Madrid
El Samsung Galaxy Z Fold7 es una auténtica joya tanto de diseño como de ingeniería que poco tiene que ver con aquel primer Samsung Galaxy Fold que se presentó en febrero de 2019. En todos estos años, la compañía surcoreana ha ido puliendo el diseño del terminal, así como sus características, para presentarnos un móvil prácticamente perfecto en todos los sentidos. En primer lugar destaca por un diseño que mejora con creces el del terminal que conocimos el año pasado. Y es que, a pesar de que sea un teléfono móvil muy parecido al Galaxy Z Fold6 a simple vista, tanto por su pantalla plegable tipo libro como por su configuración de tres cámaras traseras, este nuevo dispositivo cuenta con importantes novedades.
Una obra de ingeniería y un sacrificio
El nuevo Galaxy Z Fold7 es un teléfono más alto y ancho que su antecesor, pero al mismo tiempo más delgado y ligero que el mismo. Si nos fijamos en la pantalla exterior, que históricamente era más estrecha y alargada que las del resto de teléfonos móviles, todo ha cambiado. Ahora es más alta y más ancha, por lo que podrás realizar todo tipo de tareas desde la misma sin abrir la segunda pantalla gracias a sus 6,5 pulgadas.
Al ser más alto y también más ancho, la pantalla interior también crece desde las 7,6 pulgadas de Galaxy Z Fold6 a las 8 pulgadas del Fold7. Pero no es ni mucho menos un armatroste. De hecho, llega a ser incluso más cómodo en mano que su antecesor porque es un teléfono más fino y ligero. Mientras que el Galaxy Z Fold6 tenía un grosor de 12,1 milímetros plegado y de 5,6 una vez abierto, el nuevo teléfono móvil de Samsung ha conseguido reducir esta cifra hasta los 8,9 milímetros cuando está cerrado y de apenas 4,2 milímetros cuando lo desplegamos.
Y por si esto fuera poco, el teléfono móvil es más liviano. Mientras que el Samsung Galaxy Z Fold6 pesaba 239 gramos, el Z Fold7 adelgaza hasta los 215 gramos. Pero para conseguir todo esto han tenido que hacer un sacrificio: eliminar por completo el soporte para el S Pen. Para lograr que el dispositivo sea más delgado, Samsung ha eliminado la capa digitalizadora de su pantalla, con la que podíamos usar este complemento. De esta manera, el móvil es más ligero y resistente, pero pierde el soporte del S Pen.
Grandes avances en las pantallas
Otro de los grandes avances de este teléfono móvil a nivel de diseño reside en sus pantallas. Como te hemos explicado con anterioridad, la pantalla exterior ha crecido hasta las 6,5 pulgadas y ha adoptado una relación de aspecto 21:9. Gracias a ello, podremos interactuar con la misma como si lo estuviéramos haciendo con cualquier otro teléfono móvil. Así, no tendrás que estar constantemente abriendo y cerrando el móvil para realizar distintas tareas, pues con esta pantalla exterior será más que suficiente.
Una mujer prueba el Galaxy Z Fold7. / NurPhoto
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Una mujer prueba el Galaxy Z Fold7. / NurPhoto
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Si a esta nueva configuración le sumamos las características tradicionales de las pantallas de Samsung, se nos queda un móvil de lo más completo en este aspecto. En esta ocasión, el móvil incorpora un Dynamic AMOLED 2X con 120 Hz de refresco adaptativo y resolución FullHD+. Una configuración idónea que nos garantiza una calidad de color, así como una nitidez y fluidez de primer nivel. Sí que es verdad que no cuenta con el tratamiento antirreflejos del Galaxy S25 Ultra, pero tampoco es algo que se eche mucho de menos en el día a día.
Y si la pantalla exterior es espectacular, la interior lo es todavía más. En esta ocasión, Samsung ha montado un Dynamic AMOLED 2X de 8 pulgadas con una resolución de 2184 x 1968. Una auténtica bomba tanto para la multitarea, pues podremos ejecutar varias ventanas al mismo tiempo, como para jugar a los videojuegos más exigentes del mercado como para ver todo tipo de series y películas en streaming. Eso sí, estaría bien que Samsung pudiera llegar a un acuerdo con las distintas plataformas de streaming para poder adaptar el contenido a las dimensiones del dispositivo para no ver unas franjas negras tan pronunciadas.
¿Y qué pasa con el pliegue? La compañía sigue mejorando su bisagra, a la que han bautizado con el nombre Armor FlexHinge, pero el pliegue sigue estando ahí. Puede que cuando interactuamos con la pantalla de frente no se note, que al fin y al cabo es de lo que se trata, pero si la miramos desde un lateral es más que probable que la notemos si está expuesta a distintos brillos. Y sigue siendo perceptible al tacto, aunque sí que es verdad que te acostumbras pronto a ello. Pero, en líneas generales, no es algo que moleste demasiado a la experiencia de uso.
El rey de la multitarea
El rey de la multitarea requiere de un procesador a la altura capaz de gestionar todo tipo de tareas sin fundirse. Y Samsung le ha otorgado el Snapdragon 8 Elite for Galaxy. Una versión optimizada del chip más potente de Qualcomm que le ofrece una potencia descomunal tanto para la anteriormente citada multitarea como para disfrutar de todo tipo de contenido de streaming y videojuegos sin cortes. Por si esto fuera poco, el teléfono cuenta con una memoria RAM de 12 o 16 GB, dependiendo del modelo, que facilita todavía más que el rendimiento sea impecable.
Si a esto le sumamos que el teléfono móvil cuenta una capa de personalización como la One UI 8, diseñada expresamente para los Galaxy, el teléfono se convierte en un auténtico todoterreno que te permitirá procesar cualquier cosa casi sin despeinarse. Durante estas últimas semanas, la experiencia ha sido completamente fluida y no se han registrado lagazos ni tan siquiera cuando hemos abierto tres aplicaciones al mismo tiempo.
No obstante, hay un pequeño problema. El hecho de ser un teléfono tan fino provoca que el Galaxy Z Fold7 se recaliente bastante cuando lo exprimimos al máximo. De ahí que, en algunas ocasiones, se note que baja ligeramente el rendimiento del teléfono móvil para poder así gestionar mejor la temperatura. Especialmente cuando llevamos muchas horas jugando o cuando estamos grabando en vídeo a 8K durante espacios prolongados de tiempo. Un problema que nos parece difícil de resolver, ya que el móvil es demasiado fino como para encontrarle soluciones realmente útiles.
A mejorar: la carga y la autonomía
Otro de los problemas derivados de su diseño recae en la autonomía. El Galaxy Z Fold7 tiene dos pantallas más grandes que las de su antecesor, pero la capacidad de la batería es la misma: 4.400 miliamperios. Si partimos de la base de que este teléfono móvil está dirigido al campo de la multitarea y la creación de contenido, nos parece un error que no se haya dado un paso adelante en lo que respeta a la autonomía, más allá de que la hayan optimizado para ofrecer una ligera mejora de rendimiento. Porque podemos aguantar todo el día sin problemas si hacemos un uso básico del móvil, pero sufre en cuanto le enfrentamos al uso extremo de la multitarea y el gaming.
De esta manera, consideramos que es uno de los aspectos a mejorar de cara a futuras generaciones. Eso y, como viene siendo habitual en los teléfonos móviles de Samsung, la carga. ¿Cómo es posible que un teléfono móvil de la gama premium cargue a 25W en pleno 2025? En un mercado en el que nos encontramos con compañías que superan los 100W de carga, Samsung sigue quedándose atrás con el objetivo de salvaguardar sus baterías al extremo. De ahí que para cargar el móvil del 0 al 100% vayas a necesitar aproximadamente una hora y media. Y eso todos y cada uno de los días.
Un salto adelante a nivel fotográfico
Los Samsung Galaxy Z Fold siempre han tenido un asunto pendiente con el tema de las cámaras. A pesar de que son los teléfonos más premium de la compañía, y que cuentan con características tope de gama, tienden a quedarse un paso atrás a nivel fotográfico. Pero en esta ocasión no ha sido así. El nuevo Z Fold7 viene equipado con un sensor principal de 200 megapíxeles que es idéntico al del S25 Ultra. Y sacar todo tipo de fotos con este sensor es una gozada porque captura hasta el más mínimo detalle de cada imagen con un rango dinámico espectacular. Funciona a las mil maravillas en entornos luminosos, pero, gracias al motor de procesamiento de imagen, también ofrece un gran rendimiento en escenas oscuras. De ahí que sea una gran opción para tu día a día. Mejora el modo foto normal y también el modo retrato. Después de realizar varias pruebas, el teléfono recorta cada vez mejor la imagen principal y desenfoca el fondo de una forma muy natural y precisa. Por lo tanto, se puede decir que la cámara principal está al nivel de la del S25 Ultra.
Los que sí que se quedan algo atrás son el teleobjetivo de 10 megapíxeles y el gran angular del 12. A pesar de que el teleobjetivo se comporta fenomenal en la mayoría de escenarios, especialmente en los luminosos, sí que es verdad que le falta la versatilidad del que encontramos en el S25 Ultra cuando cae la luz. Al gran angular le pasa exactamente lo mismo, que se comporta mucho mejor en situaciones luminosas que en aquellas escenas más oscuras. De esta manera, y a pesar de que el sensor principal esté al nivel de lo mejor del mercado, las cámaras secundarias se quedan un paso por detrás que las del S25 Ultra.
Conclusiones: un móvil que roza la excelencia
El Samsung Galaxy Z Fold7 es un teléfono que roza la excelencia en muchos aspectos. Tiene un gran diseño, unas pantallas a la altura de una obra de ingeniería de este calibre y un rendimiento brutal para procesar todo lo que le propongas. Sin embargo, hay ciertos aspectos que le restan puntos. Y la mayoría de ellas están relacionadas precisamente con su estética.
El hecho de haber innovado tanto a nivel de diseño ha provocado que el móvil haya perdido el soporte del S Pen y que tenga una autonomía bajo nuestro punto de vista insuficiente para un teléfono de este calibre. Por otro lado, y a pesar de que la cámara principal sea una auténtica pasada, y probablemente la que usarás en tu día a día, las cámaras secundarias tienen margen de mejora como para seguir creciendo. De ahí que Samsung tenga una máquina casi perfecta, pero todavía con varios detalles clave para alcanzar esa excelencia.