Como en el chiste, a Viktor Hovland, miembro del equipo de la Ryder Cup, habrá que preguntarle si cree que en el cielo se jugará al golf o no. Porque el noruego da por hecho que hay vida más allá de la muerte, a pesar de que la ciencia no se atreva a añadir nada que no sea «que las neuronas dejarán de funcionar y nuestro cuerpo se pudrirá. Yo lo quiero saber todo».
Uno de los dos golfistas desparejados de esta edición que desfilarán sin acompañante dentro de unas horas en la ceremonia de inauguración, el único que lo hace por voluntad propia, por soltería, es un jugador singular. Después de una travesía de más de un año, en el que probó seis entrenadores, volvió a ganar un torneo en marzo, el Valspar Championship, el séptimo del PGA Tour, dos más en el DP World Tour, para adornar una carrera que tiene como cénit el título de la FedEX Cup de 2023.
Fue una decisión valiente para un golfista de 28 años que quiso modificar su swing, una aventura peligrosa y que ha destrozado varias carreras. «Hubo un momento donde la bola no sabía si iba a ir a la derecha o a la izquierda», apuntó en una reflexión con la revista GQ. Desde entonces ha cosechado buenos resultados como el tercer puesto en el US Open, ha pasado todos los cortes, y recientemente, en el BMW Championship, donde coincidieron todos los miembros del equipo europeo salvo Straka -cuyo parto complicado de su mujer le hace estar también solo en Bethpage-, acabó quinto.

Viktor Hovland y Rob MacIntyre, en una jornada de entrenamientos
Hovland, con Ludvig Aberg, de pareja fue una de las sensaciones de la última edición en Roma en 2023. Era su segunda participación y sumó 3,5 puntos. Memorable fue la victoria de la pareja antes Scottie Scheffler y Brooks Koepka por 9 y 7 en los foursome del sábado. Precisamente Aberg fue preguntado por su relación con el noruego y aquél tocó uno de los temas favoritos de su amigo. «Siempre le interesan los temas de ovnis y esas cosas, así que es bastante interesante. Yo aún no pienso así, pero si paso mucho tiempo con él, puede que termine igual».
Su interés por los extraterrestres es algo repetitivo. «Me fascina la reticencia de todos esos pilotos que han visto cosas raras allí arriba a hablar de ello», contó en una entrevista en The Telegraph. «Yo quiero entenderlo todo. No soy de los que siguen teorías ciegamente que les dicen lo que tiene que hacer», apunta el joven que alterna la lectura de clásicos, Platón y Aristóteles, con ciencia ficción como ‘El problema de los tres cuerpos’.
El golfista se pregunta sobre los antepasados. «Desde hace tiempo mucha gente se ha preparado para el más allá. ¿Eran simplemente idiotas o tenían razón? Tengo curiosidad por descubrirlo. Nos han vendido la idea de tener todas las respuestas, pero hay tanto que desconocemos. Esas preguntas me motivan muchísimo y solo quiero descubrirlo».
Recientemente, junto a un periodista americano y unos miembros de un grupo de música se embarcó «en la caza de ovnis». Viajaron a Hessdalen, en el sur de Trøndelag, en los fiordos del alto sur de Noruega, donde se producen muchos fenómenos de luces. No vieron nada que se pareciese a un extraterrestre. Pero no ceja en el empeño de comprobar si hay vida más allá del planeta Tierra.