“Para nosotros todo está permitido. Hay que arriesgar», dicen desde Plutarco.© Germán Saiz

La quinta pared no es solo el lienzo para elegir una tonalidad más. Puede convertirse en un truco óptico, en un aliado acústico o en una herramienta para crear ambientes determinados. Y lo más importante: es la vía más directa para escapar del omnipresente “total beige” que ha colonizado la última década.

Todo está permitido

La otra gran duda de quienes se acercan al techo pintado es: ¿qué color? ¿Existen reglas, códigos, advertencias? Los expertos de Plutarco nos dan una respuesta tan sencilla como liberadora: “Para nosotros todo está permitido. Hay que arriesgar y, aunque existan estudios que demuestren que los colores azules y verdes para el dormitorio calman y favorecen el descanso, cada persona es diferente. Lo que sí que proponemos muchas veces en estancias secundarias como una biblioteca o un comedor es llevar un poco más al límite los colores oscuros».

“Para nosotros todo está permitido. Hay que arriesgar y, aunque existan estudios que demuestren que los colores azules y verdes para el dormitorio calman y favorecen el descanso, cada persona es diferente»

Enrique Ventosa y Ana Arana, de Plutarco

Olvídate de normas preestablecidas: el techo es terreno para jugar. Los tonos oscuros pueden dar una teatralidad inesperada a un comedor, un acabado brillante puede agrandar un espacio mínimo, y un color ácido en un pasillo puede convertir el tránsito en experiencia. “Siempre decimos que los colores oscuros te abrazan y esa sensación envolvente es muy efectista”, apuntan.

Uno de los proyectos más recientes de Plutarco, MRLJ128.

@ Cortesía de Plutarco

Ana Arana y Enrique Ventosa, al frente del estudio Plutarco.

@ Cortesía de Plutarco¡Contra la corriente neutra dominante!

Esta tendencia no surge, como algunos pueden llegar a pensar, de un exceso de dramatismo decorativo. Se trata, entre otras cosas, de una reacción lógica a un ciclo agotado. «Está ligado a la búsqueda de dotar de una personalidad fuerte y diferenciadora a los espacios, frente a la tendencia neutra que inunda muchas de las viviendas de hoy en día. Estamos cansados del total beige y de ahí que busquemos un poco de emoción en la quinta pared”, apuntan desde Plutarco.

No podemos ser neutros en esta realidad. Hay que mojarse. Y mojarse implica tomar decisiones poco convencionales que devuelvan el nervio a interiores domesticados por la homogeneidad. Una manera rápida de decir “esto no es un piso piloto”.

El techo pintado es un statement, pero también es pragmatismo. No requiere una gran inversión, no implica mucha obras y puede transformar radicalmente la percepción de un espacio en cuestión de horas. Por eso, es una de las tendencia del año, y por eso lo veremos multiplicarse en proyectos editoriales, showrooms y, sobre todo, en casas que hasta ahora tenían miedo a probar. La quinta pared, por fin, reclama su lugar.

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