Ikusmira Berriak nació en 2015 al amparo de la Capitalidad Europea que se celebró en Donostia al año siguiente con Tabakalera, Zinemaldia y la empresa … REC como impulsores. Posteriormente se sumó Elías Querejeta Zinema Eskola. El programa ha cumplido una década y sigue manteniendo sus principios, apoyar el talento emergente impulsar la creación audiovisual en todas sus fases -formación, producción y exhibición- a través de residencias. Ahora, para conmemorar esta década de tutelaje se ha editado un libro que recoge el éxito de la experiencia y pone en valor la contribución de los cineastas que han formado parte de ella. La obra ‘Ikusmira Berriak 2015-2025’, se ha presentado hoy en el marco del Zinemaldia y de Kabia, la jornada que se dedica a esos creadores en desarrollo.
«La publicación no solo celebra una década de apoyo, sino que también da testimonio del impacto de las películas que han pasado por el programa y pone el foco en un recorrido conjunto, que no puede entenderse sin las cineastas que han participado a lo largo de su historia», han destacado sus responsables.
Si algo destacan es que la programación en festivales de las películas apoyadas por esta iniciativa y los premios obtenidos por las mismas convierten a Ikusmira Berriak «en un label al que miran con atención agentes del sector, desde productoras a certámenes». Por otro lado, «la residencia ha servido para dar paso y retratar un relevo generacional en el cine vasco, compuesto fundamentalmente por cineastas vascas (Maider Oleaga, Amaia Merino, Maider Fernández Iriarte, Arantza Santesteban, Aitziber Olaskoaga, Jaione Camborda, Marina Palacio, Irati Gorostidi, Maddi Barber, Mikele Landa, Maria Elorza y Joana Moya).
«Toca hacer balance»
El libro se abre con artículos de las tres instituciones que apoyan la residencia: Maialen Beloki Berasategui, subdirectora del Festival de San Sebastián, Carlos Muguiro, director académico de Elías Querejeta Zine Eskola y Clara Montero Tellechea, directora cultural de Tabakalera, y Sara Hernández Askasibar, coordinadora del laboratorio de cine y audiovisual del centro internacional de cultura contemporánea. Como explica Maialen Beloki Berasategui, «en su décimo aniversario, toca hacer balance». En términos numéricos, en el programa se han inscrito más de 1.800 propuestas. Han sido apoyados 56 proyectos audiovisuales, de los que ya 28 han sido terminados y seleccionados en un amplio circuito internacional de festivales, donde han recibido, entre otros, los siguientes reconocimientos: un premio a la Mejor Película Europea en la Quincena de Cannes, un Premio Especial del Jurado de la sección Orizzonti de la Biennale de Venecia, un premio FIPRESCI en la sección Encounters de Berlinale, un premio a Mejor Película en DocLisboa, un premio a Mejor Película en Punto de Vista, un premio a la Mejor Aportación Técnica en la Semana de la Crítica de Venecia, un Goya, seis Gaudís, un Premio Irizar al Cine Vasco, dos menciones especiales en Zabaltegi-Tabakalera y una Concha de Oro del Festival de San Sebastián.
El libro reúne diez entrevistas, una por cada edición, con preguntas sobre el proceso creador
El libro reúne diez entrevistas a cineastas de cada edición, preguntas y respuestas que hacen referencia a los procesos creativos, a cineastas referentes y películas inspiradoras, y a los recuerdos vinculados a la residencia: Xacio Baño (2015), Kiro Russo (2016), Helena Girón y Samuel M. Delgado (2017), Arantza Santesteban (2018), Raven Jackson (2019), Jaione Camborda (2020), Eduardo Crespo (2021), Meritxell Colell (2022), Naomi Pacifique (2023) y Mikele Landa (2024). «Cineastas procedentes de diferentes lugares –territoriales, generacionales o emocionales–, que comparten los mismos impulsos de porqué y para qué hacer cine», como recoge en el epílogo la responsable de Ikusmira Berriak, Maialen Franco Dávila, que ha coordinado el volumen diseñado por Diego Zarrabeitia.
Además de los textos, el volumen contiene abundante material gráfico: además de imágenes de fotogramas de los proyectos realizados, también se muestran partes de un storyboard, hojas de guion con apuntes manuscritos, fotografías, notas, dibujos, notas y hasta fragmentos de un herbario.
Relación continuada
El director de EQZE cita a George Steiner para reivindicar el ideal de escuela: «Sería una escuela en la que el alumno tendría permiso para cometer ese gran error que es la esperanza». Muguiro concluye que «ciertamente, no hay mayor ejercicio de esperanza que imaginar una película que todavía no existe. Llámese o no escuela (post-escuela, escuela ideal, escuela transmutada, tal sitio es Ikusmira Berriak». Desde Tabakalera, Clara Montero y Sara Hernández recuerdan que «el acompañamiento no se limita al periodo de la residencia» sino que en Ikusmira Berriak «se trata más bien de una relación continuada que posibilita el óptimo desarrollo de la residencia y facilita a las creadoras la transición de la creación puntual hacia la construcción de una carrera en la industria audiovisual».
También participan en el libro firmas de profesionales de la industria cinematográfica: la cineasta Albertina Carri, la productora Eugenia Mumenthaler y el programador Carlo Chatrian, exdirector de los festivales de Berlín y Locarno y actual responsable del Museo del Cine de Turín, que han formado parte del comité de preselección o han ejercido de tutores, y Víctor Iriarte, que participó en la fundación del programa, ha formado parte de su selección durante numerosas ediciones y ha acompañado e impartido talleres a sus cineastas. Carri define su experiencia en Ikusmira Berriak de la siguiente manera: «Acompañar a las nuevas y nuevos cineastas en la odisea de encontrar su propia voz, es una alteración vital en un sistema de consumos que cada vez se vuelve más alienante y encriptado». En el mismo sentido se expresa Mumenthaler: el programa propicia «la oportunidad de transitar nuevos relatos, donde la sociedad se pueda sentir representada en su globalidad y cuestionada desde lo contemporáneo». Chatrian recuerda vivamente su primera impresión: «Aunque los proyectos que examiné eran extraordinarios, el feedback más fuerte fue el de una energía creativa compartida. Para decirlo simplemente, tuve la misma sensación contagiosa que tuve cuando empecé a estar enganchado a los festivales de cine: la idea de que, fuera del caos del mundo exterior, algo está tomando forma- aquí y ahora». Iriarte hace una invitación expresa: «Cineastas del futuro, aquí tienen un hogar y un abecedario. Hagan magia. Inventen palabras y películas. Habiten. Hagan fuego».