Todos los años, un prestigioso grupo de científicos climáticos hace una revisión de la salud del planeta. Pasan el estetoscopio por todos los procesos biofísicos que permiten la vida en la Tierra. La última revisión ha entregado un resultado alarmante: siete de esos nueve sistemas han sobrepasado su límite de seguridad. La acidificación de los océanos es el nuevo umbral que ha entrado en zona roja. “La humanidad está traspasando los límites de un espacio operativo seguro, aumentando el riesgo de desestabilizar el planeta”, alerta Johan Rockström, director del Instituto de Potsdam para la Investigación del Impacto Climático, autor principal de este estudio.
La primera vez que estos científicos internacionales pusieron la lupa en la salud planetaria fue en 2009, al advertir que, por la presión de la actividad humana, el sistema terrestre estaba perdiendo equilibrio, estabilidad y resiliencia. Identificaron nueve límites, todos interconectados, que de forma colectiva determinan el espacio operativo seguro de la vida en el planeta. Estos límites son el cambio climático, la integridad de la biosfera (pérdida de biodiversidad), la modificación de los usos del suelo, el uso del agua dulce, la alteración de los ciclos biogeoquímicos (los ciclos de fósforo y nitrógeno), la contaminación química, la acidificación de los océanos, la carga de aerosoles atmosféricos y el agotamiento de la capa de ozono.
Un deterioro acelerado
Una salud en nivel azul oscuro, casi negro
La humanidad está traspasando los límites de un espacio operativo seguro
PB2025
Los primeros siete, según la actualización dada a conocer este miércoles, han sido transgredidos y están forzando la “desestabilización” del planeta. Solo dos límites -los aerosoles y la capa de ozono- permanecen en “zona segura”. ¿La explicación? Las medidas políticas adoptadas en las últimas décadas, como la regulación del transporte marítimo y el Protocolo de Montreal.
El primer escáner -2009- arrojó tres límites sobrepasados. Hace diez años, en 2015, el chequeo sumó un cuarto. En 2023, la cifra se elevó a seis. Ahora, a siete. Por primera vez, se ha superado el límite de acidificación de los océanos. Esto pone en peligro gran parte de la vida marina. La acidez de los mares ha aumentado un 40% desde el inicio de la era industrial. En la revisión de este año, los expertos han encontrado, de forma generalizada, “signos de daño” en las conchas de los caracoles marinos más diminutos -conocidos como pterópodos-, un “declive” que afecta a cadenas alimentarias enteras, con consecuencias para la pesca y, en última instancia, para las personas.
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“Esta tendencia va totalmente en la dirección equivocada. El océano se está volviendo más ácido, los niveles de oxígeno están disminuyendo y las olas de calor marinas están aumentando. Las consecuencias se extienden hacia afuera, impactando en la seguridad alimentaria, la estabilidad climática global y el bienestar humano”, explica Levke Caesar, climatóloga especializada en dinámica del sistema terrestre, coautora de la investigación. “Sin mares sanos, no hay planeta sano”, resume la oceanógrafa Sylvia Earle, también responsable del estudio.
Por primera vez se ha superado el límite de acidificación de los océanos
La acidez de los mares pone en peligro la vida marina
PLYMOUTH MARINE LABORATORY / Europa Press
La vigilancia de estos límites planetarios se realiza con análisis de big data y métodos científicos de vanguardia de todo el sistema terrestre. Para Rockström, padre de este informe, lo más preocupante es la “tendencia de deterioro” de los siete límites sobrepasados. En cada revisión, la analítica arroja peores resultados. “Más de tres cuartas partes de los sistemas de soporte de la Tierra no están en la zona segura. Es preocupante”, sintetiza.
Los seres humanos, agrega, estamos siendo “testigos de un deterioro generalizado de la salud de nuestro planeta”. “Pero este no es un resultado inevitable”, aclara. Se aferra a la disminución de la contaminación por aerosoles y la recuperación de la capa de ozono como una muestra de que es “posible cambiar el rumbo del desarrollo mundial”. “Aunque el diagnóstico sea grave, aún hay posibilidades de curación. El fracaso no es inevitable; el fracaso es una elección. Una elección que debe y puede evitarse”, subraya.
¿Cuál es el impacto de haber transgredido siete de los nueve límites planetarios? Básicamente, un riesgo mayor de daños ambientales de gran alcance. Rockström y su equipo explican que sobrepasar un límite “no implica un cambio catastrófico inmediato”. Pero sí una silenciosa desestabilización con consecuencias inciertas para la humanidad.