Llegó a lo más alto y desapareció. Porque necesitaba un tiempo, porque quería descansar. Ahora, ha vuelto tras cuatro años fuera para coronarse otra vez como el mejor de lo suyo en España: Bnet ha vuelto a ganar la Red Bull Batalla, la competición nacional más importante del país. 

Es un chico sencillo, de Madrid. No le gusta celebrar en exceso, prefiere estar tranquilo, a su aire: «Yo no lo celebro, nunca me voy de fiesta. Me voy a ir tranquilo, voy a estar con los míos. Tengo ganas de llegar a Madrid y ver a mis chavales, yo no soy de discotecas ni nada, nunca me he ido de fiesta después de las batallas», asegura a 20minutos sobre el escenario donde, otra vez, se acaba de coronar. Estamos en Barcelona, muy cerca del Hotel W que hace orilla con el Mediterráneo. Todavía queda público en el recinto que, desoyendo los imperativos del equipo de seguridad, se resisten a abandonar la plaza. Mientras charla con este periódico, el trofeo caliente reposa a sus pies.

Aunque todos lo conocen como Bnet, su nombre real es Javier Bonet; es un chaval de veintisiete años de Madrid que, con solo diecisiete, empezó en el complejo mundo de las batallas de gallos, esa disciplina del hip-hop que algunos ven como una consecución de insultos e improperios al rival sobre un escenario, pero que en verdad requiere de una capacidad mental increíble para improvisar y rimar cada frase.

Escenario y público de la final nacional de la Red Bull Batalla 2025, este sábado en Barcelona

Desde el 2015, fue creciendo en los circuitos callejeros y ordinarios, como la FMS o la BDM, hasta que en 2019, gracias a un fallo en el visado de un rival, acudió como reserva a la final internacional de la Red Bull Batalla: la ganó. No solo hizo historia al convertirse en el primer participante de reserva que ganaba el campeonato, sino que se transformó en un mito del género, en una leyenda querida por la competición y los miles de fans que mueve en el mundo.

Desde entonces, fue coronándose en otros torneos importantes como la FMS de 2020/21; su estilo era perfectamente reconocible por tener una capacidad lírica deslumbrante y una presencia enorme en el escenario, que competición a competición y show a show cultivaba con cada vez mayor maestría. Sin embargo, y pese a llevar desde 2021 ausente de la mayoría de competiciones, en 2023 anunció su pronto retiro: desapareció.

«No fue la industria en sí, yo con la industria del freestyle estoy agradecidísimo, nunca me vais a renegar de ella», cuenta. «Lo que pasó es que yo estaba muy cansado; estaba quemado de tantos eventos tan seguidos, cada fin de semana. Son muchos años haciendo esto. Escuché a mi cabeza decir que tenía que estar un tiempo fuera, y ahora, con esa limpieza mental que he hecho, le debía a la gente volver».

El gusanillo de las batallas, confiesa, nunca ha dejado de morder, por eso, como un ave fénix, salió de su letargo – para alegría de los fans, que en el fondo sabían que nunca se había ido –, y se inscribió en la final regional de Gijón. Como uno más, obviando la enorme estrella que es dentro del género.

«La gente se merecía que yo volviera, que pasase por el mismo proceso que todo el mundo, de tirar la prueba». En las regionales de Gijón bordó todas sus actuaciones y fue aclamado por el público, sin embargo, podría también haber caído como cualquier otro y haber visto manchada su leyenda. O no: «nunca he tenido miedo a perder y no lo iba a tener ahora, para mí el freestyle es sinceridad y no hay nada más sincero que venir y apuntarme».

Ahora, la corona nacional vuelve a su cabeza, sin embargo, en la última ronda de la final tuvo que enfrentarse a un chaval impetuoso y carismático, Dani VK, un chico también de Madrid que, como el novato de la competición, lo puso contra las cuerdas: «he empezado bien [la final] y he tenido puntos fuertes que me han ayudado, pero he bajado un poco el nivel. Estaba ahí el Dani apretando y se ha quedado muy cerca de la réplica. Estoy muy orgulloso de él, la verdad«.

Bnet durante su ronda en la final nacional de Red Bull Batalla en Barcelona

Bnet durante su ronda en la final nacional de Red Bull Batalla en BarcelonaJacobo Medrano / Red Bull Content Pool

Pese a los insultos y descalificaciones que se presumen sobre el escenario, el mundo de las batallas es pequeño y muchos, pese a la aparente rivalidad marcada, son amigos en la vida real. A Bnet no le da miedo reconocer que los jóvenes vienen pisando fuerte: “la gente nueva que viene tiene una esencia nueva, propia y distinta; es gente que sí, que nos ha visto hacerlo, pero quiere imponer sus maneras y dejar su esencia. Creo que en las etapas anteriores era todo más formato, con la gente cortada por el mismo patrón, y ahora veo de nuevo la variedad que me enamoró a mí”.

Cuando se le pregunta qué tienen los nuevos talentos que él no, responde también sin titubeos: “hombre, una ambición y unas ganas por esto que solo se tienen las primeras veces; es una ilusión muy difícil de suplir. Dani VK, por ejemplo, tiene esa actitud y esa ambición que espero que no pierda nunca, porque eso es lo que le va a hacer grande para ganar lo que él quiera. Y eso yo ya lo perdí (risas)”.

Ahora, con la corona nacional sobre la cabeza, su próximo objetivo está al otro lado del charco, en la final de la Red Bull Internacional que se celebrará el próximo abril en Chile y donde tendrá la oportunidad de representar la escena española. Sobre la posibilidad de perderla y que su leyenda se desmorone, también responde con claridad: «no tengo miedo. Yo creo que los legados, sobre todo dentro del freestyle, se cimentan con títulos, pero que la disciplina te da la bonita oportunidad de dejar un legado sin necesidad de ganar nada. Creo que hay muchos ejemplos de eso. Estar ahí va a ser un honor, pensé que nunca más iba a participar en una internacional».

«Cuando era chaval, no soñaba ni con llegar a una, pero esta va a ser la cuarta en la que participe. Solo puedo darle las gracias al freestyle», termina. «Qué diría ese chavalillo de diecisiete años».