Hacía más de una década que el baloncesto español no vivía un momento así y la expectación era enorme, en el Museo de la Federación Española de Baloncesto (FEB) en Alcobendas, para recibir a Chus Mateo como nuevo seleccionador nacional en un acto en el que estuvo acompañado por Elisa Aguilar, la presidenta de la FEB. Al entrenador madrileño (56 años) se le vio muy ilusionado, seguro, con ideas propias y ganas de ponerlas en práctica apenas tres meses después de su salida del Real Madrid, que decidió no seguir contando con él pese a que había ganado todos los títulos posibles, Euroliga incluida, en un periodo de tres años.
Pero la vida, a veces al menos, recompensa a quien hace bien las cosas, y esos tres años al frente del equipo blanco -y bastantes más como hombre de basket y ayudante de confianza de grandes como Pablo Laso o Sergio Scariolo– le han llevado hasta este puesto, con el enorme reto de dar continuidad a los años, llenos de éxito, en el banquillo de España de un Scariolo que, un camino de dos direcciones, será su sustituto en el Real Madrid: “Estoy ilusionado y feliz. Conozco perfectamente lo que se espera de mí y lo voy a afrontar, sabiendo la dificultad, con valentía y determinación. Es verdad que tengo un talante dialogante y me gusta hacer las cosas de forma consensuada, pero voy a tratar de poner mi sello”.
Un perfil perfecto para el carto
“Chus reúne un número de características esenciales. Es español, experimentado en la elite. Ha convivido con la presión y sabe lo que es ganar títulos del más alto nivel. Conoce la casa. Es calmado y conciliador, sabe integrar a jugadores de diferentes estilos y caracteres. Cuida y mima a sus jugadores y, a la vez, exprime para sacarles sus mejores cualidades. No sabes lo contentos que estamos de recibirte”. Así recibió Elisa Aguilar a un Mateo cuya elección incluye el compromiso de no entrenar a ningún equipo en el nivel de clubes durante un tramo que abarcará, de entrada, hasta 2029: “El compromiso que tenemos, que esperamos que sea mucho más, es hasta el Eurobasket 2029. Una de las cosas importantes era la exclusividad, por el momento en el que estamos. Por parte de Chus no ha habido ningún problema y empezamos esta etapa con ese mensaje. Sí más adelante nos plantea compaginar con un club, habrá que verlo en el momento”. El técnico comparte esta visión: “La Federación necesita a alguien que bucee y se meta al 100% en cómo ilusionar a los jugadores. No habría sido bueno, ni para la Federación ni para mí, compaginar dos cargos. Nunca ha sido un punto de divergencia”.
La presidenta de la Federación acompañó a Mateo, que afronta a sus 56 años un reto tremendo. Quizá no tan inmediato como en el Madrid, donde cada derrota, cada día malo, se podía convertir en un ultimátum. El de ahora será un trabajo con vistas a largo plazo, con el Eurobasket de 2029 en Madrid (se jugará un grupo y la fase final al completo) como joya de la corona del próximo ciclo que debería comenzar con el Mundial de 2027, aunque España tendrá que ganarse la clasificación en las Ventanas a partir de noviembre.
Esa será la primera ocasión en la que se podrá ver hacia dónde quiere llevar el nuevo seleccionador a un equipo en medio de una transición que se le está atragantando: “Hay que hacer cosas nuevas, mirar formulas diferentes. El baloncesto nacional nos lo pide. Hay que ponerse a trabajar codo con codo, veo que hay ganas de trabajar para que el baloncesto nacional dé un paso adelante. Las Ventanas no van a ser fáciles, pero hay que unirse y quiero mandar un mensaje optimista porque, sinceramente lo creo, va a ir bien”.
Precisamente uno de los grandes problemas, algo que ya sufrió Scariolo, será enfrentarse a las Ventanas sin poder contar con el grueso de jugadores que seguramente completarían las plantillas en los grandes campeonatos. Ni los que están en Euroliga ni, por supuesto, los que juegan en Estados Unidos, ya sea NBA o Universidad (de estos últimos cada vez hay más), podrán ayudar a España a conseguir el billete para el Mundial. “Las prisas nunca han sido buenas. Hay que tratar de hacer las cosas bien. Está la inmediatez, que siempre está ahí, con un Mundial para el que hay que clasificarse, pero también la pausa. Hemos visto brotes verdes y hay que dejarlos crecer. Cada generación lleva su tiempo y hay que dejar que las cosas fluyan. Plantearse si vamos a tener una generación buenísima en dos, tres, cuatro años… A lo mejor la tenemos en menos o a lo mejor la tenemos en más. Pero lo importante es que la vamos a tener”. Sobre ese equipo para el arranque de la clasificación para el Mundial, ha confiado en que pueda ser fiable y competitivo pese a que habrá ausencias muy importantes: “Hay jugadores en Euroliga, en NBA y en NCAA. Excluyen mucho talento y mucha experiencia. Pero el baloncesto español tiene otros jugadores que han demostrado el talento y el compromiso para llevar a España a los objetivos marcados. Gracias a los clubs y gracias a los entrenadores de formación que nos ayudan a ver el vaso medio lleno. Ojalá que los que nos van a representar en las Ventanas puedan saborear la satisfacción de los que ya nos representaron en otras Ventanas».
Aparte de la complicación que supone en cuanto a conseguir los objetivos deportivos, también va a ralentizar un posible cambio de turno en las caras de los jugadores. Está por ver cuántos de los veteranos que jugaron el Eurobasket van a ser definitivamente sustituidos por los jóvenes jugadores que vienen triunfando en categorías inferiores en los últimos años y que están entrando o tocando a la puerta: “Ese gen ganador está latente dentro del jugador español desde hace tiempo. Este Europeo puede que no haya sido estupendo a nivel de resultados, pero sí ha mandado mensajes muy buenos. Que en un momento determinado te caigas hace que la gente pueda coger un compromiso mayor. Ha habido dos jóvenes que han hecho un campeonato extraordinario y están diciendo ‘eh, próximo seleccionador, que aquí estamos’. Estoy seguro que tanto ellos dos como muchos de los otros que están rompiendo barreras van a dar muchas alegrías».
Sin embargo, el nuevo seleccionador ha asegurado que cuenta con los hermanos Hernangómez, Juancho y Willy, que salieron tocados del último Eurobasket, en el que no rindieron al nivel que se esperaba de ellos: “No he hablado prácticamente con ningún jugador. Tanto Willy como Juancho van a ser dos jugadores absolutamente fundamentales en el futuro. No sé el papel que van a desempeñar, pero lo que no podemos hacer es desmembrar lo que tenemos. Ellos dos son esenciales para el futuro. Es verdad que en este Europeo han podido salir señalados y no han hecho el mejor Europeo de la historia. Pero en otras ocasiones sí han hecho grandes Europeos y no podemos olvidarnos de estas cosas”.
Otro de los nuevos retos será tener feedback y conexión con el otro lado del Atlántico, donde cada vez desembarcan más jóvenes importantes del baloncesto español para jugar en las universidades estadounidenses. Chus Mateo tiene claro que quiere contar con todos los jugadores posibles y que todos se sientan parte de este ciclo de la Selección: “Si algo ha caracterizado a la Federación estos años es que ha dado mucho cariño a la gente que tenía bajo su influencia. Quiero que los jugadores españoles que estén en cualquier sitio sientan que su seleccionador va a estar muy cerca de ellos. Iré a verlos en persona a todos los que pueda y que ellos se sientan parte de esto. Que sientan que pueden ser elegidos en todo momento. Qué la Federación sea una válvula de escape, un hombro donde llorar en un momento determinado. Nosotros tenemos que darles ese calor para que se sientan comprometidos”.
Se abre un nuevo tiempo en la Selección. Un tiempo de soñar con el futuro y de trabajar mucho en el presente. Ese tiempo le va a tocar comandarlo a Chus Mateo, un hombre de baloncesto que, obviamente, se acordó de Sergio Scariolo, un entrenador que se ha convertido en leyenda con la Selección y con el que cruza caminos, el italiano al Real Madrid y él, a partir de ahora, en el equipo nacional: “Sergio es uno de los mejores entrenadores hoy en día y ha dejado un legado increíble, pero también hay un pasado más allá que al que me gustaría rendir un homenaje. A todos aquellos seleccionadores que hicieron historia. Quizá no tan brillante como esta última etapa, pero que también tuvieron que dar pasos adelante en momentos complicados”.
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