Cuando Mark Zuckerberg subió al escenario para presentar en Meta Connect 2025 las nuevas gafas inteligentes Meta Ray-Ban Display, el foco estaba puesto en una mirada al futuro: pantallas incrustadas, gestos con pulsera neural, traducción en directo, subtítulos vivos, sin embargo todo eso quedó algo eclipsado por un destello inesperado y visible a simple vista: el reloj que llevaba en su muñeca.
Durante la presentación, a millones de espectadores les bastó un segundo para dejar de mirar al dispositivo y fijarse en algo infinitamente más raro y llamativo: un reloj de alta relojería valorado en alrededor de medio millón de dólares cuyo precio justifica la rareza y la exclusividad de dicha pieza.
El Greubel Forsey Nano Foudroyante EWT, es una maquina del tiempo que no sólo destaca por su valor económico, sino por sus características técnicas: sólo existen once unidades en el mundo y está fabricado en tantalio y oro blanco, con una caja de 37.9 mm, la más pequeña que la marca ha producido hasta la fecha.
Además, forma parte de lo que Greubel Forsey denomina su décima «Invención Fundamental», designación reservada para piezas que redefinen algo en la relojería mecánica contemporánea, razón por la que el reloj se convirtió en protagonista por encima de los nuevos dispositivos.
Por eso, en lugar de la pantalla AR o de la pulsera neural, muchos de nosotros quedamos fascinados por el destello metálico del Nano Foudroyante no sólo por ver cómo la ingeniería estaba por encima de la tecnología, sino porque, a fin de cuentas, cuando alguien que habitualmente viste con camisetas básicas decide lucir un objeto así, la conversación cambia de tema.
La complicación central de este reloj, y la que le da nombre, es el foudroyante, una aguja de segundos «relámpago» que completa una revolución completa por segundo. Esta es una función notoriamente consumidora de energía en los relojes tradicionales. Sin embargo, Greubel Forsey ha abordado este problema con una solución radical a nivel nanométrico.
El Nano Foudroyante utiliza una tecnología que reduce el consumo de energía del mecanismo hasta en 1,800 veces en comparación con un foudroyante convencional. Mientras que un mecanismo tradicional consume alrededor de 30 microjoules (μJ) por salto, el Nano Foudroyante solo utiliza 16 nanojoules (nJ). Este logro no solo es un testimonio de la ingeniería avanzada de la marca, sino que también permite la integración de esta complicación sin comprometer la reserva de marcha del reloj.
El movimiento de cuerda manual, compuesto por 428 piezas (142 solo para la jaula del tourbillon), incorpora un tourbillon volante con el mecanismo del foudroyante integrado. Esta combinación es una primicia mundial y muestra la capacidad de Greubel Forsey para integrar múltiples complicaciones en un espacio reducido sin comprometer el rendimiento.
En definitiva, aunque Meta trataba de centrar la atención en sus nuevas Ray-Ban Display, lo que muchos se llevaron a casa fue la imagen de Zuckerberg con ese reloj digno de un salón de coleccionistas y cuyas especificaciones técnicas bien justifican su precio.
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