Haga lo que haga Paula Ostiz en el futuro, en el ciclismo femenino los 18 años no son una edad definitiva por la propia fisiología de la mujer, el camino que ha recorrido la navarra hasta ahora es para mostrar a cualquier joven deportista sea la disciplina que sea. Ostiz es la tercera de tres hermanos de una familia trabajadora, que ha abierto todas las puertas en el deporte con la única receta compuesta por el trabajo, la humildad, la ilusión, el sacrificio y una actitud de constante aprendizaje.

Solo quienes conviven a diario con ella, su entorno, quienes le han acompañado en el trayecto de estos año, saben de la tenacidad de una ciclista que pelea hasta las últimas consecuencias por lo que se propone, salga o no.

Y todo desde la naturalidad de una chica del barrio de San Jorge que trata de encajar como tantos chicos y chicas el complicado tetrix de deporte, estudios y las relaciones sociales propias de su edad. Su sueño, como dijo en estas páginas hace dos años, es llegar a ser la mejor del mundo. En eso está.