Cada hernia es diferente y cada paciente, también. Por eso, la valoración individualizada por un especialista es clave. A veces se minimiza el problema, pero las complicaciones pueden ser serias. La experiencia del cirujano y la elección del momento quirúrgico son determinantes porque la aparición de una hernia inguinal no puede evitarse, aunque hay factores que pueden favorecer el que salgan antes, como los grandes esfuerzos.

«Los hábitos saludables, como mantener un peso adecuado, y evitar esfuerzos tremendamente excesivos, son fundamentales para prevenir la aparición de una hernia. Por el contrario, la tos crónica o el estreñimiento son factores de riesgo, especialmente tras una cirugía abdominal», advierte el Dr. Salvador Morales, jefe de Servicio de Cirugía General y Aparato Digestivo del Hospital Quirónsalud Sagrado Corazón de Sevilla, que recientemente ha sido elegido presidente de la European Hernia Society (EHS), una de las sociedades científicas más reconocidas a nivel mundial en cirugía de la pared abdominal.

Además, no hay que olvidar que, dependiendo del tamaño y localización, las hernias pueden limitar actividades físicas, causar dolor persistente y generar preocupación. «Algunas hernias pueden derivar en complicaciones graves, como estrangulación intestinal, que conlleva la resolución de la misma de urgencias», insiste este experto, considerado en 2025 mejor cirujano de España según MERCO.

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Dr. Salvador Morales, del Hospital Quirónsalud Sagrado Corazón de Sevilla

Qué son y por qué se producen

En concreto, tal y como explica el doctor Morales, una hernia es la «salida o protrusión de un órgano —generalmente una parte del intestino— a través de una zona débil de la pared muscular que normalmente lo contiene; es como si algo se escapara por un orificio donde no debería, formando un abultamiento visible o palpable».

Aparecen por una combinación entre una debilidad de la pared abdominal y un aumento de la presión interna del abdomen y favorecidas en muchas ocasiones por factores como la obesidad, los esfuerzos físicos, la tos crónica, el embarazo o tras cirugías previas.

«Las más frecuentes son las inguinales (en la ingle), las umbilicales, las epigástricas (en la parte alta del abdomen), las femorales (más comunes en mujeres) y las incisionales, que aparecen en cicatrices de cirugías anteriores. También existen hernias internas como la hiatal, que se produce cuando parte del estómago asciende hacia el tórax a través del diafragma», subraya quien también fuera presidente de la Asociación Española de Cirujanos (AEC) y de la Asociación Europea de Cirugía Endoscópica (EAES).

Principales síntomas y cómo se diagnostica

Por otro lado, el Dr. Morales mantiene que el síntoma más común de las hernias es la aparición de un bulto o de un abultamiento, que suele aumentar con el esfuerzo, o bien al estar de pie: «Puede ir acompañado de dolor intenso o malestar crónico. Si notamos una masa que aparece y desaparece o causa molestia, especialmente al toser o agacharnos, deberíamos consultar con un especialista».


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En la mayoría de los casos, indica el especialista, basta con una buena exploración física. «Cuando hay dudas o si la hernia no es identificable pueden utilizarse pruebas como ecografía o el TAC», asevera.

¿Siempre hay que operar?

En cuanto al abordaje, el jefe de Servicio de Cirugía General y Aparato Digestivo del Hospital Quirónsalud Sagrado Corazón de Sevilla sostiene que en el caso de las hernias el tratamiento definitivo siempre es la cirugía. «Las hernias deben operarse cuando provocan síntomas o aumentan de tamaño. Si no se tratan pueden incarcerarse (quedar atrapadas) o estrangularse (que evita el riego sanguíneo), lo que exige una cirugía urgente con mayor riesgo», alerta.

Ahora bien, sí puntualiza que hay casos excepcionales o temporales que pueden vigilarse, si bien destaca que así no se soluciona el problema: «La mayor parte de los pacientes sí deben operarse. No obstante, en pacientes con enfermedades graves o muy mayores se evalúa el riesgo-beneficio. Por otro lado, si la hernia es pequeña y no da síntomas, a veces puede realizarse una vigilancia de la misma».

Señala aquí que la operación puede realizarse por cirugía abierta o mínimamente invasiva, «que está ganando en popularidad actualmente, ya que favorece la recuperación del paciente». Precisamente, el Dr. Salvador Morales destaca a nivel internacional, entre otras ramas, por la cirugía de pared abdominal, del cáncer de colon y esofagogástrico y de la obesidad con el uso de técnicas mínimamente invasivas, siendo uno de los principales exponentes en el desarrollo de las nuevas innovaciones en cirugía basada en la inteligencia artificial y la cirugía guiada por la imagen, estando asimismo inmerso en el inicio de programas de robotización en cirugía.

«La cirugía mínimamente invasiva, como la laparoscópica o la robótica, ha supuesto un gran avance porque reduce el dolor postoperatorio, acorta el tiempo de recuperación y disminuye complicaciones. Por otro lado, las nuevas mallas y los mecanismos de fijación de las mismas también están suponiendo un gran avance en este campo», remarca el experto del Hospital Quirónsalud Sagrado Corazón.

De hecho, resalta que la cirugía robótica aporta una visión tridimensional y una precisión mayor, siendo útil especialmente en hernias complejas, dada la dificultad de dar puntos en ángulos complejos. Además, señala, la inteligencia artificial está empezando a aplicarse en la planificación quirúrgica, en el análisis de imágenes y en la predicción de riesgos, así como en la formación de las nuevas generaciones de cirujanos. «El futuro está en una medicina más personalizada, con técnicas menos invasivas, mejores materiales protésicos y un apoyo tecnológico avanzado. El gran reto es reducir las recidivas y que mejore el confort postoperatorio de los pacientes a corto y largo plazo, así como garantizar que los beneficios de estos avances lleguen a todos los pacientes», concluye el Dr. Salvador Morales.