«Tú y tu madre sois unas kamikazes por atreveros a hacer esto», dice Isaki Lacuesta a Alba Flores con un tono más de amigo que del director de cine que, junto a Elena Molina, se ha encargado de ordenar todo el huracán emocional … de la actriz en ‘Flores para Antonio‘, un documental en el que la hija de Antonio Flores se reencuentra con la leyenda más trágica y desconocida de su padre.

«Esta película viene después de un proceso que tiene que ver con entenderme a mí misma, con años, años y años de terapia», dice Alba Flores en una tranquila charla con ABC. «Es una especie de tesis tras años de autoconocimiento y es también el intento de entender y conocer a mi padre, porque sentía que en mi vida me había faltado una pieza que necesitaba comprender», explica la actriz, que aquí lidera el proyecto porque, como le dice en un momento su prima Elena Furiase: «Nadie se hubiera atrevido a hacer esto sin ti. Tú eras la llave para hablar de él». Ese ‘él’ omnipresente se aparece en material inédito de grabaciones caseras, en entrevistas televisadas en directo ante millones de espectadores que hoy tienen otro sentido (Lolita preguntando en directo a Antonio si «ya de eso» se había olvidado, un «eso» mortal e inyectable) y, sobre todo, se aparece en la cara de Alba Flores, que se emociona de manera auténtica y primigenia cuando descubre historias de su padre que no le habían contado. Como en una conversación frente a frente con sus tías Rosario y Lolita, en la que le celebran que por fin se atreva a afrontar las preguntas que jamás había hecho.

Imagen de una jovencísima Alba Flores junto a su padre

Imagen de una jovencísima Alba Flores junto a su padre

Es curioso que una familia que nació frente a las cámaras (literalmente a la habitación del hospital donde nació ‘el Lolito’ entró la prensa casi antes que la matrona) necesite, en cierta manera, contarse de nuevo ante la cámara para entender lo que no se vio de aquellos años de canciones geniales, depresiones, picos, arrebatos, ansias de libertad, renovación musical, amistades legendarias y silencios eternos. «La mejor manera de profundizar en algo es tener que contárselo a otro», justifica Alba Flores, protagonista del martes en el Festival de San Sebastián.

Por eso, confiesa, tuvo que sortear «varios riesgos» al plantear esta historia: «El de caer en una cosa morbosa, una cosa sensacionalista o hacer un ‘ego trip’. Tampoco quería romantizar muchísimo a mi padre, que es inevitable porque le queremos muchísimo, pero aceptamos la realidad de las cosas que vivió», incide la hija del genio, que reconoce que pensaron mucho en el público porque el apellido Flores es patrimonio nacional. «Nuestra historia como familia, al haber sido tan pública, muchísima gente la ha vivido como suya. Y yo he tenido mis peleas con eso, pero ahora ya he aprendido a convivir con la mirada que tienen desde fuera hacia nosotros», remata.

Porque si para cualquiera el apellido y la huella de los padres son intensos, para alguien llamado Flores mucho más. Antonio, se ve en la película, tuvo que pelear para quitarse esa sombra de no ser reducido al ‘hijo de Lola Flores’ (la ‘Olé Olé’, como la llama todavía Alba) ni a un mero cantante flamenco. Por eso quiso explorar todo, hacerlo todo. Y, al revés, por eso Alba Flores no se ha atrevido a cantar desde que era una niña. Un trauma para alguien con esos genes y que, durante el documental, trata de curar para subirse al escenario en un concierto homenaje a su padre. «Dentro de la película he hecho el proceso del duelo, me he dejado caer para llorar todo lo que tenía que llorar», explica ahora, tras recordar la historia de esa niña que tuvo que bloquear el dolor y las lágrimas al enterarse de que su padre había muerto. Y lo hizo con un pensamiento tan lleno de lógica que solo podía haberlo tenido una niña de ocho años: le dijeron que su padre había fallecido de pena (murió solo 14 días después de que lo hiciera Lola Flores) y esa niña pensó que si sentía tanta pena quizá su corazón también se rompería. «Ahora por fin he tenido momentos para dolerme realmente ya como adulta».

-En la película, se define en varios momentos a Antonio Flores así: «Fue gitano, fue bohemio, fue cantante, fue compositor. También fue padre». De todos lo que fue, ¿con qué definición se queda?

-Con el de espíritu libre.

-Y de esta Alba Flores que no se apellida Flores (su nombre real es Alba González Villa) y que no canta pese a venir viene de donde viene, ¿qué elige?

-Aspirar a ser espíritu libre.