Después de un cierre de varias horas debido al avistamiento de varios drones, los aeropuertos de Copenhague y Oslo están reabriendo esta mañana. «La policía ha iniciado una investigación intensiva para determinar qué tipo de drones son. Los drones han desaparecido y … el aeropuerto está abierto de nuevo», informa el oficial de policía Jakob Hansen en Copenhague.
La primera ministra de Dinamarca, Mette Frederiksen, ha advertido de que la presencia de drones en el aeropuerto de Copenhague este lunes por la tarde es el «ataque más grave» contra las infraestructuras del país.
Por su parte, el jefe de Operaciones del Servicio de Inteligencia de la Policía, por su parte, calificó la situación de «extremadamente grave» y señaló el contexto de «alta amenaza de sabotaje» en la que se encuentra incurso Dinamarca. La semana pasada, el país nórdico anunció la adquisición de armas de largo alcance en vista de la amenaza rusa.
Los objetos voladores no identificados, que eran más grandes que los drones para uso privado, no fueron derribados y la policía está trabajando con el ejército y los servicios de inteligencia daneses para averiguar de dónde provenían. «Eran de gran tamaño» y «desaparecieron por si solos», ha añadido el inspector de policía Jens Jespersen.
La pregunta sobre si los drones que anoche paralizaron el tráfico aéreo en Europa del Norte podrían haber llegado desde Rusia no puede responderse con certeza en este momento, previenen las autoridades de Copenhague, pero si es posible afirmar que detrás de ellos, operando, había un «actor capaz», un «piloto experimentado». «No voy a especular sobre quién era exactamente. Sin embargo, puedo afirmar que eran drones muy grandes, que volaron con patrones de vuelo determinados sobre el área durante horas y con las luces encendidas», ha añadido.
Jespersen asume que la intención de los drones no era atacar, sino principalmente mostrarse o practicar. Lo atribuye, entre otras cosas, al número y tamaño de los drones y a la duración del vuelo. «Si hubiera sido una cuestión de atacar con los drones, entonces lo haces de inmediato», dice, y añade que «no te quedas ahí con las luces encendidas dando vueltas».
Durante el avistamiento y una vez alertadas las fuerzas de seguridad danesas, se tomó la decisión consciente de no derribar los drones. «Hay que pensar detenidamente en esto sobre las áreas habitadas», desaconseja Jespersen decisiones a la ligera. «También había mucha gente en el aeropuerto, así como tanques de combustible que podrían ser golpeados por los escombros. El aeropuerto es un lugar muy inconveniente cuando algo cae del cielo», describe las condiciones de la zona.
Cuando se le ha preguntado si las autoridades danesas habrían podido sacar los drones del espacio aéreo, se ha limitado a responder que no puede entrar en detalles. Lo único que ha podido confirmar al respecto es que, durante la noche, se movilizaron numerosas fuerzas de emergencia, como un helicóptero de la unidad especial Aktionsstyrken, y que también se había llamado al ejército. Las autoridades danesas no pudieron identificar los drones y finalmente perdieron el rastro. Tampoco se sabe desde dónde fueron lanzados, si en Dinamarca, Suecia o desde un barco. Las autoridades de seguridad y el servicio de inteligencia PET trabajaron febrilmente para identificar a los operadores, en cooperación con agencias extranjeras.
La policía de la capital danesa está cooperando con sus colegas en Oslo, dice Hansen. En la capital de Noruega, los avistamientos de drones también causaron una interrupción del tráfico aéreo durante varias horas. El aeropuerto de la capital de Dinamarca, Copenhague-Kastrup, es uno de los aeropuertos más grandes de Escandinavia, junto con Estocolmo-Arlanda y Oslo-Gardermoen.
31 aviones desviados y más de un centenar cancelados
Kristoffer Plenge-Brandt, director de operaciones del aeropuerto de Copenhague, ha informado en una conferencia de prensa sobre 31 aviones que tuvieron que ser desviados y más de cien salidas que hubieron de ser canceladas. Un total de unos 20.000 pasajeros se han visto afectados por la situación. «Veías pasar una luz muy rápidamente, a simple vista no podías saber qué era eso, pero lo vimos varias veces. Después de eso comenzaron los anuncios de cancelaciones. Como por las mamparas de cristal de aeropuerto no veíamos nada, seguimos lo que sucedía a través del servicio de observación de vuelos FlightRadar», describe cómo vivió la situación Harald Pemeksen, que debía haber volado ayer desde Copenhague a Berlín y sigue a esta hora esperando ser reubicado en otro vuelo. «Yo no vi nada. No era como si estuviésemos en guerra y nos atacasen. Muchos decían que habían visto una luz, pero yo sólo vi el panel de vuelos y las cancelaciones», añade Larissa, en su misma situación.
Noruega también cerró su espacio aéreo después de que fuera avistado un dron sobre el aeropuerto de Oslo. Así lo anunció un portavoz del operador aeroportuario noruego Avinor. Todos los vuelos han sido desviados a los aeropuertos más cercanos. Según las autoridades de Dinamarca y Noruega, ahora debe examinarse si existe una conexión entre los dos incidentes y si hau relación alguna con el ataque cibernético a un proveedor de servicios de TI que provocó interrupciones en varios aeropuertos europeos el pasado fin de semana. Entre ellos se encontraban los aeropuertos de Berlín, Bruselas, Londres Heathrow y Dublín. «Después del cierre temporal debido a avistamientos de drones, el aeropuerto de Copenhague ha reanudado las operaciones de vuelo. Sin embargo, seguirá habiendo retrasos y cancelaciones», ha advertido a primera hora el director gerente del aeropuerto de Copenhague, Kristoffer Plenge-Brandt.
Como respuesta, Rusia negó que estuviera vinculada a los vuelos con drones que obligaron al aeropuerto de Copenhague a cerrar su espacio aéreo, después de que la primera ministra de Dinamarca dijera que no podía descartar la participación rusa.
«Siempre escuchamos acusaciones infundadas desde allí. Quizás un partido que asume una postura seria y responsable no debería repetir esas acusaciones infundadas una y otra vez», declaró el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.