Las protestas propalestinas lograron paralizar este lunes las principales ciudades de Italia. Las manifestaciones en Milán y otras localidades como Bolonia o Nápoles derivaron en fuertes enfrentamientos con la Policía que se saldaron con al menos 60 agentes heridos y más de 18 detenidos.

Miles de manifestantes, entre ellos colectivos estudiantiles, han salido a las calles de Roma y más de 70 ciudades en una jornada de huelga convocada por algunos sindicatos con el objetivo de «paralizar» el país en solidaridad con los palestinos y en contra de la ofensiva de Israel en Gaza.

La masiva movilización ha provocado además cancelaciones de trenes, escuelas cerradas, cortes de calles, bloqueos en varios puertos e interrupciones en el metro y en el tráfico urbano.

Soldados israelíes en la Franja de Gaza.

Los mayores incidentes se registraron en la estación central de Milán, cuando una multitud irrumpió en su acceso principal tras saltarse el cordón policial y causar destrozos en puertas y mobiliario de la instalación.

En las imágenes que circulan en redes sociales se ve a manifestantes, algunos vestidos de negro y otros ondeando la bandera palestina, tirando vallas y objetos contra uno de los accesos de la estación y también a los agentes durante los enfrentamientos.

Ante el descontrol de la situación, la Policía antidisturbios tuvo que intervenir cargando con porras y gases lacrimógenos, impidiendo que los manifestantes pudieran acceder al interior de una estación completamente blindada.

Los incidentes se saldaron con una decena de manifestantes detenidos y alrededor de 60 agentes de las fuerzas del orden heridos, de los cuales 23 tuvieron que ser trasladados al hospital, según informan medios locales.

También se registraron incidentes en Bolonia, donde los manifestantes ocuparon la autopista A14, que une la ciudad con Taranto, y la Policía respondió utilizando gases lacrimógenos y cañones de agua.

La protesta había llegado previamente hasta la estación central de Bolonia, custodiada por al menos una quincena de vehículos blindados, contra los que algunos manifestantes lanzaron huevos y petardos, disturbios que se saldaron con ocho manifestantes detenidos.

En la ciudad sureña de Nápoles, se produjeron enfrentamientos con la Policía cuando la multitud irrumpió en la estación principal de tren. Algunos lograron subir brevemente a las vías, lo que provocó retrasos en los servicios.

En Roma, se manifestaron más de 30.000 personas, que primero se concentraron frente a la estación de Termini, obligando a cortar los accesos, y luego se desplazaron por las calles de la capital italiana para bloquear el tráfico.

La protesta en la capital contó con una masiva participación de jóvenes y estudiantes, que llegaron organizados en grupos y clases enteras, así como con colegios, lo que propició la presencia de menores en las protestas.

En el puerto de Venecia, la Policía desplegó cañones de agua para ayudar a disolver las manifestaciones.

Los estibadores también organizaron protestas en los puertos de las ciudades de Génova, Livorno y Trieste. Estos trabajadores defienden que su objetivo es impedir que Italia sea utilizada como escala para la transferencia de armas y otros suministros a Israel para su guerra contra Hamás en Gaza.

Meloni condena la violencia

La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, calificó de «indignantes» las imágenes de Milán, capital financiera del país y coanfitrión de los Juegos Olímpicos de Invierno el próximo febrero. La primera ministra subrayó que sólo espera «palabras claras de condena» por parte de los organizadores de la huelga y las demás formaciones políticas.

«Violencias y destrozos que nada tienen que ver con la solidaridad y que no cambiarán en absoluto la vida de las personas en Gaza, pero sí tendrán consecuencias concretas para los ciudadanos italianos, que acabarán sufriendo y pagando los daños provocados por estos vándalos», escribió en X.

«Un pensamiento de cercanía a las Fuerzas del Orden, obligadas a soportar la prepotencia y la violencia gratuita de estos pseudomanifestantes», añadió.

En la misma línea, el ministro del Interior, Matteo Piantedosi, calificó los disturbios como «una acción violenta deliberada de ataque contra las fuerzas policiales» y definió a los manifestantes como «alborotadores que intentan aprovechar la sensibilidad general sobre este tema como una oportunidad para llevar a cabo los habituales actos de violencia pura y simple».

El Gobierno de Meloni, partidario de Israel dentro de Europa, ha descartado seguir el ejemplo de otras naciones occidentales como Reino Unido o Francia de reconocer un Estado palestino .

Los sindicatos aún no han facilitado datos sobre la huelga, pero el ministro de Transportes, Matteo Salvini, ya ha asegurado que «ha tenido una participación muy baja».

«No hubo cancelaciones en los trenes Intercity, mientras que se reportaron cuatro o cinco cancelaciones en los trenes Frecciarossa (de alta velocidad), y menos del 20 % en los trenes regionales», añadió.