Ni siquiera ante el colista pudo el Athletic salir del charco en el que se ha metido a la vuelta del parón liguero. La victoria … ante el Girona era obligada, pero los rojiblancos fueron incapaces de imponerse a un rival que firmó una primera parte brillante y se defendió con orden y coraje en la segunda. Varias fueron las causas de la decepción que provocó el equipo de Valverde. Dos de ellas destacaron sobre el resto. La primera fue la apuesta fallida del técnico con su once inicial. Con decir que en el descanso decidió hacer cuatro cambios de golpe y quitar a Gorosabel, Adama, Vesga y Nico Serrano, sus novedades en el once junto a Guruzeta, está dicho todo. La segunda causa fue la inoperancia de cara a la portería rival. Se crearon pocas ocasiones y las que se crearon con 1-1, como un remate de cabeza de Paredes en un córner y un mano a mano de Berenguer, las desbarató un impecable Gazzaniga.
Athletic
Simón; Gorosabel (Areso, m.46), Paredes, Laporte, Adama (Yuri, m.46); Jauregizar, Vesga (Galarreta, m.46); Iñaki Williams, Sancet (Robert Navarro, m.80), N. Serrano (Berenguer, m.46); y Guruzeta.
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Girona
Gazzaniga; Hugo Rincón (Lass, m.86), Francés, Blind, Álex Moreno; Solís (Arnau, m.76), Ounahi, Iván Martín, Van de Beek (Portu, m.33); Bryan Gil (Solís, m.76) y Vanat (Stuani, m.86).
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Goles:
0-1, m.9: Ounahi. 1-1, m.48: Jauregizar. -
Árbitro:
José Luis Martínez Munuera (Colegio andaluz). Amonestó a Ounahi e Iván Martín, del Girona. -
Incidencias:
45.739 espectadores en San Mamés. Se entregó el One Club Award a Jamie Carragher y Joelle Murray.
El Athletic, en fin, volvió a quedarse corto. Las rotaciones no le funcionaron y el equipo fue otro cuando Areso, Berchiche, Galarreta y Berenguer saltaron al césped tras el descanso. Lo ocurrido fue una mala noticia; un mensaje inquietante de cara a una temporada tan dura como la que el equipo de Valverde tiene por delante. Y tampoco le funcionaron, al menos como se espera de ellos, Sancet e Iñaki Williams, ambos muy bien defendidos por la retaguardia del Girona, que ofreció en San Mamés la mejor versión de lo que se lleva de Liga. El veterano Blind dio una masterclass de colocación a sus 35 años.
Los leones comenzaron el choque imponiendo un ritmo alto y dominando con autoridad. Era la puesta en escena que necesitaban y por un momento pareció que el Girona estaba destinado a sufrir mucho. Igual que en sus partidos anteriores, vaya. Los catalanes, sin embargo, reaccionaron con algo parecido a la grandeza. Cuando cogieron el balón lo jugaron con mucho criterio y empezaron a desplegarse en ataque, sobre todo a partir de un Ounahi sensacional. En el minuto 8, un gran pase del marroquí a Vanat estuvo a punto de significar el 0-1. Mano a mano frente a Unai Simón, el balón se le fue por un palmo al delantero ucraniano.
Un gran Ounahi
San Mamés no se había recuperado del escalofrío cuando, un minuto después, Ounahi aprovechó con un remate impecable una gran asistencia de Bryan. El partido había dado un giro de 180 grados. El Girona se sintió tan bien, tan identificado con lo que hacía, como si le recordara sus mejores tiempos de vino y rosas, que le faltó poco para marcar el segundo a un Athletic descontrolado y confundido. Necesitaron tirar de casta los leones para que las hostilidades se igualaran, Sancet tuvo una buena ocasión en el minuto 24 y los pupilos de Michel apostaron entonces por un repliegue preventivo.
Decisión
Valverde quitó en el descanso a Gorosabel, Adama, Vesga y Serrano, sus cuatro novedades
Lo cierto es que les funcionó. El Girona juntó bien sus líneas y supo tapar perfectamente no sólo las bandas, donde Iñaki Williams y Nico Serrano aportaron muy poco, sino también el centro, la zona por donde se movía Sancet. Aunque tuvo dos buenas opciones de remate, el navarro nunca llegó a estar cómodo ni a influir en el juego ofensivo todo lo que necesitaba a su equipo. Todo era previsible en la tropa de Valverde, que además de conceder y sufrir varios contragolpes peligrosos del Girona, sufría también por su falta de ideas y precisión en los centros.
Protagonista
Jauregizar empató con un golazo al comienzo de la segunda parte pero la remontada no fue posible
Teniendo en cuenta que la primera parte terminó con dos llegadas peligrosas del conjunto de Michel, una de Portu, que había sustituido al lesionado Van de Beek pasada la media hora, y otra de Hugo Rincón, que gustó a la parroquia de La Catedral, se puede decir que llegar al descanso sólo con un gol de desventaja era una buena noticia para el Athletic. Y no porque 90 minutos en San Mamés se puedan hacer ‘molto longos’ con 50.000 hinchas empujando a su tropa en busca de la remontada, sino porque todo el mundo sabía que Valverde se había guardado en el banquillo, con un exceso de optimismo quizás, algunas bazas fundamentales.
Los cuatro relevos simultáneos cambiaron por completo el decorado. El Athletic, sencillamente, se sintió más fuerte. Es cierto, eso sí, que a esa sensación benéfica contribuyó en gran medida esa mezcla de fiero sabueso y estupendo topógrafo que es Jauregizar. El bermeano, convertido ya en un futbolista imprescindible, de una importancia similar a la que pueden tener Sancet y Nico Williams, robó un balón en el que Bryan Gil quiso adornarse demasiado, se plantó en la media luna y colocó un misil perfecto con el interior, pegado al poste. Imposible para Gazzaniga.
Era el minuto 48 y la remontada se vio venir en San Mamés. Nadie esperaba otra cosa. Se trataba de seguir embistiendo ante un rival que apretó los puños y plegó velas. La solidez defensiva de los catalanes fue sorprendente en un equipo que había encajado quince goles en los cinco partidos anteriores. El Athletic necesitaba finura y puntería para poder marcar el segundo. O también un poco de suerte, claro. Y el caso es que no tuvo nada de todo esto. A Guruzeta, que no tuvo remate pero sí juego, se le fue alto en el minuto 69 un balón que le puso muy bien Jauregizar. Paredes no pudo dirigir su cabezazo a bocajarro y Gazzaniga acertó a despejar. Y Berenguer falló una de esas ocasiones que no se esperan de un jugador como él. Resumiendo, que la reacción del Athletic fue insuficiente. Su juego empieza a dar también esa sensación y eso es preocupante.