Aaron James es doctor en Filosofía por la Universidad de Harvard y profesor titular de Filosofía por la Universidad de California. En 2016 dedicó un libro a los peligros de votar a Donald Trump. Analiza también al personaje en una entrevista que aparece en ‘La psicología de la estupidez’, de Jean-François Marmion, publicado en Francia en 2018 y editado ahora en España por Península. James le define así: “Donald Trump es un idiota supremo, un superidiota, por así decirlo. Me refiero a que es un idiota que inspira al mismo tiempo respeto y admiración por su maestría en el arte de la estupidez, a pesar de la competencia de sus compañeros”.
La estupidez, no solo gracias a políticos como Trump (aquí Carlos Mazón ha vuelto a demostrarlo esta semana en el Parlamento valenciano con sus intervenciones), se ha convertido también en un comportamiento colectivo. La ‘fábrica de tonterías’, como se resume en el citado libro, está fuera de control porque las idioteces se difunden de una manera que cada vez es más difícil de combatir. Su objetivo no es otro que el de ayudar a determinadas estrategias políticas, a veces disfrazadas de rebeldía y otras, de periodismo.