La modelo Esther Cañadas visitó anoche el plató de El Hormiguero, donde charló con Pablo Motos sobre su trayectoria en el mundo de la moda, en el que ha sido una estrella a nivel tanto nacional como internacional, como lo demuestra su participación esta semana, a sus 48 años, en la Madrid Fashion Week, en el desfile de Carolina Herrera en la Plaza Mayor de Madrid, el primero que hace la diseñadora fuera de Nueva York.
Allí confesó al presentador de Requena que hay un dulce al que no se puede resistir, a pesar de que debe mantener la línea para continuar en la cima de su profesión: “Me encanta comer, me encanta disfrutar de la vida y comer es una forma más de disfrute. Luego es verdad que, tengo mucha fuerza de voluntad. Mi perdición son los polvorones, los churros también me gustan mucho, pero los polvorones los cojo con más ganas porque no están todo el año”.
Carlos Lopez Alvarez
Asimismo, Cañadas reveló a Motos cuál es su truco para poder caminar tanto tiempo sobre tacones sin sufrir: “En mi vida diaria no llevo mucho tacón, pero intento cada cierto tiempo ponerme tacones porque luego me toca trabajar y, si no, no lo puedes aguantar. Yo he tenido agujetas de tacones. Tengo un truco, que es caminar con los tacones sin apoyar el talón, no se lo recomiendo a nadie”.
Intimidad
Además, Cañadas habló también de su lado más personal, y desveló que practica la hipnosis: “Tengo un coach con el que hago hipnosis y me fascina. Es una manera de entrar consciente a tu subconsciente y te puedes programar, quitarte cosas que no quieres, cambiar cosas… Hay que hacerlo con un profesional. Luego cuando acabas estás superfeliz y supertranquilo”.
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Y en su tiempo libre dice ser toda una manitas: “Lo hago más que nada por mi hija, para que vea que hay que hacer las cosas por uno mismo. Siempre le digo que primero lo intentamos arreglar nosotras y si no podemos contratamos a alguien. Normalmente, lo conseguimos arreglar, soy muy de buscarme la vida. Lo que realmente me apasiona son las reformas. Me ha pasado ir a casas de amigos y cambiarles la cocina”.
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