Tercera corona. La maga, la futbolista que ve el fútbol como ninguna otra. Aitana Bonmatí se llevó por tercer año consecutivo el máximo galardón del fútbol. El Balón de Oro vuelve a Ribes, a casa de la centrocampista que encarna el juego de Johan Cruyff, de quien porta el ’14’ con honor y orgullo. «Nunca imaginé, cuando era una niña, que conseguiría esto«, confesó la futbolista emocionada y aún un poco aturdida en París.

Sentada en la primera fila, entre Lamine Yamal y Pau Cubarsí, miraba el escenario. Los jugadores la miraban de reojo mientras se decidía entre ella y Mariona Caldentey, las dos finalistas a la espera del veredicto. Sonó el nombre de la catalana por los altavoces, para sorpresa de algunos. Volvió a repetir el camino hacia el escenario, donde todos los focos regresaban a ella.

Aitana Bonmatí.

Aitana Bonmatí. / FRANCK FIFE / AFP

Allí la esperaba Andrés Iniesta, uno de los sus grandes ídolos. Era el guión perfecto, pero ni ella misma se creía posible que esto sucediera. De hecho, ni se había preparado un discurso por si ganaba el galardón, para el que no partía como favorita. Cogió el trofeo con las dos manos, aupándolo y cercandolo. Como si no fuera real, como si necesitara sentirlo más cerca para creerlo. Ya tras el atril, asentía mientras la platea la clamaba en vítores y aplausos. Tomaba aire, intentaba aterrizar en ese preciso momento. «Voy a improvisar un poco. Tercera vez consecutiva. No sé qué decir. El teatro impresiona muchísimo, la verdad», confesó con los ojos bien abiertos, como intentando capturar en su memoria lo que estaba sucediendo.

Con su ídolo Iniesta

«Gracias a France Football por otorgarme el tercero, que perfectamente podría haber sido de cualquiera de vosotras. Si pudiera compartilo, lo haría. Recibirlo de la mano de Andrés Iniesta, uno de mis ídolos desde pequeña junto con Xavi. He aprendido de ellos y en gran parte mi fútbol de hoy es gracias a ellos«, comentó la centrocampista.

«Gracias a la organización mejorar, este es el primer año que tenemos los mismos premios que el masculino. Hoy lo hemos conseguido. Al Barça, a mi club, al presidente Joan Laporta, acompañado de la directiva, compañeras, staff, a todos los que reman cada día para que nosotras sigamos creciendo. No lo conseguimos solas, es gracias a un trabajo colectivo. Este año cumplo 14 años en el club de mi vida», añadió poniendo en valor el trabajo hecho desde el Barça para que el fútbol femenino haya crecido a nivel mundial pero también en cada una de las futbolistas.

«Nunca me olvido de dónde vengo. Gracias a mis padres, que supongo que me estarán viendo. Gracias a ellos y a toda a gente que rema para que cada día sea mejor jugadora y mejor persona. Nunca imaginé cuando era una niña, que conseguiría esto. Siempre digo que tengo ídolos como Iniesta y Xavi porque cuando era pequeña solo los veía a ellos por la tele. Es increíble estar aquí y hacer historia«, añadió más pausada, degustando el momento.

«Dar ejemplo a todo el mundo»

La tres veces Balón de Oro, antes de cerrar su discurso, quiso dar un mensaje cristalino: «Somos más que futbolistas. Tenemos que dar ejemplo a todo el mundo para las generaciones que vienen». Y es que para Aitana, cualquier altavoz es bueno y necesario para lanzar un mensaje. No hay palabras vacías y discursos encargados, la futbolista que se convirtió este lunes en la única en ser coronada por tercera vez (y además de manera consecutiva) con el mayor galardón del fútbol, sigue siendo la misma que antes de ganar al primero. Una persona sencilla, cercana y fiel a ella misma. Al fin y al cabo, una leyenda y una referente para todos.

Aitana se impuso ante Mariona Caldentey, su excompañera de equipo, que le arrebató la final de la Champions en Lisboa en favor de las ‘gunners’. El tercer lugar del podio fue para Alessia Russo, por delante de Alexia Putellas, que acabó cuarta, por delante de la heroina de Inglaterra en la Eurocopa, Chloe Kelly.

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