La fase de prueba ha llegado a su fin y es momento de ponerse serios. El Leyma Básquet Coruña afronta este fin de semana su reestreno en Primera FEB ante el Guipuzkoa (domingo, 17.00 horas), tras una pretemporada de buenas sensaciones e ilusiones renovadas. Carles Marco asumió el mando de una plantilla construida desde cero, sin resquicios del paso del club por ACB, y con la exigente tarea de resurgir el proyecto de sus propias cenizas. Con margen de mejora todavía por delante y errores pendientes de corregir, el Leyma 2025-26 ha cerrado el verano con más triunfos que derrotas (4-3) y con sus piezas, poco a poco, encajando en el puzzle general del dinámico juego que propone el preparador catalán.
Rotaciones continúas
Lo que más ha llamado la atención a simple vista en esta fase preparatoria, porque es lo que primero entra por los ojos, es el movimiento constante del quinteto naranja sobre el parqué. Marco ha optado, en sus primeros pasos en el banquillo coruñés, por rotar con mucha frecuencia para mantener a sus jugadores enchufados en todo momento. Esto ha provocado que la media de minutos disputados en los amistosos esté en torno a los 20, pero también que el equipo llegue fresco al tramo final de los encuentros, donde ha sacado mucho rédito ante rivales más cansados.
Juego exterior
El cuadro naranja ha demostrado ser un equipo de muchas posesiones. Ataca rápido, defiende intenso. Divierte a su gente. Y uno de los puntos clave ha sido la aportación desde el perímetro. Por el perfil de jugadores, al equipo coruñés le cuesta bastante menos atacar el aro desde fuera que desde la pintura. De hecho, ni Macachi (que es de los que menos ha jugado), ni Thiam, ni Diop han terminado de ser determinantes bajo el aro en ataque, porque tampoco han recibido muchos balones en ventaja para anotar. Diop, eso sí, se ha destapado como un buen francotirador y ha aportado muchos puntos desde la línea de 6,75. Jou, Mencía, Cuevas, Brnovic, Pacheco o Jorgensen, con más o menos acierto, no han dejado de intentar triples partido tras partido.
‘Show’ americano
Si ha habido dos jugadores que han destacado por encima del resto, al menos en la parcela ofensiva, han sido Paul Jorgensen y Joe Cremo. Los dos estadounidenses cierran la fase previa a la competición oficial como máximos anotadores de la plantilla. Cuando ellos aciertan, el Leyma arrolla. Y cuando ellos se inspiran, la grada sonríe. Al margen de sus canastas, ambos parecen haber aterrizado en el Coliseum para entretener a la parroquia naranja. Bandejas, fintas, asistencias sin mirar… Un repertorio infinito de trucos que provoca suspiros en los asientos del pabellón coruñés. Si encuentran la regularidad, serán determinantes.
Carácter ganador
Y si de algo puede presumir el Leyma a la conclusión de la pretemporada, es de no haber bajado nunca los brazos. Ha tenido partidos relativamente plácidos (como el Teresa Herrera frente al Porto en A Coruña), pero también otros en los que ha tenido que remar. Y mucho. Tuvo que remontar en la semifinal de la Copa Galicia ante el Obradoiro y repitió la hazaña frente al Breogán en la gran final para llevar el duelo a la prórroga in extremis (aunque terminó perdiendo). Pero el máximo exponente del hambre que maneja el equipo es el segundo amistoso frente al Porto en Portugal. Al descanso, el cuadro coruñés perdía por 26 puntos tras una primera parte desdibujada y gris. Al final del último cuarto, se llevó el choque por 7 de diferencia. Veinte minutos estelares que reflejan lo que exige (y ejemplifica) Carles Marco desde la banda: intensidad, ambición, coraje y trabajo.