”, afirmó. “Creo que hemos encontrado una solución al autismo”. Previamente, el secretario de Salud y Servicios Humanos, el negacionista de las vacunas Robert F. Kennedy Jr., ya anunció un “esfuerzo masivo” sobre esta enfermedad y que para septiembre sabríamos “qué ha causado la epidemia de autismo”.
El Departamento de Salud, con Robert Kennedy Jr a la cabeza, expresa su preocupación por el uso de acetaminofén en mujeres embarazadas, el ingrediente activo del paracetamol (en EEUU comercializado como Tylenol) y uno de los medicamentos más utilizados en el mundo.
Estas afirmaciones van contra la evidencia acumulada durante años sobre la seguridad del paracetamol durante el embarazo. Las principales sociedades médicas lo identifican como un analgésico seguro en este periodo, aunque recomienden a las mujeres embarazadas que consulten con su médico antes de tomarlo, como con cualquier otro tratamiento.
Al mismo tiempo, la Administración Trump promocionan un fármaco llamado leucovorina, una forma de vitamina B9, también conocida como folato, como posible tratamiento para el autismo. Este fármaco se ha utilizado tradicionalmente como antídoto contra los efectos tóxicos de algunas quimioterapias contra el cáncer. Desde hace unos meses se habla de unos nuevos ensayos clínicos, pequeños y cuidadosamente controlados, por el que algunas personas con autismo que no podían expresarse han mejorado la comunicación y la cognición al tomar leucovorina.
No, no hay pruebas de que el paracetamol sea la causa del autismo ni se cura con un medicamento: “Es una patochada”

Sin embargo, los propios investigadores reconocen que se trata de una esperanza muy frágil y que aún faltan pruebas y ensayos. “Aún estamos en la recta final”, dice Richard Frye, neurólogo pediátrico que estudia la leucovorina a The Washington Post, sugiriendo que la investigación aún está en sus primeras etapas. “Pero creemos que podría ayudar a muchos niños”.